Capítulo 30

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.•.Hay Que Arriesgar.•.
.~❄︎~.

———-México-———


El aire salió de mi pecho en milésimas de segundos.

Rusia sujetaba mis muñecas sin despegar sus ojos de los míos. Su agarre se aflojó agradablemente. Su rostro liberado de tensión y los cristales lagrimosos que me miraban fijo me carcomian como leña en el fuego.

Sentí mi cuerpo debilitarse, el no dejaba de mirarme y ese sentimiento culposo, ese sentimiento de responsabilidad hacía que mi tirano interno me culpase una y otra vez.

Todo estaba encajando en el rompecabezas... absolutamente todo.

Ningún país me hubiese aceptado a cambio de algo. Eso lo sabía bien, mi matrimonio con Alemania era una prueba. Pero, no me pasó por la mente la razón por la cual el gobierno de Rusia me había aceptado...

Y resulta que fue por la libertad de Rusia.

Me quebré.

—¡Mex!

Rusia logró atraparme y se sentó en el suelo para acurrucarme en su regazo.

Expulse un grito desmesurado y lleno de agobio. Sentía el corazón dolerme, me quemaba y las lagrimas salieron sin control. Soltaba hipidos propios de querer mitigar mi llanto, pero era inútil... estaba liberando todo.

— México... —Rusia habló mientras acariciaba mi pelo— Fue decisión mía... Debes entender que no es tu culpa... Yo elegí eso... Yo soy culpable de mis actos y no debes torturarte de nuevo... No es tu culpa... Entiéndelo...

Todas sus palabras intentando darle paz a mi conciencia me conmovían, sin embargo, no eran suficientes para mi tirano. Seguí llorando sin parar.

Entiéndelo.

Tan solo deseaba descansar, ser normal y estar con las personas que quiero.

Pero era un maldito contrato el que me tenía amarrado de manos y pies, no podía estar con Rusia... vivía a lado de un hombre al que no amaba...

No podía querer a Alemania por mas que yo mismo me obligase a hacerlo y luego llegaba la culpa diciéndome  que era injusto con Ale.

Un mal marido.

Un infiel.

No solo con Ale... también estaba siendo injusto con Rusia al estar aquí... al darle entrada sabiendo que no podría estar junto a él libremente.

¡TODO ERA UNA MALDITA MIERDA!... Y estaba llorando de impotencia, de rabia... porque yo era un cobarde... un mentiroso... un esclavo...

Y me estaba cansando.

El y Yo ||R u s m e x||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora