Parte 31

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-Ya lo creo, ha pasado mucho. Siento irme tan repentinamente, fui al extranjero, después de varios años intenté contactarme contigo, pero no pude. Me alegro mucho de verte.

-Oye tú, ¿acaso no ves que está ocupado? Tiene novio, yo. Ni se te ocurra acercarte a él. Ya ha sufrido lo suficiente por tu culpa.

-Liam, por favor, aguanta, ahora nos vamos.                                                                                                               Lo siento mucho, ha bebido mucho y no sabe lo que dice.

-No pasa nada. ¿Es tu novio?

-Sí.

-Ya veo, ya me lo presentarás formalmente algún día que esté mas consciente. 

-Claro.

-Debemos quedar para ponernos al día, ¿qué te parece mañana a las cinco delante del Starbucks donde solíamos ir hace tiempo?

-Claro, ahí nos vemos. Adiós

Salimos del club y fue como quitarse un peso de encima, cómo el viento contrastaba con la piel cálida por la acumulación de gente, un sentimiento de alivio al ver que ya no estabas rodeado de personas, era abrumador. Me hundí en mi mundo, hasta que oí a Liam jadear en el suelo.

-Oh, no, no, no, por favor Liam, no vomites aquí. Ahora llegamos a casa, ¿vale?

Asintió, aunque al levantarse vomitó encima de mí, me dejó perdido.

-Liam, ¿no me escuchaste? Mira qué me has hecho.

-No, ¿qué he hecho? Lo siento, cariño, lo siento.-Empezó a llorar, de verdad, no me lo podía creer. Intenté calmarlo, pero no funcionó, siguió disculpándose y diciéndome que me quería. Sentía que estaba tratando con un niño de tres años.

-Querido, sabes que te quiero, ¿verdad?-Continuó insistiendo en el coche.

-Liam, te he dicho que no pasa nada, al fin y al cabo era tu ropa. Me voy a duchar y ya está, no tienes porqué preocuparte.

-Gracias.

Llegamos a casa, le quité la ropa y lo puse en la cama, se durmió como un tronco con el sólo roce del cojín. Yo me duché y también me fui a la cama. A la mañana siguiente me desperté y al girarme vi a Liam a mi lado con las manos en la cabeza maldiciéndose. Me levanté y dio un respingo al notar un movimiento a su lado. Giró su cara hacia mí con cierto miedo en sus ojos y se me quedó mirando, horrorizado.

-¡Lo siento mucho! Prometo no volver a beber nunca más, no sé cómo pude hacer eso.

-¿Hacer qué? ¿Montar una escena? ¿O vomitarme encima?

-Lo siento mucho.

-Es broma tontito, sabes que no pasa nada. Y no te sorprendas mucho si te llaman números desconocidos, fuiste tú el que les dio tu contacto.

-Ay madre.

Preparé algo para la resaca y nos lo tomamos en el sofá mientras mirábamos una peli. Era sábado así que nos podíamos tomar el día libre.

-Oye, esta escena me recuerda a algo.-Paró la peli, estábamos en la escena en la que la protagonista encontraba a su ex pareja por casualidad y se volvía a enamorar de él. Era considerablemente patético teniendo en cuenta todos los factores, pero, ¿quién soy yo para juzgarlos?-El chico que te encontraste ayer, ¿era tu ex "novio"?

-Sí.

-Si no recuerdo mal vais a quedar, ¿no?

-Sí.

-Deja de contestar solamente con un sí, ¿no te das cuenta de lo que has hecho? Estás quedando con tu ex novio, el que te gustó durante tanto tiempo.

-Ya no hay nada entre nosotros, es sólo para ponernos al día como buenos amigos. No pasa nada. Además, si pasa algo raro prometo avisarte.

-Sigue sin gustarme la idea, ese chico no me transmite confianza, pero, no te lo voy a prohibir. Sólo avísame si pasa alguna cosa sospechosa y ve con cuidado.

-Claro, te mantendré informado, sargento.-Puse la mano en la cabeza como hacen los militares al saludar a su superior. Él se rio por mi gesto. Pasamos el rato y no me di cuenta de que ya eran las cuatro. Me cambié rápidamente y me fui.

Pasé por delante de donde habíamos quedado y ahí estaba, con cierta elegancia y belleza-no tanta como la de mi querido Liam-, era moreno, pelirrojo y de ojos marrón claro, no había cambiado mucho en todo el tiempo que no nos vimos.

Lo saludé y entró al coche.

-¿Dónde vamos?

-¿A la cafetería donde solíamos ir? Me acuerdo que te encantaba el café de ahí.

-Okay.

Llegamos y nos sentamos, era una cafetería humilde pero agradable y acogedora, por eso me gustaba tanto, seguía igual que hace seis años.

-¿Qué quieren pedir?

-Un latte por favor.

-Para mí un Flat White.

-¿Un Flat White? Si antes lo odiabas, no te gustaba el café negro, por eso decías que no te gustaba que predominara su sabor.

-Michael, han pasado seis años, mis gustos han cambiado bastante. Aunque para los hombres no.

No quise darle importancia a lo que dijo porque tal vez no había gato encerrado en sus palabras, sólo me comería el coco si pensara de más.

Nos trajeron las bebidas y charlamos de lo que hicimos en el pasado. Me pidió disculpas por desaparecer tan súbitamente, dijo que se resistió a ir al extranjero a estudiar cuando su padre se lo pidió por las buenas, y luego lo obligó a irse de un día para otro por las malas.

-Me quedé ahí cuatro años, al volver intenté buscarte, pero no te encontré. Me rendí, pero un día vi las noticias y ahí estabas. Pensé que era el destino uniéndonos de nuevo, que tenía otra oportunidad, pero resulta que ya tienes novio.

-Aún así, podemos ser amigos, ¿no lo crees?

-Sí.-Dijo un poco decepcionado.

-Bueno, ¿al final tu padre decidió heredarte la empresa en vez de a tu hermana?-Procuré cambiar de tema, era bastante incómodo hablar del pasado y lo que fuimos.

-Me dijo que lo haría, pero renuncié al puesto ya que estaba enfadado con él.

-Ya veo. ¿Osea que ahora no trabajas?

-Bueno, soy el vicepresidente de la empresa, nos reconciliamos, pero mi hermana ya la había heredado, así que no pudo retractarse y me dio el puesto de vicepresidente.

-Entonces no está tan mal. Al menos trabajas de lo que estudiaste y es fijo.

Nos quedamos hablando hasta las siete, poniéndonos al día sobre todo lo que estuvimos haciendo, era mi "ex" pero nos llevábamos bastante bien, era agradable conversar con él.
No sé cómo llegamos al tema de las relaciones y, al parecer, también confesiones.

-¿Saliste con alguien más después de que me fuera?

-Con cinco personas contando a Liam, pero, que yo recuerde tú y yo no salíamos.

-Tienes razón, sin embargo, me gustabas, de hecho, creo que no dejé de hacerlo. Al verte mis sentimientos, los cuales pensaba que habían desaparecido, renacieron de nuevo, como un soplo de viento cálido y afable. Sé que tienes novio, pero por favor, reconsidéralo.

-Gilbert, a mí también me gustabas, y fue muy difícil poder superarte, de verdad, pero me gusta mucho Liam, o más bien, lo amo. Siempre podemos seguir siendo amigos. 
Creo que debería irme ahora, Liam me espera.
Adiós, lo he pasado muy bien contigo, ya nos volveremos a ver.-Y me fui, no me lo podía creer, le gustaba, a él, el chico al que más me costó superar porque pensaba que me había abandonado. Aunque fue un poco descarado de su parte, sabía que tenía pareja, pero me lo dijo igualmente.


Para (Hasta) siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora