NUEVE

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— Buenos  días. — Escuché en un suave susurro que me hizo estremecer levemente,  y  sentí  unos  labios  justamente en mi  oreja,  y una mano que se movía de arriba  abajo  en  mi  abdomen  aún no notorio.

Abrí  mis  ojos  lentamente y  los  recuerdos  de  anoche  comenzaron a llenar  mi  mente  rápidamente,  entonces  fue  cuando  me  acordé  que estaba  durmiendo  junto  a Xichen.  ¿Cómo  sucedió eso?  Bueno,  ahora te cuento.

Anoche  antes  de que se  terminara la  fiesta,  Xichen me había presentado  a una  pareja de  señores  mayores,  pero con  un  buen  físico para aún seguir  dando  batalla,  según  las  palabras  de Xichen; El señor  había  sido  su  mentor -lo  cual supuse  se refería a  la  mafia- y su esposo era  como su  segunda  'madre'. Cabe  decir  que ambos  se alegraron con  la falsa noticia de que estábamos  junto y  que esperábamos  un bebé,  aunque lo  segundo  era totalmente  cierto.

Volviendo al  tema,  ambos  señores  viven  en  San  Francisco,  a seis horas   de  donde  nosotros  residimos  que  es  en Los  Ángeles.  Sólo habían venido a  la fiesta  por  pedido  de Xichen,  y  a ninguno de los dos  les  había  gustado  tener  que  volver  a casa tan  tarde  de la  noche, sin importar  que  tuvieran al mejor  chofer,  así  que  decidieron  quedarse a dormir  aquí.

¿No  es  bella  la historia?

Sé que te preguntarás:  ¿qué  tiene  que ver  eso que estés  durmiendo con Xichen?  Bueno,  pues  para el  mundo,  Xichen  y  yo somos  un matrimonio.

Un beso en mi  cuello me hizo  salir  de  mi  relato,  y  me  di la vuelta para encontrarme  a Xichen  aún medio adormilado.  Sus  ojos  estaban achicados  debido  a  la luz  que  entraba en la  habitación,  sus  labios levemente hinchados  y  su cabello  estaba algo  desordenado.  Y  aún así seguía viéndose perfecto.

¿Cómo  era posible levantarse y  seguir  viéndose  bien?  Me encogí mentalmente,  yo debía  verme  todo lo  contrario.

— Buenos  días. —  Susurré,  y  en  ese momento  las  náuseas  se hicieron presente.

Me levanté de un  salto de la cama,  tambaleándome en el  proceso por el brusco  movimiento.  Corrí  hasta  el baño de la habitación  dejando  a un  completo  Xichen confundido,  para luego irme de  rodillas  frente  al inodoro,  con arcadas  fuertes.

No pasaron  ni dos  segundos  cuando  tenía el  cuerpo  de Xichen detrás de  mí,  su pecho  pegado  a mi  espalda  y  sus  piernas  a cada lado de la mías.  Sentí  cómo recogía  mi  pelo en  una coleta,  amarrándolo con un lazo de pelo.  Cuando terminó,  una de  sus  manos  acarició  mi  vientre  y la otra acariciaba  mi  espalda,  mientras  me  decía  cosas  que  apenas podía registrar  en  mi  mente,  ya que estaba  bastante  concentrado en devolver  todo lo  que  había  comido  la  noche anterior.

Cuando por  fin dejé  de  devolver  todo,  me sentí  débil  y  cansado.  Apoyé mi  cabeza en el  pecho  de  Xichen aún sintiendo sus  caricias  en  mi abdomen,  esta vez  con ambas  manos.  Di  un  salto  cuando  sus  manos frías  hicieron  contacto con la  piel debajo  de la camisa  de  pijama.

— No vas  a ir  a la  universidad. — Eso sonó  más  como una orden,  que como una pregunta,  y  por  primera vez  negué con  la  cabeza,  dándole la razón.  Por  primera vez  estábamos  de  acuerdo  con uno de sus mandatos. — Bien.  El  doctor  vendrá a  verte en la  tarde,  hemos organizado  una  mini  sala  de  hospital en  uno de los  cuartos  vacíos  que tenemos  aquí.

Embarazo Del Mafioso 'Adaptación 'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora