Eternity

El principio del fin

Por primera vez, Shun de Virgo había sentido que las piezas de su corazón encajaban y se completaban con las de alguien más. El remolino de emociones que llevaba sintiendo los últimos días había sido reemplazado por un éxtasis genuino y sin igual.

No les tomó mucho tiempo más llegar al centro de los Jardines de Venus. Ambos cavaron un hoyo lo suficientemente profundo para ocultar el Reactor y cualquier sospecha de que estaba enterrado. Hyoga lo encendió y lo preparó, colocando el tiempo máximo en el temporizador.

El ruso acomodó el Reactor Estelar de Defensa en el suelo, asegurándose de que estuviera bien plantado en la tierra. Suspiró ruidosamente antes de poner en marcha el temporizador. A partir de ahora estaban contra el reloj.

Cuando Hyoga salió del agujero, ambos permanecieron frente a frente, como si asimilaran el contacto que acababan de tener. Hyoga respiraba pesadamente, sus ojos azules fijos en los de Shun.

Acuario verdaderamente era un tarado.

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De regreso en el refugio, Minako caminaba impaciente de un lado a otro en la pequeña habitación.

-Cálmate, Minako.- bufó Seiya, el andar de la rubia lo estaba mareando. -No pensé que esto te preocupara tanto. Shun es listo y fuerte, seguro estarán bien.

-¡No es eso lo que me inquieta! Es...- Venus detuvo su lengua al instante, el asunto entre Hyoga y Shun no le concernía a Seiya; en todo caso, no le correspondía a ella divulgarlo. -No importa.

Apenas tocaron a la austera puerta, Minako se abalanzó a abrirla. Sabía que era su Guardián.

Princesa y Guardián se encontraron cara a cara. Shun se sorprendió de ver a la rubia tan de repente y tan de cerca, su sorpresa disminuyó cuando notó los ojos suplicantes de Venus buscando desesperadamente una respuesta a lo que había ocurrido en Nindaranna. Virgo no pudo contener su sonrisa, le contaría todo después con lujo de detalle. La cara de Minako se iluminó y sus labios se ensancharon. Risueña, dejó a los caballeros ingresar a la oficina.

-¿Y bien?- preguntó Serenity, intentando conservar la calma.

Hyoga asintió con firmeza. -Está hecho. Tenemos aproximadamente cuatro días y 21 horas para la hora cero.

Serenity sonrió. -No hay tiempo que perder.

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La comitiva se reunió en la oficina para redactar la carta que citaría a Pallas en Nindaranna. Shun la escribiría, si la Regente de Venus era la que hacía la cita, tenía sentido que su Guardián redactara el citatorio.

La carta fue enviada a través de una ráfaga de viento creada por Fuu, era demasiado arriesgado enviar a un mensajero. Incluso si se hubieran animado a enviar a alguien, no tenían la menor idea de dónde estaba la base de Pallas; el viento de Fuu se encargaría de todo.

En el citatorio se leía lo siguiente:

Segundo día de la Luna Menguante de la Cuarta Lunación del año lunar 230973.

A Pallas, Reina y Defensora de Pallasvelda y General del Ejército Pallasite,

Con esta misiva hago de su conocimiento que la salud de la Regente del Reino Lunar, la Reina Serenity II, se ha mermado en los últimos meses, llegando a un punto lamentable en los días pasados.