Quiero que seas tú

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El que Idalid no visitará a Stephen en esa noche después de lesionarse, lo hizo sentir muy mal, debido a que los dos habían hecho un acuerdo tácito entre ellos, en donde estarían presentes para ayudarse y animarse cuando lo necesitaran. Pero en parte imaginaba que ella quería tomar distancia de él, pues desde el día en que conversaron en casa de Idalid. No se comunicaban mucho, solo en algunas ocasiones y eran textos realmente cortos. Él entendía que ella quisiera alejarse, pero no esperaba que lo seguiría tan religiosamente o lo suficiente como para no acudir a verlo.

Era realmente algo nuevo, el que estuvieran separados, por lo que a los dos les costaba asimilar y entender esa situación, pero por lo menos Idalid estaba enfocada en mantener su distancia y con el tiempo, acercarse poco a poco.

A las horas siguientes y después de una exhaustiva evaluación, se le indicó a Stephen tener reposo en casa, junto a varios ejercicios para su tobillo pues, aunque tendría un vendaje funcional en su tobillo, era necesario que estuviera en casa y comenzará sus sesiones de rehabilitación, lo más rápido posible. Ya que tenía que estar en las mejores condiciones para la temporada siguiente y eso solo lo iba a lograr si acataba las instrucciones del médico y fisioterapeuta encargados de su tratamiento. Al terminar de escuchar las indicaciones, Morgan llevó a Stephen a casa para que tuviera su momento de descanso y relajación.

Al estar Stephen descansando en su habitación, cuidando su hombro y tobillo afectados. Pensaba continuamente en comunicarse con Idalid para hablar sobre la razón por la cual ella decidió no asistir a verlo, pues si no pensaba verlo por lo menos se tendría que dignar a hablarle por medio de una llamada.

Stephen – ¿Se puede saber la razón por la cual no fuiste a verme?. Me dijo Sydel que habías regresado con ella y que la habías acompañado al hospital. Dijo seriamente

Idalid – No entré a verte porque estaba tu familia y Morgan, era la cantidad necesaria para estar contigo. Después iré a verte.

Stephen – No importa, pudiste solo estar un par de minutos, pero decidiste irte. Sabes que yo no lo haría, por muy enojado que estuviera contigo.

Idalid – Yo lo sé, pero la situación es diferente y eso los dos lo sabemos. Aunque en parte tienes razón, creo que al menos pude estar unos minutos.

Stephen – Si, lo sé. Pero creo que nuestra amistad debería ser más fuerte que eso y ahora debes saber que te mereces un castigo, por no ser buena conmigo. Dijo en tono juguetón

Idalid - ¿Estás seguro? Con un helado seguro que puedo pagar mi falta de empatía contigo.

Stephen – Si, puede ser. Pero ahora quiero verte más que ayer, así que mañana después de tu trabajo, debes visitarme.

Idalid – No sé si pueda, pero voy a tratar. Dijo jugando

Stephen – Tienes que venir a verme, es una petición por todos estos años juntos. Promete que lo harás. 

Idalid - Está bien, voy a ir. Iré después de mi trabajo. Lo prometo. 

Como Idalid lo prometió, después de terminar con su trabajo se dirigió a casa de Stephen para cumplir con la promesa, no sin antes comprar el helado indicado para él. Al estar frente a la casa de Stephen, ella tocó la puerta un par de veces esperando que algún familiar o encargado de cuidar de Stephen abriera la puerta, lo que no sucedió ya que Stephen fue el que apreció al abrir la misma. Sorprendiendo a Idalid por su acción, aunque él contaba con un par de muletas para proporcionarle ese apoyo extra, lo que era algo bueno, pero al tener también su hombro lastimado, le costaba mucho usarlas.

Pues al dar media vuelta y dirigirse a su sillón, después de saludar a Idalid y dejarla ingresar a su casa. Él perdió el balance, lo que causó que cayera al piso, haciendo que él terminara sentado en el suelo de su casa. Creando bastante impotencia y frustración en él, ella se arrodilló frente a él para poder ayudarlo a levantarse. Ayudando a sentarse en el sillón y poder elevar su tobillo lastimado.

Ella se sentó a su lado, mientras le invitaba un poco de helado, haciéndolo olvidar el mal momento con su caída. Los dos veían alguna serie y hablaban sobre ella cuando Idalid decidió voltear a ver a Stephen para decirle que había cumplido su promesa.

Idalid - Cumplí con lo que prometí, estoy aquí y aparte te traje un helado. Creo que ya puedes decir que, no estas molesto conmigo

Stephen – Si, ya lo cumpliste. Pero no debes volver a hacer algo así de nuevo. De verdad, me sentí muy decepcionado al no verte.

Idalid – Imagino que así fue, me disculpo por eso. ¿Cómo te has sentido?

Stephen – Bien, supongo. Hasta hace unos minutos, estaba llevando bien la situación con mis muletas y mi hombro.

Idalid – Te va a costar un poco al inicio, pero después será más sencillo. Debes de cumplir con las indicaciones también.

Stephen - ¿Cómo sabes sobre eso?

Idalid – Le pedí a Sydel que me informara sobre todo y porque tengo la experiencia suficiente como para saber que indicaciones son

Stephen – Bueno, al menos sé que si estabas al tanto.

Idalid – Si, sabes que no me iría así de fácil. Pero, ¿Por qué no hay nadie en casa?

Stephen – Pues Morgan salió un par de días por un desfile, mi mamá fue a descansar un poco a su casa. Sobre los demás, les pedí que no vinieran en algunos días.

Idalid – Ya veo, ¿Por qué a mí si me hiciste venir? Preguntó curiosa

Stephen – Pues no nos habíamos visto y porque quería pedirte algo

Idalid – Ok, ¿Qué es lo que quieres pedirme?

Stephen – Quiero pedirte que seas mi fisioterapeuta, eres la indicada para ayudarme a recuperarme. Lo has hecho antes.

Idalid – Si, pero no de forma oficial. Lo hice un par de veces cuando recién comenzaba.

Stephen – Bueno, pero si ya eras buena en ese tiempo ahora eres mejor. Quiero que seas tú la que este conmigo.

Idalid – No lo sé. Dijo dudosa, pues quería tomar distancia de él, pero también quería ayudarlo.

Stephen – Eres de las pocas personas que me ha visto así de vulnerable, confío en que me ayudaras. Dijo con seguridad

Idalid – Tienes un punto a tu favor, pero aun así no lo sé. ¿Crees que sea buena idea? Hay personas que esperan que estés en forma lo más pronto posible.

Stephen – Puede ser, pero yo quiero que seas tú la que me ayude. Puedes con eso y más. ¿Puedes? Dijo al mirarla

Idalid - Está bien, puedo venir mañana y comenzar con las sesiones. Podemos aprovechar el tiempo y tener buenos resultados.  



Faithful -Stephen Curry-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora