COPA AMÉRICA--𝕹𝖊𝖞𝖒𝖆𝖗

35. Feliz

Sentí que se liberaba un peso de mi cuerpo y lentamente mis ojos se abrían estaba todo oscuro y un pequeño rayo de luz amarilla se veía saliendo de la puerta de la habitación ya que estaba medio abierta, bostecé y me pare para comenzar a caminar cuidadosamente ya que mis ojos estaban un poco hinchados por dormir tanto y no veía nada porque estaba oscuro, abri la puerta y entrecerré los ojos ya que habia un poco de luz, me dirijí a la cocina y pude observar a neymar sin camisa en unos joggers cocinando, estaba de espaldas, me senté en una de las sillas de la isla de la cocina y gracias a un torpe movimiento sono un poco cuando movi la silla, él volteó inmediatamente y vino hacia mi, me dio varios besos en los cachetes.

- Te vez demaciado tierna recién levantada- me mira con ternura

- Gracias? Que cocinas- antes de que él me respondiera una voz interrumpió.

- Cocina una comida Brasileña no creo que la conozcas, ha cocinado varias veces para mi verdad ney?- dice una voz chillona.

- De hecho es cierto, lo hice para su cumpleaños y no lo he vuelto a hacer desde hace?...- se quedó pensando unos segundos y ella interrumpió.

- Hace 3 años- él la señalo dandole la razón y subió los hombros.

- Bueno aquí está- dejó un plato con una especie de crema- crema de tapioca.

Le sonreí- muchas gracias meu filho- dije con un intento de protugués.

me miró con descepción- hay que mejorar las clases- agacho la cabeza.

La alzó y ambos nos vimos serios para luego comenzar a reír.

- Y a donde iremos hoy? estamos en París- dije con una sonrisa.

- Hoy te voy a llevar a un lugar especial, luego de comer date un baño y ponte ropa fresca, nos vamos como a las 3- asentí con la cabeza.

Él solo se fue, supongo que a... no se la verdad, luego de comer llevé los trastes y los fregué, subí a mi habitación me duché y me puse un vestido blanco corto suelto con estampado de flores amarillas y unas air force 1, me deje el cabello suelto pero tomé un par mechones y les puse diferentes ganchitos de colores en forma de corazones, me maquille muy poco y luego me puse un poco de perfume.

Bajé las escaleras y él estaba ya vestido en la sala muy guapo, estaba sentado en el sofá viendo su celular, estaba recostado al respaldar y tenia un poco las piernas abiertas, tenía una camisa blanca sencilla con algunos diseños en negro, unos shorts que le llegaban a la rodilla negros y en los pies llevaba unas zapatillas blancas con una gorra neranja haciendo juego con el ganchito de las zapatillas Nike.

- Estoy lista, a dónde vamos?- él a penas oyó mi voz me miró de arriba a abajo y sonrió cuando llegó a mi cara.

- Estás preciosa- se levantó del sillón dirigiendose hacia mi- y es una sorpresa, quiero que recuerdes este momento siempre ok liv?- puso su mano en mi mejilla mientras con su pulgar me acariciaba.

- Gracias, tú también estás muy lindo, y si recordare este momento siempre- le dije sonriendo, el se acercó y me dio un beso durante unos 5 segundos.

Me subió en su auto he hizo que me vendara los ojos, lo cual me emocionaba mucho, pasaron unos 20 minutos y en eso hablabamos hasta que sentí que el auto se detuvo, oí como su puerta se cerraba y deduje que estaría cruzando el auto para abrirme la puerta, sentí como tomó mi mano con cuidado guiandome para no caerme mientras bajaba del auto.

- Con cuidado si- bajé del auto y no escuché nada, solo el viento, estaba fresco, oía aves y... agua?, la puerta por la que acababa de salir se cerró.

- Esta bien, ya llegamos, te voy a quitar la venda si?, pero primero te quiero preguntar si estás lista, mi amor en serio no quiero que olvides nunca este momento, este preciso momento- dijo con voz calmada.

- Tranquilo, prometo que nunca lo olvidaré- le dije mientras sonreía y el me dio un pico, sentí como sus manos iban detras de mi cabeza para quitar la venda, y cuando lo hizo, aclaré mis ojos.

Estabamos en un paisaje tan lindo, era un lugar en medio de la nada, era un lago, con un arbol al lado y un pequeño muelle, de lejos de podía contemplar el bello atardecer y se oían las aves cantar, también se veían montañas altas, en el muelle había un tipo de manta con algunas almohadas y encima una cesta con cosas para comer.

Lo miré con la mejor sonrisa que jamás di, y lo abracé, sentí su olor, su perfume, olía rico, sentí como sus brazos me envolvía, me siento segura en sus brazos y me siento paz mientra cierro los ojos y le susurre un gracias.

Nos separamos y tomó mi mano mientras caminabamos al muelle con las cosas, nos sentamos uno enfrente del otro y entonces él habló.

- Liv quiero hablar contigo de algo importante- asentí viendolo a los ojos.

- Si dime, quiero escucharte- el asientio- es malo?- pregunté con mucho miedo.

- Es malo solo si tu lo piensas así-

- Ok entonces... puedes hablar- él tomó mis manos y las acarició mientras con sus pulgares las acariciaba.

- Olivia se que hemos pasado mucho tiempo juntos, y sé que nunca te lo dije, que me gustas, me encantas, me gustas como no tienes idea, eres tan interesante y tan buena conmigo, me haces sentir tan bien, siento paz cuando estás conmigo, me siento realmente bien y no me da pena como hacer cosas cuando estoy contigo porque me siento tan tranquilo como que lo único que quiero es hacerte reir y que seas feliz, me gustas en todos los sentidos, y siempre que estoy contigo pienso como logré que la niña mas hermosa del mundo porque para mí si lo eres, para mi mundo si, como logre que esa niña tan linda esté aquí conmigo haciendome feliz, y cuando estoy contigo, siento algo de verdad y si me lo permites quisiera que siguieras formando parte de mi vida el tiempo que podamos y si es por mi espero que sea para siempre- mi cara no tenia expresion nisiuquira sabia que contestar, estaba boqui abierta.

- Claro que quiero, si, si, si y si de nuevo, tu también me haces sentir muy bien y tambien me gustas mucho, me haces sentir en paz y me haces realmente feliz, en serio- una lagrima se asomó por mi ojo, una lagrima de felicidad, y el la limpio con su pulgar coon los ojos aguados.

Nos paramos ambos y nos abrazamos, tomó mi cara y nos dimos un beso tierno, mientras que juntabamos nuestras frentes con el atardecer de fondo con el ruido de las aves.