....Capitulo 17....🔞

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-Ori: no lo hice por lo mismo que vos... el miedo al rechazo, a perderte.

Ahí, exactamente ese momento fue en el que me quebré. No pude controlar mis emociones, y les juro que luche, pero mis lagrimas cayeron.

Me sentía tan vulnerable, jamás lloro, menos en frente de alguien. No me gusta mostrarme débil, siempre fui la fuerte que acompaño y ayudo a todos.

Pero esta vez era yo quien necesitaba ser contenida, y solo podía llorar como una nena de tres años, mientras el me miraba fijamente sin saber como reaccionar.

Pero de un segundo a otro se acero a mi y me abrazo para contenerme, acariciaba mi espalda y secaba mis lagrimas, ahí, en sus brazos, fue cuando pude calmarme por que me sentía refugiada allí.

Nos quedamos mirando varios minutos, a los ojos. Habíamos estado evitando el contacto de nuestras miradas, pero finalmente lo hicimos. El no dudo, y con su mano levanto mi mentón, para acortar la distancia con un beso, que empezó tímido pero luego se torno apasionado, hasta diría que desesperado.

Había algo en el que siempre me hacia sentir feliz, no se si se trata del amor que le tengo o simplemente es que me conoce tanto que es capaz de sanar incluso lo que ni si quiera se que me duele. Los problemas parecen fáciles cuando el me los explica, no hay días grises, solo soleados, así como la paz que me da su voz diciéndome que todo va a estar bien.

Narra Lit:

No les puedo explicar con palabras lo que sentimos en ese encuentro. Fue como si nos besáramos por primera vez, aunque ya lo hemos hecho antes este fue especial. Ambos habíamos abierto nuestros corazones, tan dañados y lastimados.

-Lit: te amo -dije apenas nos separamos-

-Ori: te amo mucho mas. -dijo sonriente-

-Lit: no puedo entender como ambos ocultamos esto -rei- siempre creí que nunca te ibas a enamorar.

-Ori: se que tengo un corazón frio, es muy difícil para mi expresar mis sentimientos, espero que entiendas eso -bajo la mirada-

-Lit: no te hagas problema con eso, estamos acá para aprender juntos, no hace falta expresarlo, sabemos lo que sentimos por el otro.

-Ori: dios todo esto es una locura -paso del llanto a la risa-

-Lit: no lo puedo creer -dije sin soltarla todavía- aparte estuvimos tan metidos en lo nuestro que el tiempo paso volando, ya son la 1 de la madrugada.

-Ori: ¡no puede ser! ¿en que momento se hizo tan tarde?

Hablamos algunas cosas mas y yo ya debía irme, era tarde y tenia que volver a casa, hasta que la pregunta que pensé que ella no iba a hacer, llego.

-Ori: ¿te queres quedar a dormir?

-Lit: obvio que si... si no te molesta.

-Ori: obvio que no, podes quedarte a dormir conmigo. -sonrió-

Apenas escuche eso me acerque a ella y la tome fuerte por las caderas. No podía mas. No aguantaba mas no tocarla, la estaba deseando desde el momento que cruce esa puerta.

Los besos fueron subiendo de tono, sus manos subían y bajaban por mi nuca, ella solo llevaba un top y un short, por lo que de a poco fui deslizando mis manos debajo de su remera.

El roce de mis manos sobre sus pechos hizo que largara un gemido, sin separar sus labios de los míos.

-Ori: vamos a mi cuarto, mis papas van a llegar en cualquier momento.

No hacia falta que me explique el camino a su cuarto, me lo se de memoria. Por lo que la tome de la mano y subimos a su cuarto desesperados.

Al entrar trabamos la puerta y dejamos que todo fluya. Me senté en la cama y ella se sentó arriba mio. Me saco la remera y yo hice lo mismo con su top.

Nuestras respiraciones aumentaban, mi erección no daba mas al sentir el roce de sus pezones sobre mi pecho, así que la acosté de un solo movimiento quedando yo arriba de ella.

Le saque su short y ropa interior, apenas sintió mi lengua sobre sus partes arqueo su espalda, verla tan excitada me hizo desearla mas, por lo que apenas me puse protección, de una embestida rápida estuve dentro de ella.

Hicimos el amor un largo rato, hasta que ambos llegamos a el momento de placer máximo. Ella se recostó en mi pecho, era todo muy loco, no creíamos que estábamos viviendo esto.

Sentíamos una paz, nuestras respiraciones estaban calmadas, nos habíamos sacado un peso de encima. Con sus manos entrelazadas con las mías me recordaban por que la había elegido. La seguridad que me brinda ella no tiene comparación, ni la felicidad que me daba sentirla ahí, conmigo, nunca la había experimentado antes. 

Todo al revés |Lit Killah y Oriana Sabatini|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora