tres

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Lan Xichen  miró a  la hombre  dormir  plácidamente en su cama.

Jiang Cheng

Ese era  su nombre.

Ese pequeño pelinegro  que le había  rondado la  mente  durante semanas  luego  de haber  tenido  su encuentro,  que le  había  mirado como ninguna  persona  antes  lo había  hecho,  y  que ahora tenía  el placer de  verlo de  nuevo mientras  dormía en sus sábanas.

Tan rápido  como habían llegado a su  casa,  el doctor  que habían contratado  le hizo algunos  análisis  y  una que otra pregunta  a  Lan Xichen acerca de su encuentro,  y  había  pasado que  sí,  ese  bebé  es  su hijo.
No lo  decían  exactamente  las  pruebas  médicas,  pero la fecha coincidía  con  la vez  que lo  sostuvo en  sus  brazos  viéndolo  dormir.

— ¡Puto  esperma! — Se felicitó así  mismo,  conteto porque había dejado  a Jiang Cheng  embarazado.

Su mente  se trasladó al  día  en que lo  había  conocido,  en  el  día  en  que había  tomado su virginidad,  porque  él  había mentido.  Claro  que recordaba todo  de ese perfecto  día.  Él  se veía  tan  asustado debajo de  él ,  y  por  una vez,  en  tanto tiempo,  decidió ir  despacio.

Pudo haberse  aprovechado de  él,  pero  no  lo hizo.  Al  contrario,  se esforzó en darle la  mejor  noche de  su vida cuando  se  dio,  por  sí mismo,  cuenta  de  que  era virgen.

Él  había  puesto  sus  ojos  en  ese hermoso  pelinegro que  lo miraba coquetamente,  pero  no  cualquier  mirada,  pues  sí  era coqueta,  pero inocente.  Sus  bellos ojos color azul lo miraron con algo que hacia mucho  tiempo  no  veía:  atracción por  lo que  él  era.

Aunque  pareciera increíble,  pero lamentablemente cierto,  Lan Xichen no tenía mucha suerte  con las  mujeres o hombre  luego  de  su incidente, el cual todo  su rostro  y  parte de  su cuerpo marcado  con  pequeñas cicatrices.

Algunas  mujeres  a  veces  se le  insinuaban,  pues  "sus  compañeros  de trabajo" hacían que  eso  fuera posible en  sus  "reuniones"  no  tan formales.

— ¿Te  gustaría bailar  conmigo? — Preguntó  ese hermoso chico que  lo miraba  como si fuera lo  único lindo  del  lugar. 

Lan Xichen  se  sorprendió a  que fuera él quien  tomara la  decisión de llevar  la iniciativa,  cosa  que hizo sacudir  violentamente  la erección en sus  pantalones.

Desde que había  empezado el  coqueteo,  no  dejaba de mirar  sus hermosos  labios  pintados con un poco de bálsamo que resalta su color natural,  deseando  saber cómo se sentiría alrededor  de  su pene. Empujó esos  pensamientos hacia abajo,  concentrándose en no  dañar  la  situación,  pues  bien  había olvidado sus  años  de práctica antes  de  que  su  cuerpo  se llenara de cicatrices  que  hacían a  las  mujeres  hermosas  retroceder  de él.

Él  se esforzó en sonreír  y  tomó su  mano, encaminándolo  a la  pista.

Él  se aferró a  las  solapas  de  la  chaqueta de su traje mientras  se movía de un lado a  otro, y él se  encogió  de  hombros.  La  canción  no era lenta,  pero  si  a  él le  placía bailar  así,  así  bailarían.

— ¿Sabes? — Preguntó  él mientras  pasaba  sus  brazos  alrededor  de su  cuello y  dejaba  su cabeza en su  pecho,  él pasó sus  brazos alrededor  de  su  cintura.

Embarazo Del Mafioso 'Adaptación 'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora