10

151 21 32
                                    

Damiano

Mis manos viajan por su espalda conociendo cada centímetro de su cuerpo.

Se mueven sin prisa, disfrutando de lo que tengo ahora mismo conmigo.

La mujer de mi vida luchando con una sudadera para poder quitársela lo más rápido posible, estando encima de mí.

Me incorporo para besar su cuello y su escote, el cual tiene un par de lunares. Todos son besados lentamente.

Toco el centro del sujetador y sigo bajando mi dedo por su piel, llegando a su vientre desnudo.

Veo a Sienna. Encuentro una mirada seria, queriendo seguir con lo que estamos haciendo.

Besa mis labios con una pasión más grande que hace unos minutos.

Su mano se encarga de tocar mi nuca, haciéndome sentir relajado con cada caricia.

Sus caderas empiezan a moverse. Un gruñido escapa de mi boca al sentir como su entrepierna roza con la mía.

—Sienna —digo cerca de su oído.

—¿Estás bien? —me pregunta terminando de desabrochar los botones de mi camisa. Pasa una mano por mi torso.

Besa mis labios. Me dejo caer en el sofá de nuevo cuando aparto la camisa a un lado una vez que Sienna me la ha quitado. Ella se acerca más a mí.

—Estoy mejor que bien —comento. Sonríe contra la piel de mi mejilla—. ¿Tú estás bien?

Asiente oliendo mi perfume.

Besa mi mejilla y, lo que pasa a continuación, me parece muy rápido.

Mis manos en sus caderas, sujetando a la mujer que amo mientras veo como sus manos se encargan del preservativo que tenía en mi cartera.

Lo abre y deja el envoltorio a un lado.

Sonríe sosteniendo el condón y a mí se me forma una sonrisa en los labios al recordar lo que se le pasa por la mente cada vez que toca un preservativo.

Siempre le ha hecho gracia la lubricación que este lleva. Sus dedos acaban un poco manchados y esto le parece gracioso.

Y, como siempre, me pide ayuda con ese rostro tan lindo que tiene al verme.

—¿Me ayudas? —me pregunta una vez que ha colocado el preservativo en la punta de mi polla. Asiento.

Coloco mi mano encima de la suya. La bajo poco a poco sintiendo su piel entre mi erección y el preservativo.

Su mano baja con mi ayuda, poniéndome el condón. Muerdo mi labio inferior viendo nuestras manos juntas, viendo a esta mujer sentada sobre mí completamente desnuda.

—Estás más que listo —comenta pasando su mano de arriba abajo lentamente. Así mueve mi mano, la cual se coloca cerca de su parte más íntima.

La ve. Su lengua moja sus labios.

Una vez más, muero al ver como se mueve encima de mí para introducir mi longitud dentro de ella. Despacio, sin prisa.

Como suelta el aire por la boca al sentirme totalmente dentro de ella. Mi mano cerca de su nalga. Estoy preparado para agarrarla y ayudarle a moverse encima de mí.

Pestañeo y un pensamiento aparece en mi mente, el cual desaparece poco después. Pero me molesta bastante que este aparezca.

Me hago una pregunta. Una pregunta que me hace daño.

¿Sienna follará conmigo ahora pensando que somos amigos o follará pensando que éramos novios?

Y, antes de que empiece a moverse, otra pregunta:

Una storia |Måneskin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora