Capítulo 45

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. •. Pasa y Siéntate. •.
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———-México-———❈

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———-México-———

Guardé silencio durante toda la narración. No tenía palabras ni para maldecirle.

Era mentira tras mentira tras mentira. Ahora dudaba que fuese todo lo que tenía que saber, y no exactamente porque Torres no haya dicho todo. Alemania no había sido sincero ni por un maldito segundo.

— Eso es todo, Mex—habló Torres poniéndose de pie—. No tengo nada mas que decir.

— ¿Qué hay de Lidia? —alcé la voz—. ¿Por qué la dejaste irse conmigo si sabías el riesgo que implicaba?

— Ni si quiera sabía que existían riesgos, —frunce el ceño— Es terca como tú, insistió en hacerte compañía. Cuando me dí cuenta ya se había subido al maldito avión.

— Bueno...—me rasqué la barbilla. Lidia si era capaz de eso. Chamaca condenada.

— No sé que quieres hacer a partir de ahora, seguro irás con la gente que amas.

Levanté la mirada confundido hasta que el estruendoso choque de la puerta al abrirse irrumpió en la habitación. Era USA, y estaba pálida, mas que pálida. Tenía los ojos rojos y ensombrecidos. Se había quitado los lentes. Algo salió mal, a mi pensamiento vino Lidia.

—¿Qué paso con Lidia? —me levanté de un respingo con el corazón apretado.

A la gringa no le salían las palabras, Torres decidió sentarla en el sillón a lado de la cama. Pareció relajarse y su voz salió como una sombría ráfaga de viento.

— Alemania me ganó... Estaba hablando con Lidia...—me miró a los ojos, se sentía culpable—. El ya había llegado y me ganó.

Tomé una bocanada de aire y retrocedí dos pasos. Era claro su objetivo.

Lidia era su carnada, y yo la presa.

— ¿Dónde esta Rusia?

— En el edificio de OMS... Peleó con Alemania y al final lo drogó.

Bien, los golpes y la droga dejarían inconsciente a Rusia por un buen rato. El esta a salvo.

Volteé hacia Torres, el comprendió lo que yo quería hacer y solo asintió con resignación. Sacó su móvil y lo vi mandar indicaciones.

— Cuando quieras—pronunció.

USA alzó la vista y tomó mi brazo.

— NO.

Colocó mi mano sobre la suya.

— Ya haz hecho suficiente por mí. Es hora de hacerme cargo de mis propios problemas.

El y Yo ||R u s m e x||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora