Hace siete años...
Así no es como se suponía que pasaríamos la navidad este año. Mamá ha estado enojada conmigo toda la tarde porque papá y yo arruinamos sin querer el pavo de la cena de esta noche con nuestro experimento en la licuadora. Cuando Theo Mason me explicó ayer cómo su padre le hizo un smoothie de banana y arándanos no pensé que fuera tan difícil seguir la receta. Pero ahora mi madre nos obligó a ducharnos de nuevo y a sacar los pedazos de fruta en mi cabello.
Afortunadamente, solo eran pedazos de fruta. A mis diez años, mamá ha tenido que sacar cosas peores de entre mi cabello: arena, pedazos de lápiz labial de Lila, esa vez que una chica de mi clase me pegó piojos... Por esa razón mi nana y yo habíamos ido a la peluquería la semana pasada, y la señora del lugar había cortado muy amablemente mi cabello castaño hasta la altura de los hombros. A mi madre casi le da un paro cardíaco, papá me dijo que estaba hermosa y Lila preguntó si podía tener el resto de mi cabello como extensiones. No me pareció una buena idea, pues su cabello era tan rubio y liso comparado con el mío, ondulado y del color del chocolate fundido.
Bajo las escaleras de dos en dos impresionada por mis botas nuevas. Son amarillas y si me acerco mucho a ellas puedo ver las pequeñas flores azules pintadas en los costados. Mi hermana tiene unas iguales, excepto que sus flores son irónicamente lilas. Cuando se las mostré a mi nuevo amigo y vecino, Cress, le encantaron. Dijo que eran bonitas. Y mi corazón casi se salió de mi pecho cuando sonrió en mi dirección con esa hilera de dientes perfectos.
Como si supiera que estoy pensando en él, alguien toca el timbre y mi padre me avisa que Cress está buscándome. Al llegar a la puerta lo primero que noto es que hoy no hay sonrisa para mí. Podría catalogar a este chico como "sonrisitas" pero ese apodo no le haría justicia a lo increíble del momento en que Cress Holt te sonríe. Él está vestido como los niños que modelan en las campañas de publicidad de mi padre, pero la mueca en su rostro es igual a la de mamá cuando sus flores del jardín mueren.
—Hola —saludo—, ¿Qué pasa?
—Hola —se balancea nerviosamente sobre sus pies. Noto que mira detrás de mi hombro seguido, como si estuviera buscando algo o a alguien—. Sé que es tonto preguntar, pero... ¿Has visto a mi hermano por aquí?
La mención del gemelo de Cress hace que me duela el estómago y que de repente una ráfaga de calor suba por mi cuello. Sacudo el cabello de mis hombros para limpiar el sudor de mi nuca, hacen casi treinta grados afuera a pesar de que estamos en diciembre y la camiseta de reno que traigo puesta está ahogándome. Niego con la cabeza ante su pregunta y no le digo que estoy de acuerdo con que la pregunta es tonta; su hermano y yo no nos llevamos muy bien desde que se mudaron a la casa de al lado hace unos meses.
Los hombros de Cress se desploman al igual que lo hace el gesto en su rostro.
—¿Por qué creerías que está aquí? —pregunto.
—Porque mis padres están buscándolo desde hace horas. Cuando llegamos de hacer las compras, la casa estaba vacía y nadie sabe adónde fue él. Pensé que podía estar con tu mamá arreglando el jardín, pero... olvídalo.
—Espera —lo detengo del brazo antes de que dé un paso más. Cress mira mi pequeña mano en su antebrazo y el calor vuelve a viajar a mis mejillas inmediatamente mientras lo suelto. Aclaro mi garganta seca y le digo—: yo puedo ayudarte a buscarlo. Será como jugar a los piratas. Excepto que está vez no hay que encontrar un tesoro, sino un demonio en forma de niño.
Sus labios se abren una sonrisa antes de dejar escapar una risa. No puedo evitar compararlos, pero Cress y Parker no podrían ser más diferentes. Lo único en lo que se parecen es en lo idénticos que son.
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Entre besos y olas✔️
Novela Juvenil¿Alguna vez has dado un beso inolvidable? Indigo Hendrix puede decir tres cosas sobre ella con seguridad. Le gusta el océano. Le gusta su mejor amigo desde qué eran pequeños. Y haberlo besado en la fiesta de cumpleaños de su hermana ha sido un compl...