[ D I E C I N U E V E ]

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- Sentate

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- Sentate.

- Buenas, ¿qué pasa?

- Buenas nada, vos sabés qué pasa. No te hagas el tonto. Decime cómo se arregla esto.

- Discúlpame, GeonHak, no tengo id-

- Director Kim, para vos. No voy a darte el beneficio de la duda. Devolveme lo que te llevaste de mi casa.

El hombre está irritado, molesto, quiere tomarlo por la camisa rallada de idiota y usarlo para limpiar el piso de su oficina. Pero se contiene porque no quiere dejarse llevar, no es su forma de resolver las cosas.

- ¿Qué? No me llevé nada, no sé de qué hablás -, pero el hecho de que no admita lo que hizo no está ayudando.

- Choi.

- Kim, ¿vivís con un chico de la calle y desconfiás de mí?

El tonto profesor de Física no puede ocultar lo tenso y molesto que está. Para el hombre ya no quedan dudas de que él es el culpable, de todas formas quiere hacerlo confesar.

- Ese chico de la calle no tiene motivos para robarme, ese reloj lo usa él más que yo.

- ¿R-reloj? -pregunta primero, es la primera vez en el diálogo que se ve realmente sorprendido, eso demuestra su culpabilidad-. No estés tan seguro -sigue, luego-. Ahora que tiene su propio trabajo... Capaz quiere irse y empieza a vender tus cosas una por una... Cometiste un error metiéndolo en tu casa. Date cuenta y dejá de culpar a otros.

- Sos estúpido. Trabaja con mi mejor amigo, dudo que supieras ese detalle. No va a irse, si sé perfectamente dónde encontrarlo todos los días. Pero ese no es el punto, no es un delincuente, sólo es un chico que tuvo mala suerte.

- ¿Ah, sí?, ¿sabés cómo terminó en la calle? -pregunta Choi, sabe que está perdiendo, pero no va a dejar pasar la oportunidad de insistir en que no debe confiar en el chico, aunque eso deje en evidencia que no es para nada inocente.

- No, y no me importa. Me importa la persona que es ahora, conmigo -responde el hombre sin dudar, sin titubear, está seguro de eso.

- Me ninguneaste por años y ahora estás como si nada con un pendejo de la calle -replica el profesor con creciente nerviosismo. Se levanta del asiento y apoya las manos en el escritorio-. No puede ser que estés tan cegado por un pibe. Es un desprolijo, no está a tu altura Kim.

- ¿No? ¿Y vos sí? No te ninguneé, no me llegué a sentir ni la mitad de cómodo que con él, no me hiciste sentir nada por vos, y ahora veo por qué, porque no vales la pena.

- No me podés decir eso, no me podés decir eso... Yo sé lo que te hacía sentir, no podés negarlo.

- No estás entendiendo, y no voy a discutir eso con vos -, es que el hombre entiende mejor que nunca que si su historia con Choi no pasó de unos cuantos revolcones, si no le provocó sentimientos reales y sinceros, es porque jamás los mereció. Aunque no puede explicar cómo las cosas terminaron así con ese chico que pareció llegar de milagro a su casa, la realidad es que sus sentimientos no tienen punto de discusión, y no va a regalarle eso a nadie, menos a Choi.

El chico de la calle | SeoDo | ONEUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora