TRECE

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—No es manera de tratar a tu esposo. — Xichen frunció el ceño, yo
entrecerré mis ojos en su dirección y él sonrió. — ¿No me vas a
presentar, esposa? —Murmuró bajito, recordándome que no nos encontrábamos solos.

—Eh, sí, claro. —Me separé de él y empezamos a caminar en
dirección a donde mi madre estaba sentada. La mano de Xichen fue
directo a la mía, haciendo que lo mirara, y fue solo mirarlo para darme
cuenta de que lo extrañaba.

—Mami, este es Xichen, mi esposo.

Xichen le extendió la mano libre y mi madre la estrechó. Sentí un
vuelco en el corazón cuando esta la miró por un par de minutos en
total silencio, para luego sonreír.

—Es un gusto Xichen. Hubiese preferido conocerte antes. —La
mirada de mi madre cayó en mí y luego en mí estómago. —Antes de
todo.

—Lo siento mucho, señora...

—Oh, por favor, sólo dime ZiYuan. Ya eres parte de la familia.

—Lo siento mucho, señora ZiYuan. Mi trabajo no me permite viajar
mucho, al menos que no sea por ese mismo motivo. —Oh.Dios.Mío.

—Es una lástima. Pero, pasemos dentro. ¿Has comido ya, Xichen?
Tengo una tarta de chocolate con fresas, que estoy seguro que te
encantará. —Agradecí que mi madre no preguntara más nada.

—Será un placer probarla. —Mi madre, ajena a todo, entró rápidamente en la casa. Intenté hacer lo mismo, pero Xichen me
detuvo poniéndome enfrente de él. Lo próximo que supe era que tenía
su boca encima de la mía, devorándome con toda intensidad, lo que me costó responder el paso. —Te extrañé. —Dijo, luego de haber
pegado su frente a la mía. Mi respiración se encontraba acelerada, él dejó un beso rápido de nuevo en mis labios.

¿Cómo podía ser tan él, ser tan Xichen?

¡Vamos, díselo Jiang Cheng!

—Yo también te extrañé. —Oh, joder, no fue tan difícil después de
todo.

Él besó mi frente, luego mi nariz y por último pegó su boca a mi oreja.
—Pues, cásate conmigo.

—¿Eso qué tendría que ver con que te extrañe?

—Serías mi esposa.

—Eso no cambian nada. —Miré sus bellos ojos negros. —Además, no
puedo.

— ¿Por qué no puedes?

—No nos conocemos, Xichen. —Y esa era la razón. Yo no conocía
en absoluto a Xichen, sólo conocía su nombre y su...esperen, no
conozco su apellido. Otra razón más por la cual decir que no. Y
maldita sea, que me aspen si no dolía como el infierno.

—Mi nombre es Lan Xichen, tengo veintisiete años de edad... —
mientras hablaba me miraba directo a los ojos, y los suyos de pronto
empezaron a brillar con diversión. —Soy socio de algunos negocios de
empresas Collins, inc. De la cual es dueña mi mejor amigo. ¿Me falta
algo?

—Muchas cosas.

—Vamos progresando.

—Deberías...

—Chicos, ¿se quedarán ahí? —Miré a mi madre por el costado
derecho de Xichen y tenía una sonrisa pícara en sus labios. Negué
con la cabeza, y tomé la mano de Xichen.

Ya adentro enfrente de nosotros habían dos platos con una rebanada
de pastel, la mía era de porción normal, pero al parecer mamá pensó
que Xichen se comería el resto del pastel. Xichen no dijo ni una
palabra y empezó a comer. Al parecer sí se comería todo esto.

Embarazo Del Mafioso 'Adaptación 'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora