Part 12

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-¿Son ustedes los familiares del señor Britch?-Dijo al mismo tiempo que se desinfectaba las manos por segunda vez con el desinfectante que estaba en la mesa, de la misma altura que las seis sillas que había delante de la sala.-Debo decirles que gracias a que llegó a tiempo al hospital ha sobrevivido, dentro de poco podréis entrar. Y usted, por favor, ¿puede seguirme?-Me indicó después de ver que Bethany se desplomó al suelo y mi hermano la ayudara a levantarse, abrazándose en el proceso. Lo único que supe hacer fue agachar mi cabeza, llorar y susurrar un gracias. Yo lo obedecí, hasta que llegamos a un despacho, supongo que es donde él hacía las consultas.

-Supongo que se estará preguntando por qué lo traje aquí, bien, como bien sabe, los accidentes automovilísticos son bastante graves, pero desgraciadamente bastante frecuentes, como he dicho antes, debido a que lo consiguieron traer rápidamente, ha podido sobrevivir, pero deberán de tener cuidado de ahora en adelante.

Después me empezó a explicar el estado en el que se encontraba mi padre y que debía permanecer en el hospital.

Una semana más tarde lo trasladamos a Nueva York, él aún no había despertado. Cuando me incorporé de nuevo en la oficina se me amontonó bastante trabajo, el mío y el de mi padre, además de los días que estuve ausente.

Acababa de llegar cuando escuché la voz de mi secretario, ahh, últimamente solamente hacía que escuchar su voz.

-Señor, ha vuelto a contactar conmigo la oficina de recursos humanos, me han dicho que necesitan su consentimiento para seguir con su trabajo asignado, también me llamaron sus socios, preguntaron qué haría con los contratos que aún no firmaron, están preocupados, debería llamarlos para tranquilizarlos.

-Vaya, señor Walk, yo me encuentro muy bien, gracias por preguntar, además de eso, también le deseo que tenga un buen día, le agradezco su preocupación.-Le dije con un tono gracioso.

-Me disculpo, señor Britch, estaba bastante estresado porque tenemos muchas cosas que hacer. Buenos días.-Dijo para restregarme que teníamos mucho trabajo y para indicarme que no tenía tiempo para hacer el vago.

Después nos dirigimos a mi despacho, hasta que recibí una llamada.

¿Era Adam?

-¿Sí?

-Soy yo, Adam. Te llamo para decirte que padre ha despertado, ahora mismo estoy en el hospital, así que puedes pasarte cuando puedas. Te avisaré cuando Bethany se vaya, sé que las cosas entre tú y ella no son las mejores.

-No hace falta que lo hagas, gracias Adam.

-De acuerdo, ya hablaremos, adiós.

-Espera ...Tú...¿estás bien?-Le pregunté preocupado, por lo mucho que cometiera errores y fuera un poco arrogante seguía siendo mi hermano y le quería como tal.

-Sí, estoy bien, deberías preocuparte por ti, hermano, no pasa nada si en estos momentos dejas de ser un un hermano perfecto, el señor Britch perfecto que todos conocen, Michael, sé tú mismo, está bien no estar bien, permítetelo de vez en cuando.-Al no oír respuesta después de un tiempo continuó.- En fin, gracias, si necesitas alguna cosa me lo dices, estaremos en contacto.-Me dijo él preocupado.

-Está bien, cuídate.-Y así después de un silencio, colgamos. Aunque le haya respondido eso sabía que no me podía permitir tal cosa, debo seguir siendo así, eso es lo que me decía siempre, tenía que ser perfecto para otros, darle un buen ejemplo a mi hermano. No podía ser yo mismo, no con todos esos ojos que siempre me perseguían.

Y pensando en todo eso se me deslizó una lágrima por la mejilla, sin siquiera darme cuenta. Al notar eso, el señor Walk se fue, para no hacer que me sintiera incómodo. Ves, resulta que al fin y al cabo era un buen muchacho.

Al terminar todo mi trabajo me dirigí al hospital en el que estaba ingresado mi padre, no entendía por qué pero estaba un poco nervioso. ¿Qué me iba a decir? Al fin y al cabo me enfadé con él antes de que tuviera el accidente. Tal vez, ¿fue mi culpa? 

-Padre, soy yo.-Le comuniqué mientras tocaba la puerta de la sala en la que estaba ingresado él, a esas alturas Adam ya se había ido, así que solo debía quedar Bethany. Antes de que pudiera volver a tocar otra vez la puerta, alguien la abrió, sorprendiéndome en el instante.

-Puedes entrar, tu padre quiere hablar contigo, os dejo solos y, recuerda que acaba de tener un accidente así que su estabilidad emocional es muy importante. 

Ah, era Bethany.

-De acuerdo, gracias.-No quise discutir con ella ya que consideré que sería una pérdida de tiempo así que solamente le dije eso.

-Cuánto tiempo, hijo, parece como si hubiera pasado mucho desde que nos  encontramos, quién pensaría que fueron menos de dos semanas, además, hablamos hace una. De hecho, de eso mismo te quería hablar Michael. Sé que fui un incompetente y un mal padre, hasta en algunos momentos un mal marido para Amelia, pero...-Estaba caminando hacia la silla que había delante de mi padre pero me detuve en seco al escuchar ese nombre, ya hacía casi 10 años que no se nombraba bajo ninguna circunstancia.

-Padre, no tienes que sentirte obligado a contarme nada, no te sientas presionado.-Le paré por cortesía, la verdad era que sí quería saber más sobre mi madre, la madre a la que engañó padre, de la que solamente me quedaba un vago recuerdo.

-Nadie me está obligando, hijo, ha sido decisión mía, no te voy a culpar por ello. No quiero que odies a nadie por esto. Esas son mis condiciones.

-No te lo aseguro, pero haré mi mejor esfuerzo.-Le dije intrigado mientras me sentaba, no le pregunté ni cómo se encontraba. Mientras tanto cogí asiento y esperé a que siguiera su relato. 

Para (Hasta) siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora