— Sí, sí. Muy conmovedor y todo. — Me levanté de las piernas de Xichen. — Pero, pronto tengo que ir a estudiar, tengo una carrera que terminar. — Me di la vuelta, dispuesto a marcharme, pero su voz me detuvo
— Bien, vas y vuelves a casa. Es eso. Lo tomas o lo dejas, es tu decisión. — Bajé la cabeza mientras me mordía el labio inferior a espalda de él. —creo que ya te he demostrado que no Puedes escapar de mí. — Me volví hacia él para mirarlo.
— ¿Qué quieres de mi? ¡Déjame en paz! No estoy en condiciones para jugar al secuestrado. — Me crucé de brazos, mirándolo desafiante.
Todo sucedió bastante rápido de lo que mis ojos podían registrar.
De pronto, me ví boca abajo, con la espalda de Lan Xichen enfrente de mí. Diría que tenía náuseas a causa del movimiento, pero no había comido nada desde mi helado y empezaba a sentirme débil. Cerré mis ojos. El sonido de una puerta abriéndose y luego cerrándose a mi espalda se escuchó. Entonces, estaba sobre mis pies, agarrándome al cuerpo de Lan Xichen como un koala. Mi cabeza empezaba a dar vueltas.
—¿Jiang Cheng?
—Espera. —Dije, débilmente, mientras me estabilizaba. Cuando logré hacerlo, le pegué a su pecho desnudo. —¡No vuelvas a hacer eso!
Me senté en la cama, sintiéndome cansado, lo cual era ilógico ya que me cargaron, no hice nada de esfuerzo. Sus grandes y ligeramente ásperas, pero a la misma vez suaves manos, tomaron mi rostro en ellas y mi vista se fijo en él.
—¿Te encuentras bien? ¿Necesitas que llame a un doctor? ¿El bebé está bien? —levanté mi mano derecha, deteniendo su interrogatorio. La última pregunta me dio risa, ¿Cómo voy a saber yo si el bebé estaba en problemas? ¡No soy ningun doctor!
—Ha sido el movimiento, fue muy brusco y no he comido nada aún. — Sus pulgares acariciaron mis mejillas, haciéndome fruncir el ceño.
—Lo siento, no lo volveré hacer. —Se apartó con cuidado de mí, como si tuviera miedo de romperme.—Deberías empezar a arreglarte. — Miró el reloj que tenía en su muñeca y ahora que lo veía bien, el pantalón que lleva puesto es de vestir. —Te llevaré, y Lan Zhan se quedará contigo.
—No hace falta, voy a volver. —Dije, mientras me repetía mentalmente de que esto no iba a durar mucho, sólo serían unos meses hasta que se aburriera de mí y me dejaran salir de aquí. Él sonrió... una sonrisa hermosa, por cierto. ¡Concéntrate, Jiang Cheng!
—Esto no es por si tú vas a regresar o no, esto es por tu seguridad. — Se dió la vuelta, dispuesto a salir de la habitación, pero lo detuve tomando su brazo... sintiendo sus músculos debajo de mi palma... su brazo tan masculino y... y... ¡Concéntrate! Alejé mis pensamientos pecaminosos y puse atención, a éste paso no iríamos bien lejos.
— ¿Dónde se va a quedar levantará sospechas. — No puede andar por ahí así, Arrugué levemente mi nariz.
— No te preocupes por eso, deja todo en mis manos.
Sin decir más, salió de la habitación, dejándome parado en medio de esta. Me dí la vuelta y analicé la habitación decorada con colores azules y blancos en diferentes tonos estratégicamente combinados. La cama en medio de la habitación ya se encontraba tendida, y al lado de esta se encontraban dos mesitas con un espacio en medio, el cual estaba ocupado por libros; tamb ién había un balcón con vista a la piscina de casa... Esperen... ¿Piscina? ¡Madre mía!
Unos ligeros toques en la puerta hicieron que pegara un brinquito antes de ir abrirla. Detrás de esta se encontraba una mujer joven de cabello rojo intenso, es más que obvio que es teñida. Sus ojos de un color hermoso, algo así como un verde eléctrico, y en sus manos llevaba ropa bien doblada.
— Discúlpeme, el señor me mandó a traerle esta ropa ¿puedo pasar? — Asentí, dando un paso atrás y dejándola entrar. Se movió con gracia, acercándose a la cama para dejar la ropa. — Espero que sea de su agrado, no sé qué gusta vestir para salir.
— No importa, ya me las arreglaré. Gracias... — deje la palabra al aire para que me dijera su nombre.
— Oh, soy Ah Qing.
— Un placer, Ah Qing, soy Jiang Cheng.
— Un gusto. Bueno, lo dejaré para que se vista.
— Gracias, de nuevo.— Dije, mientras ella salía de la habitación.
— A sus órdenes. — Dijo, para luego cerrar la puerta.
Me acerqué a la cama para ver la ropa. Consistía en ropa interior negra, y una camisa sencilla de tiras gruesas que cubrían más o menos mis hombros, esto último creo que la sacaron de mi casa.
Me tragué un gemido al pensar que personas estuvieran ahora mismo en mi casa, saliendo y entrando... ya tendría que hablar de esto con Xichen.
— ¿Es una broma? — Negué con la cabeza.
— No. —dije, finalmente
— ¿Qué hace él aquí? — abrí mi boca para responder, pero me interrumpió
— Espera, eso ya me lo has dicho, pero ¿Por qué él? —Me encogí de hombros mientras miraba a Lan Zhan apoyado en la pared, divertido por la reacción de Wen Qing. —Mira como se divierte, ese maldito.
— Se lo pones muy fácil, deja de darles motivos. Tú te estás quejando y él no ha dicho ni una palabra. — Un gruñido femenino salió de Wen Qing.
Rodé los ojos y tomé su mano, dirigiéndola a clases mientras Lan Zhan nos seguía a ambos. Entre él y Lan Xichen se las habían arreglado para que él pudiera entrar y salir de clases sin ningún problema. No sé cómo se las arreglaron para eso, pero tampoco quise ni quiero preguntar, presiento que no quiero saber la respuesta.
El resto de lo que quedaba de mi horario de clases transcurrió lento y sin ningún inconveniente de por medio. Tal vez, y sólo tal vez, podría acostumbrarme a que me cuidaran... ¡Vamos! ¿A quién le gusta hacer fila para la comida? Exacto, a mí no, y Lan Zhan se encargó de todo.
Ya les había dicho, tal vez, y sólo tal vez, permitiría que cuidaran de mí en estos nueves meses que me quedan de por medio.
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Embarazo Del Mafioso 'Adaptación '
FanfictionUna noche para perder la virginidad, ¿Qué puede salir mal? ° ° ° ° ° ° Nueva adaptación