—Sabes que no. —Gruñí.El día temido había llegado.
Sanren me miró y negó con la cabeza, murmurando algo de que soy un estúpido.
Que hable lo que quiera, no me interesaba nada, solo podía pensar en que había dejado a mi chico embarazada de dos bebés solo. Y no solamente eso, tenía que permanecer un tiempo alejado de él y de mis bebés, que cuando pudiera volver a salir tendrían dos años, si las cosas iban mal, si iban bien podría ser mucho menos de ese tiempo.
—Bien, mandé el mensaje a Lan Zhan. —le habló a uno de sus hombres sin importar que estaba teniendo una pequeña lucha en mi mente. Mingjue puso una mano en mi hombro, así que lo miré.
—Vamos a salir de esta. —sonrió levente. —¿No lo hemos hecho antes?
Asentí levemente, pero aún así en todo lo que podía pensar era en cómo respondería Jiang Cheng.
JIANG CHENG
—¿Por qué estamos en el hospital? —le pregunté por tercera vez a Lan Zhan, quien conducía con su madre, quien también era mi suegra, a su lado.
—Mamá quiere recoger unos medicamentos y presumir de su nuevo hijo. —Negué con la cabeza y salí del auto. Miré a Sun An.
—Cada vez estás más loca. —Ella no dijo nada y tomó mi mano, adentrándonos al hospital y luego de unos minutos nos encontrábamos dentro de una habitación. Sentí un pinchazo agudo en la parte de mi cuello, y solo fueron segundos para que la oscuridad me envolviera. Y en lo ultimo que pensé era en que me habían drogado de nuevo.
Maldita sea.
***
Traté de abrir los ojos lentamente, y cuando lo logré, pude ver a Lan Zhan, Sun An y al doctor enfrente de mí. Rápidamente me di cuenta de que estaba recostada en una camilla. Intenté levantar el brazo, pero aún me sentía medio adormilado.
— Jiang Cheng...—dijo Lan Zhan, antes de hacer un ruido extraño con la garganta. — Xichen está muerto.
—¡Maldita sea Lan Zhan, eres mi hijo, pero eres un idiota! ¡Está embarazada, es lo único que me queda de mi hijo! —gritó Sun An, golpeándolo, y fue cuando vi que ella también estaba llorando.
Traté de darle sentido a las palabras, y cuando mi mente drogada pudo asimilarlo, sentí toda la sangre abandonar mi cuerpo.
—No...— fue el único sonido que salió de mi boca. Traté de levantarme, pero no podía. — Xichen...—Tendré que sedarlo de nuevo. —escuché al doctor hablando cerca de mí. —Felicitaciones, Lan Zhan. Eres un asno.
¡No! ¡No! ¡No!
—¿Estás seguro que sedarlo estará bien? —esta vez fue Lan Zhan quien habló.
Quería gritar, pero no podía. ¡Maldita sea
—No lo sé, debiste pensar eso antes de dar es...
Las palabras se fueron desvaneciendo hasta que volví a caer en la oscuridad, y esta vez mi último pensamiento en ese momento fue dedicado a Xichen.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Sabes lo que es perder la mitad de tu alma? ¿Has sentido ese dolor insoportable en el lado de tu corazón? ¿Ese momento en el que las palabras no salen de tu boca? ¿En ese momento en que ya no te quedan más preguntas por hacerte?
Estaba enojado, confundido y sobre todo triste. Tenía el corazón roto.
Según lo que Lan Zhan me había contado acerca de cómo habían matado a Xichen, todo había sido por un ajuste de cuentas, y ahí todo empezó a encajar. Su comportamiento, la forma en la que me poseía cuando hacíamos el amor, como si fuera nuestra última vez; mis presentimientos de que algo malo estaba pasando, y él lo había sabido todo este tiempo, y aún así no dijo nada.
Al final, decidí que me sentía enojado.
Más o menos así me sentía en este momento. Allí tendido, solo, en una camilla de un hospital, mientras recordaba todos los momentos malos y buenos que tuve con Xichen. Y sólo allí nos hice una promesa y dejé que todas mis lagrimas salieran libres, porque sabia que sólo me daría este momento.
Tenía una vida que continuaba, con el dolor de haber perdido al único hombre que he amado, pero tenía la bendición que muchos no habían tenido.
Yo tengo un pedazo de los dos. Pensé, mientras acariciaba mi vientre.
Trataría de ser fuerte para criar a nuestros bebés.
Pero por ahora, se me permitía llorar como un jodido bebé.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
LAN XICHEN
—Lo mataré. —Gruñí mientras miraba la pantalla que me había instalado en la habitación. En esta podía ver claramente a Jiang Cheng en ella. —Es un jodido loco.
—Cálmate, es tu hermano. —dijo sencillamente Sanren, como que eso lo explicaba todo.
—Eso no le da derecho a hacer lo que él hizo. ¡Está embarazada, por Dios! —Ella hizo una mueca, pero no dijo nada.
Casi me da un ataque al corazón cuando vi a Jiang Cheng siendo inyectadode nuevo. Maldita sea, esto no es bueno.
—Las cámaras funcionan bien. —dijo. Gruñí ante eso.
