El retorno de Hyoga

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-¿Usagi?- preguntó Hyoga con cautela.

-¿Quién rayos es Usagi?- espetó la chica. Seiya seguía en una especie de trance, pero la violenta respuesta de la rubia lo obligó a reaccionar.

-¡Atrás! ¡No intentes nada!

Hyoga respiró hondo, intentando relajarse y no hacer nada sorpresivo, lentamente puso el Reactor en el suelo.

-¡No te muevas!- volvió a gritar el moreno.

-Tranquilo... no haré nada... estoy de su lado, déjenme explicar.

-¿Quién rayos eres?- dijo a la defensiva.

-Hyoga...

-¡Él está muerto!- rugió Sagitario, algunas lágrimas rebeldes comenzaban a asomarse por sus ojos.

-Lo sé... no soy su Hyoga...

-¿Qué estupideces dices?- expresó el moreno, perdiendo los estribos. Estaba confundido y no estaba completamente seguro de lo que sus ojos veían. Culpaba a las horribles gachas que llevaban comiendo los últimos meses. -Lo voy a matar...- le susurró a la rubia a su lado.

Inmediatamente después, y sin dejar a la regente procesar lo que acababa de decir, se dispuso a lanzar su ataque predilecto, el Atomic Thunderbolt, pero justo al pronunciar las palabras, su reina gritó:

-¡NO! ¡Espera!

El violento rayo cargado del poder de Sagitario salió disparado hacia el Cisne, el rubio esquivó el ataque como pudo, rodando sobre la nieve.

-¡Seiya! ¡Escucha, por favor!- vociferó Cygnus, en un intento desesperado por explicar su presencia.

Seiya seguía aturdido, mientras Serenity lo sujetaba del brazo para evitar que hiciera otra tontería.

-¿Cómo sabe mi nombre?- dijo para sí el moreno.

-Me llamaste Usagi... ¿por qué?

-Así te llamas... bueno... al menos en mi dimensión...- explicó Hyoga, cuidando las palabras que salían de su boca.

¿Su dimensión? La rubia intentaba procesar la explicación del intruso, pero sólo lograba entender esas palabras por separado. Buscaba desesperadamente una pista que le dijera que podían confiar en él, que era un amigo... alguna clase de apoyo... lo que fuera... una mano amistosa, que tanto su reino como ella, necesitaban.

-Puede ser un nuevo truco de Pallas...- continuó Seiya, al oído de su Reina.

-Hace unos días, una pequeña niña llegó a mi dimensión... dijo que Pallas había atacado su hogar... y pidió nuestra ayuda...- la respiración del rubio era agitada, había repasado mil veces en su cabeza la explicación que daría al llegar, pero ahora que lo decía en voz alta se percataba de cómo sonaba en realidad: una sarta de tonterías e invenciones. -A eso vengo... a ayudar... nada más.

El silencio invadió el lugar. Hyoga esperaba que su explicación hubiera hecho algún sentido en las cabezas de quienes tenía enfrente. Serenity acomodaba las piezas en su lugar; y Seiya esperaba órdenes de su Reina para terminar con el invasor.

-Su nombre es Inna... tiene ojos azules como el agua, su cabello es largo y rubio con destellos azules...

Sagitario y Serenity abrieron los ojos a más no poder, Seiya bajó la guardia mientras la reina caminaba hacia el desconocido.

Hyoga permaneció estático ante el acercamiento de la monarca, esta lo analizaba meticulosamente de pies a cabeza, con un aire de esperanza en su ojos. Lentamente, la rubia posó su mano sobre las heladas mejillas de Cygnus, ambos suspiraron al mismo tiempo.

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