Estar junto a Sydel ayudaba en gran proporción a Idalid, después de pasar la tarde y noche juntas hablando sobre el compromiso, fecha de boda e incluso de Stephen. Había sido de mucha ayuda para pensar mejor en la situación en la cual se encontraba Idalid. Aunque quería estar con Liam y él era muy dulce con ella, no iba a negar que también lo era Stephen y que el sentimiento era mucho mayor con Stephen. Idalid entendía que no era correcto aferrarse a una idea y esa idea era que Liam podía tomar un lugar que ella había apartado desde hace mucho y ese lugar era para Stephen.
Claramente las circunstancias en las que ahora estaban y en las que habían estado en los últimos años no eran las mejores sobre todo porque, se habían dejado de hablar durante algunos meses, tuvieron sexo e intento de sexo en algunas ocasiones y una especie de confusión en su relación. Dejando solo preguntas sin respuestas entre ellos, al igual que decisiones que a ninguno de los dos les parecía, pero por respeto a sus parejas, tuvieron que tomar para poder tener una buena relación.
Esperaba que, al asistir al juego sirviera para poder acercarse a él poco a poco y de esa manera hablar de forma más tranquila y privada, algo que no pudieron hacer en la fiesta de compromiso de Sydel. Aunque las cosas parecían haber quedado claras entre ellos, un acuerdo en el que Stephen iba a respetar el espacio entre Liam e Idalid y no entrometerse, aunque eso se tradujera en tomar distancia y no hablar con ella. Ella lo quería cerca y él también la necesitaba, eso era un hecho y algo innegable por lo que, estar con él cuando ganará el campeonato era algo que necesitaba y quería hacer.
No solo porque sería algo muy bueno para él sino porque el día del campeonato sería el día en el que ella decidiera en que lugar quedarse. Aunque no lo hacía por él, era ese día en el que estuviera junto a sus amigos y de nuevo en el ambiente familiar que tanto había extrañado. Estando de nuevo con ellos, iba a hacer que su decisión fuera más fácil de tomar y fuera más certera.
Era domingo por la noche e Idalid iba algo retrasada para el juego, iba tarde porque su familia había llegado a su casa para pasar un rato con ella antes de que se fuera al juego, aunque hablaban diario desde que ella se había mudado a Canadá, se extrañaban mutuamente y querían estar juntos de nuevo antes de que ella regresará de nuevo. Todos la pasaban muy bien, viendo películas en la sala, comiendo y hablando sobre las novedades en casa, la pasaban tan bien que, si no fuera por uno de los primos de Idalid, que le recordó que el juego estaba a poco tiempo de comenzar, seguirían conversando y pasando el tiempo juntos.
Estando ya arreglada y después de varias llamadas perdidas por parte de Sydel, Idalid manejaba camino al juego, esperando llegar a buen tiempo y no perder ninguna de las anotaciones de Stephen. Tras varios minutos manejando, ella pudo llegar al lugar con 10 min de retraso que, aunque no eran muchos, eran valiosos para poder crear una diferencia en el tablero. Al entrar al lugar, se apresuró para llegar rápidamente al asiento que estaba a un lado de Sydel y de la familia Curry, estando todos a una distancia considerablemente cerca de la cancha, teniendo una increíble vista de Stephen y del juego, en el cual se enfrentaban a los Celtics.
Idalid – ¿Qué tal va el juego? ¿Hizo ya anotaciones? Preguntó nerviosa
Sydel – Si, por lo menos los primeros 8 puntos ha logrado obtener. Toca esperar y desear lo mejor.
Idalid – Estuve escuchando el juego en el camino, pero decidí mejor esperar a estar acá. Tiene un tiempo que no lo veo jugando.
Sydel – Lo está haciendo bastante bien, ya lo conoces. Pero debo decirte que antes de que él comenzará a practicar, me pregunto si es que tú habías hablado conmigo de asistir, le dije que no y que no se hiciera ilusiones.
Idalid – Que mala eres, disfrutas de jugar con él. Espero que sea una buena reacción la que tenga al verme, porque de no serlo, tendré que irme. Es un día importante para él.
Sydel – No es necesario que te vayas, él preguntó porque le habías prometido asistir y no te vio cuando se acercó a saludarnos.
Idalid – Tienes razón, estoy aquí por la promesa y por él, obviamente. Dijo al mirar una anotación más por parte de Stephen.
Sydel – Espero que puedan hablar mejor ahora y que hoy sea campeón. Dijo para después enfocarse en el juego
El juego avanzaba de la mejor forma o al menos para los Warriors porque con maravillosas anotaciones, asistencias, bloqueos y el manejo del balón, salieron victoriosos en la gran final. En la que quedó un resultado de 107 de los Warriors a un 97 de los Celtics, dejándolos como los ganadores indiscutibles del campeonato.
Al ver y escuchar el resultado, los familiares y aficionados del equipo bajaron a la cancha para poder celebrar junto con el equipo, en el momento inicial Idalid se mantuvo alejada de la multitud que abrazaba con fuerza a Stephen, esperando a que se calmara un poco el ambiente para poder acercarse ella, consiguiéndolo durante un tiempo largo de espera.
Idalid – ¡Muchas felicidades! Se merecen este campeonato, han trabajado muy bien todos. Dijo al abrazar a Stephen
Stephen – Pensé que no ibas a asistir, pero me pareció verte a lado de Sydel hace unos momentos. Me gusta mucho que estés aquí y que hayas cumplido con tu promesa. Dijo al abrazarla con fuerza
Idalid - Lo prometí y no pensaba olvidarlo. Me encantó el juego, extrañaba venir a verte jugar.
Stephen – Y yo extrañaba verte sentada apoyándome en cada juego, por cierto, te ves hermosa hoy. Dijo susurrándole mientras deshacía el abrazo entre ellos.
Idalid - Gracias, debo decir que el sudor en ti y en tu uniforme queda muy bien. Dijo sonrojada
Stephen – Ya sé, pero debo ir a ducharme y arreglarme para la celebración de hoy. Vas a asistir, ¿Verdad? Preguntó al sostener su mano.
Idalid – Si, te veremos en el lugar. No tardes mucho en llegar.
Stephen – No voy a tardar nada, gracias de nuevo por estar aquí. Dijo al darle un abrazo y un beso corto en la mejilla, para después correr a los vestidores junto al resto de los jugadores.
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Faithful -Stephen Curry-
FanficSer solo amigos, estar siempre a su lado pero no de la forma que yo deseaba, dejó de ser suficiente para mí.