Faltaba poco menos de dos días para que Stephen regresará a LA, por esa razón había acordado junto con Idalid en salir para seguir conociendo y pasándola bien, ese corto tiempo en el que estuvieran juntos. En ese momento, su relación parecía ir bien pues, el día en el que saldrían los dos estaban hablando como si el tiempo no hubiera pasado. Conversaban sobre el trabajo de Idalid y su relación con sus compañeros y pacientes.
También conversaron durante el almuerzo sobre la temporada de Stephen, la cual iba bastante bien ya que, le gustaba el equipo al cual pertenecía, su relación con sus compañeros y el estado físico en el cual se encontraba. En todo ese momento, ninguno de los dos sacó el tema de las parejas, ninguno hablo sobre Morgan o Liam y eso era porque no querían enterarse sobre la relación, por esa primera vez a ninguno le interesaba saber sobre la pareja del otro.
Al llegar la tarde y al disminuir las horas en las cuales Stephen estaría junto a ella, decidieron salir a patinar a la pista de hielo cercana a casa de Idalid. Pues era algo que les gustaba y realmente lo hacían pocas veces.
Mientras patinaban y se caían en contadas ocasiones, los dos la estaban pasando muy bien, riendo y bromeando sobre su poca capacidad para poder patinar. Pero se sentían felices de poder estar juntos y volver a sentirse bien, como lo hacían antes de separarse o dudar sobre sus sentimientos.
En esos momentos podrían jurar que la pasaban tan bien que, no importaba nada más que ellos. Ambos reían, se abrazaban y entrelazaban sus manos, sin darle una etiqueta o buscarle un significado a eso.
En todo el momento que estuvo junto a Idalid, Stephen se sentía cómodo y feliz, de verdad pensaba en la posibilidad de poder estar junto a ella. La claridad comenzaba a aparecer, el imaginarse junto a ella, tomarla de la mano, abrazarla y besarla era algo que le gustaba y que no podía creer que no estuviera tan seguro de eso como lo estaba en esos momentos. Se maldecía por entenderlo en ese momento, pero era mejor que negarlo o no darse cuenta y después arrepentirse.
Ahora sabía que quería darle esa seguridad y ser honesto con ella, solo esperaba que ella pudiera responder de la misma forma o por lo menos, no ignorarlo.
Con eso en mente, Stephen pensaba en decirle lo que sentía a Idalid y creyó que podía decirle en el camino de regreso a casa, mientras los dos caminaban, él decidió detenerse y comenzar a hablar con Idalid.
Stephen – Oye. ¿Puedo decirte algo? Pregunto nervioso mientras la sostenía de su muñeca para que parara de caminar
Idalid – Claro. ¿De qué quieres hablar? Pregunto al verlo
Stephen – Es sobre como me he sentido en estos días contigo, quiero decir que, me esta gustando mucho y que no quiero regresar a LA.
Idalid – A mí también me ha gustado mucho, puedes regresar cuando quieras. Dijo tranquila
Stephen – Gracias, pero en realidad quiero retomar una conversación a la cual ya le habíamos dado un cierre.
Idalid - ¿Te refieres a nosotros?
Stephen – Si, quiero que hablemos sobre nosotros. Es algo que nos debemos ¿No crees?
Idalid – No creo, ya hablamos sobre eso y ya cerramos ese tema. Decidiste darte una oportunidad con Morgan, estas con ella y yo ahora salgo con Liam. Dijo con tono serio
Stephen – Si, pero estoy seguro de querer estar contigo. Sé que ya hablamos sobre eso y es justo por esa razón que quiero retomar esa conversación. Ahora se que eres tú con la que quiero estar. Dijo al acercarla a él para abrazarla
Idalid – Yo quería estar contigo, pero no me elegiste a mi y no es un reproche. Pero estas con ella, no puedo creer en lo que me dices ahora. Dijo al separarse un poco de Stephen para verlo a los ojos
Stephen – Estoy siendo honesto contigo, voy a terminar con ella al regresar de este viaje. ¿Puedes creerme esta vez? Preguntó para después besarla
Los dos se besaron lentamente, pero ese beso fue interrumpido por Idalid, que fue la que se encargo de separar su cuerpo del de Stephen, para evitar que siguieran besándose y confundiendo la relación que creían tener.
Idalid – Yo no quiero esto. Perdón, pero en estos momentos sigues con ella y decidiste que fuera así. Yo estoy con Liam y quiero intentar algo con él, no pienso seguir con este juego.
Stephen – No es un juego, estoy seguro de lo que siento y me gustaría haberme dado cuenta antes, pero si es que quieres tener una oportunidad con él, eres libre de hacerlo. No voy a interferir entre ustedes.
Idalid – Me alegra saber que estás seguro, pero no vamos a seguir con esto. Creo que es mejor que no pensemos ni hablemos más de esto. Te deseo lo mejor con Morgan, sea lo que sea lo van a poder resolver.
Al decir eso, los dos caminaron hacía la casa de Idalid para poder descansar de ese día y para dejar de pensar en lo que había sucedido momentos antes. Cuando los dos llegaron a casa de Idalid no se dirigieron la palabra y se dirigieron ambos a sus habitaciones sin cruzar palabra alguna, lo que a Idalid no le había gustado del todo porque al día siguiente por la mañana despertó y se dirigió al cuarto en donde estaba Stephen para poder hablar, pero él ya no se encontraba ahí.
Él se había marchado, dejando el desayuno preparado y llevándose sus maletas del lugar, momentos después de encontrarse sola en casa, el celular de Idalid sonó, notificando que Stephen estaba tratando de localizarla por lo que, contestó la llamada.
Idalid - ¿Hola?, ¿Está todo bien?, ¿Por qué te fuiste sin despedirte?
Stephen – No me sentía de ánimo para hacerlo y no quería hacer algo de lo que me pudiera arrepentir. Creo que dejamos las cosas más claras y por eso decidí irme más temprano, te quiero, pero no creo que ahora sea un buen momento para seguir hablando.
Idalid – Las dejamos claras, pero podemos seguir nuestra amistad. Nadie te ha pedido que te alejes.
Stephen – No, pero prefiero hacerlo. Debo irme, pero te quiero decir que me gustó estar contigo y que te deseo suerte en el tiempo que decidas estar en Canadá y con Liam.
Idalid – También me gustó estar contigo, te quiero y también te deseo lo mejor con Morgan y en la temporada. Dijo al finalizar la llamada
ESTÁS LEYENDO
Faithful -Stephen Curry-
FanfictionSer solo amigos, estar siempre a su lado pero no de la forma que yo deseaba, dejó de ser suficiente para mí.