El chico de la calle | SeoDo | ONEUS

[ C U A T R O ]

Eran varias las noches que habían pasado desde esa extraña conversación en la que el chico se había ido de la casa. GeonHak seguía dándole vueltas al asunto sin parar ¿Por qué?, se preguntaba, ¿Por qué había reaccionado así al escuchar su propio nombre?

— GunMin... —repitió para sí mismo— ¿Por qué te fuiste así?¿Dónde estás ahora?

— ¿Quién? —preguntó la secretaria. Él ni siquiera la había visto entrar— ¿El chico que estabas alojando?

— Eh... Sí —dijo tragando seco.

— ¿Se fue? Que bueno, Kim, no estaba bien eso, me daba mala espina. Ya está, te olvidás.

— Es un pobre pibe que vive en la calle. No hizo nada malo, no me robó nada, no me faltó el respeto... Hasta... —, pero se detuvo antes de cometer "sincericidio".

— No sabés nada de él ¿Mirá si es un delincuente? No te hizo nada porque le convenía que lo tengas guardado en tu casa.

— No sé, no me parece —dijo, pero por dentro todas las acusaciones le revolvían el estómago. Aún si todo eso era verdad ¿Cómo podía culparlo? Quien sabe las cosas que pudo haber vivido, pensó—. Si se hubiera ido de mejor manera, estaría más tranquilo.

— ¿Por qué?¿Cómo se fue? —preguntó curiosa la mujer.

— Le pregunté el nombre, no se acordaba su propio nombre ¿Podés creer? Imaginate el tiempo que habrá estado solo en la calle. Me parte el alma. Le dije el mío y resultó que empezaba igual, así que se acordó. Me lo dijo lo más bien, pero cuando lo nombré yo, se puso como loco. Se levantó y se fue. No me dejó detenerlo.

— Ay, Kim, eso es raro. Tené cuidado. Si está loco capaz que vuelve y te hace algo. Yo que vos lo denuncio antes de que pase algo peor.

— ¿Denunciarlo por qué?¿Por enojarse y gritarme? —, el hombre no entendía por qué todos lo veían como una amenaza. Si sólo hubieran visto sus sonrisas sinceras ante un plato de comida o cuando elegían ropa.

— ¿Te gritó? Ay que horror —dijo indignada la mujer.

— No, horror nada. Me preocupa que tenga un trauma con su propio nombre. Y no puedo ayudarlo porque no sé dónde está.

— ¿Limpiaste bien ahora que se fue?

— ¿Qué? —la pregunta lo incomodó demasiado. El chico había llegado en condiciones cuestionables, pero durante su estadía se había duchado seguido. De hecho amaba hacerlo. No había motivos para considerar que pudiera "ensuciar" su casa. Era ordenado y prolijo.

— Y sí, no sabés dónde andaba... Con quién... O quiénes... ¿Usó tus toallas? Tu baño... Que asco. Yo desinfectaría todo.

GeonHak quedó pensativo, en algo tenía razón. Él chico había permanecido limpio en su casa ¿Pero antes? Estaba claro que su higiene no había sido la mejor, y no sabía qué tipo de vida llevaba. "Normalmente me quieren hacer arrodillar a mí, pero nunca había pasado al revés", recordó de pronto. No era la primera vez que pensaba en eso, de hecho, le daba bastantes vueltas en su cabeza ¿Sería muy descabellado pensar que quizás el chico había recurrido a favores sexuales para sobrevivir alguna que otra vez? El simple pensamiento se sentía como una patada en el estómago. Pero entonces, ¿qué seguridad tenía de que lo que había hecho esa mañana con él no le traería alguna enfermedad horrible? Podía tener cualquier cosa y él se lo había metido en su propia boca sin pensar en las consecuencias. Le avergonzaba tanto el haberse dejado llevar así, como un adolescente.