Parte 15

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Llegó el día esperado, era el día de la reunión, estaba en la puerta de la sala en la que íbamos a hacerla, ya sólo nos separaba una pared, qué nervios, por dios. No paré de pensar en él, y os aseguro que no cosas agradables y normales, lo sé, a veces hasta yo pensé que no estaba cuerdo. Cogí aire e hice un ademán de abrir la puerta, era de cristal, por lo que probablemente vieron que me quedé unos segundos ahí parado, pero hice ver que revisó unos documentos, por lo que no había de qué preocupación. En esa reunión íbamos a hablar los términos más detallados y más había gente, la vez pasada fue una formalidad para ''presentarnos'', porque claro, las personas no acostumbran a costarse con sus clientes, ni mucho menos, así que en teoría no nos conocíamos. Por lo que no había tanta gente. Al entrar todos se callaron de golpe, mirándome, y, entre todas las caras, destacaba una, como no, la de mi querido Liam, que llevaba una mirada profunda como siempre y, oh, eso era nuevo, una mirada traviesa y encantadora, de hecho, por eso sobresalía, por lo atractivo que era. Me senté al lado de su secretario, en la punta de la mesa, como buen líder que era, y su secretario, que si no recuerdo mal se llamaba Jacob, tenía al lado a Liam, que aún me miraba atentamente. Ronronee para llamar la atención de los presentes en la sala para que se centraran en mí de nuevo y queriendo decir que daba comienzo la reunión. en la punta de la mesa, como buen líder que era, y su secretario, que si no recuerdo mal se llamaba Jacob, tenía al lado a Liam, que aún me miraba atentamente. Ronronee para llamar la atención de los presentes en la sala para que se centraran en mí de nuevo y queriendo decir que daba comienzo la reunión. En la punta de la mesa, como buen líder que era, y su secretario, que si no recuerdo mal se llamaba Jacob, tenía al lado a Liam, que aún me miraba atentamente.

Empezaron las explicaciones y todo el mundo estaba atento, como no, tenían un hombre esculpido por los mismos dioses griegos explicándoles los términos de un acuerdo. Después de dar la explicación se volvió a sentar, porque, el muy detallista había preparado una presentación con todo más explícito. Se sentó, y por lo visto era el turno de Jacob, que sacó el contrato de una carpetita y nos lo ofreció, lo leí, al igual que todos los presentes. Antes de que pudiera dar mi opinión para poder largarme de una puta vez de ahí, porque simplemente era lo mismo del otro día y sinceramente quería hablar con Liam, su secretario me interrumpió y empezó a cantar cada uno de los términos en voz alta y aclarando nuestras posibles opciones ahora que no habíamos aliado.

Todo iba bien, aunque, más bien dicho, todo hubiera ido bien si Liam no hubiera empezado a sonreír como un diablillo y a acomodarse, al principio solamente me pareció curioso, por lo que no le quise dar mucha importancia, o eso al menos hasta que noté un pie deslizándose por mi pierna-que estaba doblada-, hasta llegar a mi entrepierna, joder, era Liam, al sentir su pie apretujándome en mi sexo di un brinco, hasta emití un pequeño gruñido, por suerte lo disimulé tosiendo, tal vez un poco más fuerte de lo que debería, y Liam, el muy capullo, dejó salir una carcajada sin disimulo, pero no se detuvo, continuó con el pie en mi miembro, deslizándolo arriba y abajo con una suavidad enfermiza, hasta que ya no pude aguantar más, eso me estava matando,  por suerte , poco después y antes de que mi miembro tomara sus propias decisiones y actuara con voluntad propia, su secretario terminó,cosa que agradecí y agradeceré eternamente.

-Bien, me parece que no hay nada más que discutir, ¿tienen alguna pregunta en cuestión?-E hice lo mismo que hizo mi padre, no dejé que respondieran y di por finalizada la reunión, eso sí que daba miedo, cada vez me parecía más a él.

Empezaron a salir uno por uno hasta que sólo quedamos los cuatro, Liam, su secretario, el mío y yo.

-Está bien, pueden retirarse, por cierto, señor Willer, me gustaría discutir algunas cosas con usted si no es molestia.

-Me parece bien, ¿por qué no?-Dijo con una sonrisa pícara mientras nuestros secretarios se retiraban.

-Sabes que no puedes hacer estas cosas, joder, ¿y si nos llegaran a pillar? Sabes que estaríamos acabados, al igual que nuestras empresas.

-Pero no nos han pillado y eso es lo que cuenta. Vive el presente Michael, no te preocupes por lo que podría haber pasado o lo que pasará. ¿Podemos irnos ahora? Mi pierna me duele un poco, ha estado bastante rato complaciendo a alguien, ¿sabes?

-¿Complaciendo? Dios mío, cada día me sorprendes más.-Le contesté en tono burlón.-¿Ir a dónde?

-A un hotel, evidentemente, o, no me digas que quieres seguir así. Tú mismo lo dijiste el otro día, yo sólo estoy adelantando las cosas.

-Bien.-Me acerqué a él para besarlo apasionadamente durante unos segundos, cuando se quedó sin aire separó nuestras bocas hasta sentir nuestra única respiración agitada, me miró con esa mirada intensa a los ojos, sin miedo y se acercó a mi oreja.

-Vámonos antes de que cambie de opinión y quiera hacerlo aquí mismo.

Para (Hasta) siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora