El condenado del cementerio

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Cierta vez una señora había decidido visitar a su compadre

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Cierta vez una señora había decidido visitar a su compadre. Y montada en su burrito también llevaba una pequeña carga de pan, papa, coca y alcohol.

Pronto anochecio y aún le faltaba un trecho de camino, así que llegando a un cementerio que formaba parte del lugar, rápidamente quitó la carga del burrito y armando una pequeña fogata comió algo y se durmió.

Pronto anochecio y aún le faltaba un trecho de camino, así que llegando a un cementerio que formaba parte del lugar, rápidamente quitó la carga del burrito y armando una pequeña fogata comió algo y se durmió

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Al amanecer, antes de que salga el sol la anciana comenzó a acomodar la carga en el pollino. Sin embargo no se dio cuenta de que un “condenado” se estaba levantado de su tumba, primero sólo la mitad del cuerpo, después la otra y finalmente estaba de pie hambriento y furioso, atacando a la señora anciana y comiéndosela.

Luego regresó a su tumba, enterrándose bajo la tierra porque estaba pronto a salir el sol.

El burrito se fue solo por el camino y con la carga. El compadre avisado de que la señora venía a visitarle, fue a darle alcance, topandose con el solitario animal.

Siguió avanzando hasta llegar al cementerio y buscando, solo encontró los huesos revueltos de su comadre y la ropa ensangrentada y acartonada.

Inmediatamente pensó en el “condenado” del cementerio, sintió miedo de que también se le apareciera el monstruo y quisiera comérselo.

Sin pensarlo dos veces, regresó a su casa arreando el burrito.




De la tradición oral andina.

El condenado, historias de terror del zombi andino. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora