-----Jamás podrás entender, que en esta relación somos tres... Y sobra quien menos crees-----
Luego de su dolorosa separación, México se ve comprometido a un acuerdo innegociable para salvar su vida y mantener el bienestar de su gente. Pero a la vue...
— Ya tenemos que irnos— digo dando un gran bostezo.
— Esto se parece a lo de tus películas— dice Canadá levantándose del asiento—. ¿Y si se asfixian?
Se cruza de brazos. Yo sonrío.
— No va a pasar eso, no soy tonta, es más— me reincorporo en mi asiento—. Les voy a quitar la luz.
Escucho a Canadá bufar, se ríe después.
— ¡Listo! — me pongo de pie y tomo mi saco para colocármelo encima—. Hay que irnos, tengo una cita con Perú.
— Ya era hora— balbucea Can reacomodándose el cabello.
Asentimos y nos damos la vuelta para salir de la oficina cuando nos topamos a ONU.
Canadá y yo nos miramos entre sí, yo me vuelvo a ONU y le miro de forma impasible.
— ¿Qué paso ONU? ¿Necesitas algo?
— No solo que...— observa a todos lados de una forma perdida, su voz es suave—. No encuentro mi teléfono celular... —mete las manos en sus bolsillos.
— Ey... ONU— la tomo de lo hombros con delicadeza—. ¿Qué te parece si vas a casa a descansar? Yo me encargo de que busquen tu móvil, ¿de acuerdo?
Ella sigue escaneando el entorno, pero al darle yo una mirada, asiente.
— De acuerdo.
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———-México-——— ✿
— No manches Rusia...— le proporciono una buena patada a las puertas—. Ayúdame, hay que salir de aquí.
Me giro a el y me encuentro con su mirada impasible. Intentamos marcar, pero la señal se había caído, quizás eso paso en el edificio, aja, ¿pero cómo le aviso a Alemania? ¿o a mis hermanos?
