#10

8.1K 726 496
                                    

Perspectiva de ____

Aún no comprendía que era lo que había pasado, Las imágenes de mi padre pasaban una y otra vez por mi mente.

Me encontraba sentada en el sofá, envuelta por una manta. Eddie estaba a mi lado, noté que una de sus piernas iba de arriba a abajo rápidamente, como rebotando.

-Estas pálida, ¿Segura que no quieres beber nada?-

Rompió el silencio, yo solo negué con la cabeza. Lo dude por unos segundos, pero apoyé mi cabeza en su hombro, el me miró en silencio y acarició mi cabello con delicadeza. Cerré los ojos mientras sonreía sin notarlo, comenzaba a sentir algo diferente por el chico, por más que hacía menos de una semana de que lo ví por primera vez, sentí como si lo conociera de toda la vida.

-Fue horrible...-

Dije sin más, él frunció el seño.

-¿Puedo saber que sucedió...?

-Es como si un trauma de mi pasado haya cobrado vida, y... quisiera matarme.-

Me miró con preocupación, yo solo suspiré.

-Prefiero no hablar de eso aún, la consejera de la escuela dijo que cuanto más vivido tenga aquel recuerdo peor me hará... Algún día te lo contaré.-

Su brazo bajó de mi cabeza a mi brazo, y me sujeto con fuerza, abrazándome, como si no me quisiera soltar nunca. Tampoco quería hacerlo.
Respiré hondo, su perfume suprimía cualquier otro olor, me sentí cómoda allí, era tan cálido...

Miré a Eddie con los ojos algo llorosos, en los que aún se notaba el miedo por todo lo que había pasado y se encontraban rojos por aquel extraño movimiento que hice antes de que todo sucediera.
Sonreí levemente al ver su rostro de preocupación, me causaba demasiada ternura aquello, por lo que sin pensarlo dos veces abracé su torso, escondiendo mi cabeza en su pecho.

-En serio, gracias Ed... Y no cantas mal, lo haces realmente bien, pero no quería que la preocupación se apoderara del momento.-

-¿Ed...?-

Repitió el con una sonrisa, me separé rápidamente al oírlo y me mantuve en silencio, mirando hacia abajo con la poca dignidad que me quedaba y el calor en mi cara.

-Me gusta ese apodo, linda.-

Levanté la vista rápidamente al oírlo y sonreí. Él acercó su mano a la mía y la acarició con la yema de sus dedos, sin dejar de mirarme.

Miré sus labios y relamí los míos inmediatamente, por alguna razón verlos era adictivo, al igual que ver a Eddie en si. Pero más adictivo fue cuando el se acercó a mí y me besó, tomándome por las mejillas.

Le seguí el beso. A medida que este se intensificaba me acercaba más a él, pero en cuanto nos separamos para recuperar aire, el volvió a besarme, haciéndome caer hacia atrás en el sofá mientras se lanzaba básicamente sobre mí.

Pasé mis manos por su nuca, el beso pasaba a volverse una necesidad pasa ambos, de la cual hacíamos que se vuelva más rápido con necesidad.

Sus manos frías en mi espalda me hicieron estremecer a medida que iban subiendo, y movía levemente mi cadera por culpa de los escalofríos. Pero poco a poco, estando sentada sobre sus piernas, sentí "algo" volviendose cada vez más duro debajo mío. Comprendiendo lo ye sucedía, no me separé del beso, aunque no estaba segura de si podría llegar a aquel paso aún.

El ruido de la puerta abriendose nos hizo separarnos rápidamente. El tío del chico entró en el trailer, habíamos olvidado completamente que el podía llegar en cualquier momento.

Respirabamos agitados, el hombre solo nos miró y le guiñó un ojo a Eddie, luego siguió su camino hasta lo que parecía ser su habitación y cerró la puerta.

Nos miramos al mismo tiempo, y comencé a reír por culpa de los nervios y por lo rara e incómoda que había sido aquella situación. Él también río.

...

-¿Quieres que te alcance a tu casa? La zona no es muy agradable como para que camines sola.-

-No quiero molestar, gracias de todos modos.-

-¡No molestas! Vamos sube al auto.-

Él tomó las llaves y corrió hacia el vehículo. Subí en el asiento del copiloto y luego de guardar mi bicicleta en la parte trasera encendió el auto.

Le di las indicaciones para llegar a donde vivía y en no más de 10 minutos ya estábamos allí. El cambio fue silencioso gracias a la tensión que había formado aquel beso. Al llegar él me ayudó a bajar mi bicicleta.

-Gracias, por todo.-

Dije desde la puerta de mi casa, él estaba apoyado en su auto.

-No hay de qué, freaky.-

-¡Hey, ese es mi apodo!-

-También es mío hasta que encuentre el indicado.-

-"Linda" me gustaba.-

Solté de repente, sin pensarlo. El chico alzó las cejas.

-Está bien, nos vemos mañana en la escuela, linda.-

« 𝙁𝙧𝙚𝙖𝙠 » 𝙀𝙙𝙙𝙞𝙚 𝙈𝙪𝙣𝙨𝙤𝙣 𝙮 𝙏𝙪́ • 𝙁𝙄𝙉𝘼𝙇𝙄𝙕𝘼𝘿𝘼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora