35° Bestia

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Alexei.

Moscú, Rusia.... 8 horas desde el secuestro de Lexa.

Desde que colgaron a esa llamada, desde que escuché la voz de mi próxima víctima decir "sangre por sangre", no he podido pensar con claridad, no me saco la voz de Lexa llena de desesperación al darse cuenta de que se la llevarían y de que no podría hacer nada para detenerlo. La rabia y la impotencia son dos de las emociones que me manejan desde ese momento, no veo claro y me importa una mierda quien se me ponga enfrente porque nadie va a impedir que mueva cielo, mar y tierra para encontrar a mi mujer.

- Quiero que todos muevan a sus contactos dentro y fuera de Moscú - demando - necesito nombres, horarios, placas, todo sobre vuelos privados, comerciales y cualquier maldito traslado qué hay ocurrido en nuestra fronteras en ls últimas horas - No hay señales de mi ángel, ni de el par de idiotas que fueron con ella para "protegerla", pero ha quedado más que claro que no sirven para pura mierda porque no solo se la llevaron a ella, sino que esos dos también han desaparecido y por su bien espero que estén muertos porque de lo contrario los mataré yo mismo por ser tan ineptos.

- Como ordene Boss - dice uno de mis hombres antes de salir con un grupo a hacer lo que ordené.

- Preparen armas - le digo a otro - saldremos en unos minutos para ayudar, nadie se va a quedar sin hacer nada mientras mi mujer sigue en manos de esos bastardos albaneses- bramo. Me jode que tengan ventaja sobre mi, pero me jode más que sea con ella. Dios y el maldito diablo saben que pondría mi pecho para recibir una bala por ella, y saber que la tienen en sus garras me pone la sangre a hervir.
Voy a cazar a todo albanés dentro de Moscú, culpable o inocente van a caer hoy mismo, y me da igual lo que digan, piensen u opinen sobre mi. Soy el Boss de la mafia Rusa y puedo matar a quien me plazca sin problema alguno.

- ¿Necesitas algo? - aparece la última persona que creí que vería aquí. Mi maldito primo no ha hecho otra cosa que no sea darme dolores de cabeza, mismos que su padre le dio a mi padre.

- Vuelve al Lux - le digo sin mirarlo - pon a los hombres que tenemos ahí, en la búsqueda de las ratas que estamos persiguiendo - demando - Mismas órdenes que les di a los demás, mismas que vas a acatar.

- Entiendo. - asiente sin refutar, cosa que me parece extraña, porque siempre tiene alguna mierda que decir para molestarme, pero está vez no y a decir verdad no ha dicho no hecho nada desde lo que sucedió en el Lux y con el pueblo que dejé en cenizas. Mejor para mi, así no tengo que estar lidiando con sus estupideces que suficientes problemas tengo ya.

- ¡Revisen cámaras de seguridad! Si es necesario amenazar o matar gente, háganlo - espeto - ¡Cada hora que mi mujer pase con esos hijos de perra, será la misma que le sumaré a las horas de tortura a las que los someteré sino me traen algo que me ayude a encontrarla! - amenazo antes de regresar al interior de la fortaleza - ¿Que tienes? - le pregunto a Rita sin dejar de avanzar entre los hombres armados que caminan de aquí para allá listos para obedecer las órdenes que tenga preparadas para ellos.

- Vincent me dejó un obsequio - responde al mismo tiempo que alza un estuche negro que contiene sabrá el demonio qué cosa. - Lexa una vez me dijo que si algo le llegase a pasar y nosotros no supiéramos de su paradero, rastreáramos su señal - informa dejándome confundido.

- ¿Señal? ¿Que señal? - cuestiono al instante. No se de que mierda está hablando, ni porque Lexa le pediría tal cosa.

- Vincent le dió un anillo que emite una señal diferente a cualquier dispositivo en el mundo, y con esto puedo rastrearla - explica y abre el estuche que deja ver una portátil dentro. Me acerco y analizo a Rita. ¿Porque Vincent les daría eso? ¿Y porque no me lo dijeron? ¿Porque siento qué hay algo más?

Placeres Del Infierno (Spin Off)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora