QUINCE

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Lan Xichen

Xichen observó como el humo se evaporaba en el aire. No era un
hombre de estar fumando, pero lo hacía en momentos como estos,
donde no tenía idea de lo siguiente que iba a pasar. A lo largo de su
vida se había enfocado en una sola cosa: Su familia, en lo cual solo
estaban su madre y su hermano, y nadie más. Con tan sólo dieciséis
años de edad se había visto obligado a buscar un trabajo para
mantenerse a él y a su familia, tras el abandono de su padre.

Las cosas para él se habían puesto duras, ya que nadie quería contratar a un niño para hacer cualquier cosa, lo que lo había llevado a este negocio. Era, y es el camino más fácil, pero Xichen sabía bastante bien que si no eras el mejor jugador de este juego al que llamaban mafia, fácilmente podrías pagar las consecuencias. Y cuales consecuencias. Muerte o muerte... Todo se basaba en esas dos
opciones.

Luego de un tiempo, conoció a Nie Mingjue, su mejor amigo. Era en la
única persona, a excepción de su madre y hermano, en la que más
confiaba en su vida. Agregando a Jiang Cheng a la lista. Nie Mingjue había llegado a su vida de una manera caótica y algo traumante, pero muy
parecida a su vida.

Apagó el puro cubano contra la baldosa de cristal antes de tirarlo en el zafacón y salir de la habitación. Un Lan Zhan en un traje blanco salió de la habitación de en frente al mismo tiempo que Xichen de su habitación.

- ¿Listo? - Xichen se arregló la chaqueta del traje celeste que vestía. Hizo una mueca antes de contestarle con la verdad a su hermano.

-Siendo sincero, estoy nervioso. -Ambos empezaron a caminar
hacia el inicio de las escaleras para empezar a bajar.

-No es una cosa del otro mundo.

-Claro, como no es de tu chico de quien hablas. -resopló.

-No es como si fueran a matarlo. - Xichen iba a responder, pero el
sonido de los tacones de Jiang Cheng al bajar por las escaleras lo detuvo de
decir cualquier palabra. Sus ojos fueron directo a él.

Hablando de matar, él le iba dar un infarto en cualquier momento.
Llevaba puesto un traje de color negro que se abrazaba a su cuerpo, dejando a la vista la silueta de la pequeña panza de tres meses.

-¿Nos vamos? - Xichen ladeó la cabeza.

-¿No está muy socado ese pantalón a tu panza?

-No, no lo está.

-¿Los tacones? ¿No están muy altos?
-El apretó los dientes.

-Si sigues hablando así, me harás creer que no estoy bien vestido.
-Sonrió. - ¿Quieres ver lo que pueden hacer las hormonas? - Lan Zhan gimió a su lado.

-¿Nos podemos ir? Yo personalmente he tenido suficiente de esashormonas.

Xichen no hizo caso a lo que Lan Zhan estaba diciendo.

-Te podrías caer con esas botas altas, así causándole daños a nuestros
bebés. - Jiang Cheng se tragó un gruñido. Sólo sus hijos le importan, no le importas tú.

Jiang Cheng bufó suavemente. ¿Y así quiere casarse el hombre?

Él levantó la barbilla y Xichen supo rápidamente que él no cambiaría de opinión por nada del mundo. Él conocía bastante bien ese gesto de su parte.

-Si supiera que le haría daño a MIS hijos, no me hubiese puesto las botas. -El terminó de bajar las escaleras antes de pasar por su lado. -Vayámonos.

Observó como Lan Zhan lo seguía, con una sonrisa divertida claramente
dirigida hacia él, antes de que su hermano articulara un "Jodido" que
hizo que él rodara los ojos.

Embarazo Del Mafioso 'Adaptación 'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora