Por ti (Itanaru)

Capítulo 2

Al entrar al lugar, ya se encontraba Sakura y Naruto en la oficina -ambos Uchihas abrieron los ojos con sorpresa, pero ignoraron el porqué, tal vez había llegado por medio de un shunshin, le sobraba el chakra para desperdiciar -Naruto, ven aquí- el rubio confirmó con duda, se acercó a la Senju, ésta le susurró sólo para él -¿te sientes bien? me enteré que vandalizaron tu departamento- el pequeño bajó la mirada con tristeza, cosa que notó Itachi, además de haber escuchado la conversación, no era un anbu experimentado por nada. Sakura estaba tratando de hablar con Sasuke y este trataba de sacársela de encima distraídos de la situación.

-No te preocupes abuela, ya veré qué hacer ¿pudiste arreglar lo de mi herencia?- la rubia negó -ya se realizó la auditoría, Danzo invirtió todo tu dinero en raíz, lo lamento cariño -el rubio asintió apretando su mandíbula con coraje -¿puedo demandar a su clan ante el Daimyo? -la rubia negó -no porque las cuentas familiares eran ajenas a esos recursos, ya realizamos la investigación, estamos tratando de ver qué sucedió con la herencia de tu padre, ten fe -el pequeño confirmó, l sonrió con más entusiasmo -gracias abuela, no sé qué haría sin ti -la rubia negó con cariño, sobó su cabello en una caricia leve. Itachi pudo ver cómo cerraba los ojos el rubio disfrutando del leve toque, se sintió mal por el chico, Danzo había huido hace unos diez años después de atacar al clan Uchiha llevándose fondos de la aldea, acababa de enterarse que también la herencia del rubio.

Itachi y Shisui fueron a eliminarlo junto a su organización, recuperaron los ojos de los miembros de su clan, pero los bienes fueron imposibles de rescatar, había gastado todo en sus experimentos y drogas para sus soldados. Kakashi llegó a la oficina leyendo su libro naranja, sin prestarle atención al resto, por último la Hokage le susurró algo a Naruto que sacó una leve sonrisa al Uzumaki -pero, Jiraiya te dejó una casa al norte de la aldea, por las termales, ya sabes, será suficiente para alejarte de esa gente, hazme caso, usa henges para comprar tus despensas, deja de intentar que te acepten -el rubio borró su leve sonrisa, mordió su labio -tienes razón abuela, debería comenzar a poner los pies en la tierra, ¿verdad?- la rubia lo vio con tristeza, confirmó, el pequeño se colocó del otro lado de sus compañeros evitando la mirada del resto.

-Bien, equipo Kakashi su misión es exterminar esta organización de tráfico de drogas y personas en la bahía Tsuchigumo, tienen diez días para completar su misión, rango de la misión A -la rubia entregó el pergamino a Kakashi, el equipo salió del lugar. La rubia mordía su dedo con duda -bastardos -levantó el rostro, vio a Itachi -Tsunade-sama, buen día, le traje el reporte de las bajas en guerra y sus circunstancias -la rubia confirmó -te lo agradezco Itachi, puedes retirarte -el Uchiha confirmó, salió con calma del lugar.

Itachi pensaba en pasar por unos dangos para comer en el camino. Mientras caminaba al lugar observó algo que llamó su atención -señora, me está cobrando el triple por estas manzanas, ¿no se le hace muy abusivo?- la anciana lo vio -¿te crees mucho por ser disque el héroe del mundo?, pero para nosotros sigues siendo el mismo demonio y como tal debes pagar lo que te toca -el rubio la vio mal, le dejó las manzanas en dónde estaban -métaselas por donde le quepan viejita carcamana, no necesito sus manzanas -la vieja tomó una, se la lanzó -maldito demonio- este sólo movió su cabeza evitando el golpe.

Continuó su camino con las manos en el pantalón y la cabeza gacha dirigiéndose hacia el puesto de ramen -Teuchi jiji -el viejo le sonrió con cariño -¿saldrás de misión?- el pequeño confirmó -Ayame compró unas frutas, llévatelas -el rubio rascó su cabeza con pena, asintió -aquí está el dinero Teuchi-jiji muchas gracias -el dueño del local negó sonriendo -es un placer ayudarte -el pequeño salió del lugar colocando su comida en un sello en su brazo derecho, levantó su rostro, vio a Itachi observando, se puso bastante rojo, salió corriendo con prisa de ahí, evitando su mirada. Itachi empezaba a entender porqué vivía en ese departamento en la zona roja, negó con tristeza, continuó su camino.