[ V E I N T E ]

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- ¿Querés que vaya? -preguntó HaRin, viendo la palidez de su amigo, que le costaba levantarse del asiento

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- ¿Querés que vaya? -preguntó HaRin, viendo la palidez de su amigo, que le costaba levantarse del asiento.

- No, es mi casa, son mis papás, voy yo -dijo el hombre, aunque era más para sí mismo que para HaRin.

Regresó al interior de la casa y abrió la puerta. Todo era silencio desde el patio. La mujer entró con un tuper de comida, luego de abrazar a su hijo y saludarlo por su cumpleaños. El padre le entregó una caja con dinero y chocolates como regalo. El hombre sonrió, pero estaba temblando.

Se dirigieron primero a la cocina a buscar más bebidas. Al hombre le temblaba el pulso. Afuera todo era silencio.

- Mamá, yo... Papá... Eh... Bueno... Vamos afuera, ¿no? -. No, no sabía cómo hacerlo. No sabía si lo mejor era hablar a solas o simplemente soltarlo al momento de presentarlo. No sabía qué hacer, cómo decirles algo así.

Salieron al patio donde 4 pares de ojos miraban curiosos. Los dos mayores saludaron primero al conocido HaRin, y miraron con curiosidad a las otras tres personas, en especial a la niña. GeonHak se rascó la frente, le vibraba toda la cara por el exceso de fujo de sangre. No sabía cómo hablar con las personas que debían ser tan cercanas para él.

- Hola, Kim YoungJo -se presentó, rompiendo el silencio- HaRin y yo... Estamos en algo -simplificó, todavía no estaba muy claro qué eran-, y ella es mi hija, AeYoung.

Los padres de GeonHak hicieron una pausa tensa antes de saludarlo cordialmente, a él y a la niña. Eso solo hacía más difíciles las cosas para el hombre. SeoHo se levantó de su asiento. También se sentía ansioso, raro, muy tenso. En ese momento le hubiera gustado tener a HwanWoong a su lado para sentirse acompañado. Le emocionaba conocer a los padres del hombre, pero algo dentro suyo se inquietaba demasiado, demasiado, en especial cuando miraba a su suegro, ah, cómo costaba esa etiqueta en su cabeza.

- Y,, y,,, él es... SeoHo -pronunció con dificultad. La mujer dejó las cosas que traía sobre la mesa, por suerte, de lo contrario puede que algo hubiera terminado en el suelo-. Él es...

- Soy su pareja -dijo SeoHo, tal como lo había hecho el hombre frente a su amigo HwanWoong un tiempo atrás.

Otra vez, todo fue silencio.

SeoHo los miró con un gesto firme, en especial al señor Kim, estaba listo para gritar, chillar o hacer lo que fuera si alguno de los dos se atrevía a decir algo de más. YoungJo lo notó, quizás fuera el único con la capacidad de atender a ese detalle, HaRin estaba completamente concentrado en su amigo.

- SeoHo, ¿me ayudás con la comida? -preguntó YoungJo de pronto, cortando el clima. No esperó respuesta del chico y lo llevó hacia el interior de la casa, a la cocina.

- ¿Qué hacés? ¿Por qué me sacaste? Yo quiero-

- No, tranquilo. Como padre, creo que ellos necesitan un poco de lugar, ¿sí? -intentó tranquilizarlo. SeoHo miraba fijo el sujetador de cuchillas y apretaba los puños. YoungJo no lo notó.

El chico de la calle | SeoDo | ONEUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora