-----Jamás podrás entender, que en esta relación somos tres... Y sobra quien menos crees-----
Luego de su dolorosa separación, México se ve comprometido a un acuerdo innegociable para salvar su vida y mantener el bienestar de su gente. Pero a la vue...
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———-USA-——— ❈
—¡LLEVAS AHÍ MAS DE UN MALDITO MES, CIA!
—¡Sorry my lady! Pero... las cuentas bancarias son lo único que, encontrado, si Alemania tiene que ver más en esto de lo que creemos cuida muy bien los rastros incriminatorios que deja.
—¡AH SHIT!— aporrée los puños sobre la mesa enfurecida.
Me tomé el puente de la nariz dejándome caer en mi asiento.
—¿Está bien mi lady?— preguntaba CIA desde el otro lado del teléfono.
— Si, CIA— suspiré—. Ahora, mientras no encuentras algo relevante, necesito que te hagas cargo de otra misión, es fácil, tú eres un experto en vigilar a los individuos.
—Of course, my lady, ¿de qué se trata?
— Iras de Berlín a Gengenbach, y quiero que, más que vigilar, cuides de Lidia Narváez, es una persona de demasiada importancia, sobre todo para México, así que, por favor, CIA, cuídala con tu alma.
—¿Y de quien la voy a cuidar?
—De Alemania.
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———-México-——— ❈
—No manches Rusia, te me vas a poner rojito, rojito, a ver, agáchate tantito.
Él puso los ojos en blanco y entre risas, se inclinó a mi altura. Puse bloqueador en mis palmas.
—No me va a pasar nada. Estoy bien— me riñe.
—Pero bien quemado— le coloqué el bloqueador solar en el rostro y un poco más en el cuello.
En Puerto Rico estaba haciendo un calorón abismal. Le había dicho a Rusia que se pusiera doble capa de bloqueador; y así lo hizo, pero aun con eso se me estaba quemando en medio de la playa y al no le importaba.
