Me desperté agitada con el sonido de un trueno. La intermitente y brillante luz iluminaba la ventana por encima de una delgada cortina. Mi repentino movimiento causó a algo revolverse debajo de mí. Harry. Suspiré, la tranquilidad me limpió restos de angustia, me alegré de haber sido despertada de un sueño horrible. Los eventos de la noche anterior se repetían en mi inquieta cabeza mientras dormía.
Mi cuerpo se relajó, tranquilizada de que no me habían tirado, inmóvil en el callejón oscuro, como sucedía en mi pesadilla. Me encontré con asombro mientras el enfadado tiempo fuera seguía proporcionando sorprendentes destellos de luz. La bonita cara de Harry se iluminó durante unos segundos antes de que la habitación se sumiese de nuevo en la oscuridad.
Incluso en la tenue luz pude ver cómo sus rizos se extendían sobre la almohada. Pestañas largas descansaba en la parte superior de sus mejillas. Mis ojos se posaron en sus labios, el inferior ligeramente hinchado por los golpes que había recibido. Es el estado más tranquilo en el que lo había visto. Todavía estaba tranquilo, a diferencia del movimiento constante de su pecho y el temblor ocasional de sus dedos mientras me contaba su historia.
Mi mente se preguntó de nuevo sobre lo que me había contado antes de que nos quedaramos dormidos. Me dolía el corazón con los recuerdos obviamente dolorosos de su madre y su hermana. Mis dedos tocaron curiosamente por la piel caliente de su estómago, que había sido revelada por las sábanas caídas. El toque viajó ligeramente hasta su pecho, arrastrándose hasta el cuello. Mis dedos fantasmearon por los labios antes de empujar hacia atrás algunos de los rizos de la frente.
Él había intentado protegerlas. La reacción de su madre le había roto por dentro, estaba desesperado por mantenerlas a salvo, pero sus acciones violentas habían asustado más que tranquilizado a las mujeres que más quería en su vida. Me di cuenta de que Harry no podía soportar pasar por otra experiencia como la que presenció con su madre y su padre. Y por eso arremetió contra el novio de su hermana.
No quería justificar el comportamiento violento que mostraba ahora, pero al menos podía entenderlo. Empecé a creer que las acciones de Harry no eran algo que debiese temer. Pero él aún tenía esa ventaja de ser intimidantemente directo. Mis pensamientos fueron interrumpidos abruptamente cuando Harry se disparó de la cama, el tiempo le sobresaltó de su sueño. Sus manos inmediatamente encontraron las mías, tirando de mí hacia su cuerpo mientras respiraba profundamente.
"Harry, es sólo un trueno." Susurré, tratando de calmarlo.
Sus brazos se envolvieron protectoramente alrededor de mi cuerpo. Mis dedos se movían en suaves círculos sobre su desnuda piel mientras poco a poco sentí cómo sus músculos se relajaban.
Miré hacia la luz brillante colándose a través de los bordes de las cortinas. Harry todavía estaba dormido, con la boca ligeramente abierta mientras su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración. Me arranqué suavemente sus fuertes brazos alrededor de mi cuerpo, arrastrando los pies fuera de la cama. Harry rodó sobre su frente, la cara seguía pegada a la almohada mientras roncaba ligeramente. Mis manos buscaron tranquilamente a través de mis cajones, sacando ropa para cambiarme después de la ducha.
Mi cabeza se giró, con los ojos bloqueados sobre la figura que seguía durmiendo en mi cama antes de cerrar la puerta del cuarto de baño. Me lavé y cambié rápidamente. Revisé mi apariencia en el reflejo del espejo, empujando el pelo mojado sobre mis hombros. Mis dedos se apoderaron de la manija de la puerta, pero la desilusión creció a medida que mis ojos se posaron en la cama. Las sábanas estaban hechas un desastre en el colchón. Harry no estaba por ninguna parte. Se había ido.
Me senté en el borde de la cama, mi cuerpo dejándose caer de nuevo en el edredón. Pasaron unos minutos antes de que mi teléfono sonase. Arañé por el fondo de la bolsa que me había dejado junto a la puerta, sacando mi teléfono y desbloqueándolo.
