Distrito Trost, 845.
— ¡Céline!
— ¿Si, papá?
Después de dejar la taza sobre la mesa del cliente, se dio media vuelta para ver a su padre. Un hombre adulto de algunos 50 años con ligeras líneas de expresión, cabello plateado y ojos ámbar.
— ¡Ayúdame. Ven!
Miró a su madre, una mujer de casi 50 años, con su pelo rubio que le cae sobre los hombros como una sábana, ya que es uniforme y unos ojos son de color azul como el océano.
— ¿Qué le pasa? — preguntó, dejando la bandeja en el mostrador. La mujer rió por la curiosidad de su hija. Una joven de algunos 16 años, cabello corto plateado y ojos alargados azules.
— Oh, ya sabes — respondió la mujer con alegría —. El comandante de la Legión vendrá a comer.
— ¿El tío Erwin?
— Ajá.
— Bueno, espero poder encontrarme a la sargento Hange Zoe.
— Pasas mucho tiempo con ella, ¿No es así?
— Me agrada. Es divertida. Pero cuando me habla de Titanes...
— No sigas, Céline — la chica hizo una mueca de disgusto.
— Escucha, si me uno a la Legión, podré obtener más dinero y ayudarles en el restaurante.
— ¿Y si eso no sucede? — interrogó su madre, haciendo contacto visual con ella — ¿Y si un Titán te termina devorando?
— Bueno, pues les darán el doble de lo que yo pude haber ganado — hizo un comentario gracioso. Sin embargo, para su mamá no lo fue —. ¡Ugh! Bien. Dejaré de tocar ese tema.
— No menciones ese tema enfrente de Erwin, por favor — la chica se quedó seria.
— ¡Heather, ¿Qué estás haciendo?! — exclamó el hombre llegando al par de mujeres.
— Tranquilo, Francis, sólo estábamos conversando.
— ¿Conversando? En cualquier momento...
La campana de la entrada sonó dando a entender que alguien había llegado al restaurante. Nervioso, tomó a su hija de la muñeca para llevarla a la puerta, pero sólo se encontraron con un pequeño niño de cabello castaño claro.
— Hola, pequeño Jean — saludó Céline acariciando su cabello — ¿Lo mismo para tu mami?
— Sí. Por favor — respondió el menor. La muchacha asintió y le indicó que la siguiera hasta el mostrador.
— Mamá, lo mismo para la mamá de Jean, por favor.
— Enseguida.
Se retiró del mostrador para comenzar con la preparación de la comida. Un té verde con un par de panecillos. A escondidas, la muchacha le dio un pequeño pan al niño. Este la miró con asombro mientras ella le hacia una seña con su dedo índice sobre sus labios de que no dijera nada. El niño asintió mientras comenzaba a comer.
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El Aroma del Té; Levi Ackerman.
أدب الهواة[Libro I; Saga: El Aroma del Té] Si caemos, entonces caemos juntos. Nos saldremos con la nuestra. Vamos a demostrar que somos mejores. "En esta apuesta, fallar no es una opción". - Levi Ackerman. Él ya sabe que mi amor es fuego. Su cora...