Había esperado durante un poco a que mi madre volviese a casa. Pero cuando llegaron las once estaba tan cansada que apenas podía mantener los ojos abiertos. Mi gato gris atigrado fue hacerme compañía mientras le acariciaba perezosamente sobre su suave piel. Doug estaba tendido sobre mi estómago, sus suaves ronroneos eran relajantes, y mis dedos le rascaron detrás de las orejas.
De mala gana me levanté de la cama, me lavé rápidamente los dientes y el pelo antes de meterme de nuevo en el edredón.
"Vamos a la cama, Doug." Susurré.
Parecía estar de acuerdo, estableciéndose a mi lado y quedándose dormido. Mis dedos apagaron la luz de la mesita. Yo había cerrado los ojos por lo que parecía un par de segundos cuando mi teléfono sonó. Un gemido de protesta fue liberado de mis labios antes de dar unas palmaditas sobre la superficie de mi derecha. La pantalla brillaba, y yo estaba con los ojos entrecerrados mientras sostenía el teléfono por encima de mi cara.
De: Lucy
"¿Te apetece quedar mañana para ponernos al día? X"
Sonreí antes de responder, decidimos reunirnos en la cafetería local. Yo no estaba muy interesada en bebidas calientes pero hacían un batido de fruta genial. Charlotte y Zoe se unieron a nosotras y me di cuenta de lo mucho que había echado de menos a mis amigas. Muchas cosas habían pasado desde que la última vez que hablé con ellas. Había estado tan envuelta en Harry que ni siquiera les había contado que ahora era su novia. Tuve la sensación de estarían curiosas acerca de nuestra situación. Habíamos llegado a ser muy íntimas. No sabían nada de los dolorosos acontecimientos del pasado de Harry. Pero eso era algo que creí deber mantener entre Harry y yo. No necesitaban saber acerca de su padre o lo que él había hecho. Harry confiaba en mí.
Era casi como si Harry supiese que mi mente había sido requisada por pensamientos sobre él. Sonreí leer el mensaje que acababa de llegar a través de mi teléfono.
De: Harry
"Buenas noches, preciosa. X"
Sus sencillas palabras me hicieron sonreír. Y esa noche, mis sueños fueron únicamente sobre un chico de pelo rizado que era tan atractivo que te dejaba sin habla.
Me di la vuelta asustada cuando una mano agarró mi hombro, sacudiéndome suavemente para despertarme.
"Bo".
"Ugh".
Sonó una risa divertida. Tardé unos segundos en reconocer el feliz ruidito antes de que me sacudiese hacia arriba, apretando a mi madre en un fuerte abrazo.
"Mamá". Sonreí. "Te he echado mucho de menos."
Me besó la parte superior de mi cabeza mientras la abrazaba. Durante la hora siguiente, mi madre se sentó en mi cama mientras hablábamos. Nuestro atigrado gato se acurrucó en su regazo mientras le acariciaba suavemente. El pariente enfermo que había visitado estaba teniendo una recuperación gradual en el hospital. Ella creía que estaría plenamente recuperado para la próxima semana o algo así. Bueno, esa era su propia opinión médica. Esos días que se tomó libres para cuidar al familiar significaban que mi madre tendría que tomar algunos turnos de noche en el hospital local para compensar horas, donde ella trabajaba como enfermera. Así que, aunque ahora hubiese vuelto a casa, tendría que estar durmiendo durante el día para poder cumplir con su trabajo en la noche. Estaba decepcionada, pero no había mucho que yo pudiera hacer al respecto.
Giraba la pajita en la bebida con sabor a fruta mientras escuchaba la conversación con las otras chicas. Mi mente estaba en otras cosas. Cuando levanté la vista, la cabeza de Charlotte estaba inclinada, los ojos miraban inquisitivamente hacia mi cara. Le di una mirada interrogante antes de que hablase.
