𝐁𝐋𝐎𝐖 | ¿Quién dijo que fue buena idea meter a dieciocho adolescentes, y no tan adolescentes, con las hormonas revolucionadas en una misma casa?
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24 de Junio de 2022
Gya despertó con sus brazos alrededor del musculoso abdomen de Soobin, quien ya no abrazaba a Jiyu. De hecho, la más pequeña ya no estaba, se había ausenciado dejando a los dos líderes solos, tras comprobar que su maléfico plan había funcionado para que Gya pudiera estar con Soobin en aquella situación comprometedora.
Abatida, bajó las escaleras tras separarse cuidadosamente de él, procurando no despertarlo. La manera en la que tuvo que deslizar sus manos por su abdomen, acariciándolo, para no hacer ruido ni moverse demasiado, hizo que sus mejillas se calentaran demasiado. Ahora estaba con la temperatura corporal al cien, tomándose una taza de té que le haría poder dormir en paz en su cuarto, aunque este fuera un infierno.
La cocina estaba en completo silencio, a juzgar por los oídos de Gya y su subconsciente aún algo dormido. Sin embargo, esa tranquilidad fue interrumpida por un fuerte portazo que se escuchó en el segundo piso.
Alzó las cejas al asustarse por este. Si no hubiera sido por que su taza estaba ya casi vacía, se habría tirado todo el té caliente por el brinco que dio al reaccionar su cuerpo.
Se levantó y fue corriendo a arriba, a comprobar de dónde provenía el ruido, pues su agudo oído le hizo creer que venía de la parte donde estaba la habitación número cinco. Y en esta estaba Nari, lo cual le preocupó. "¿Y si se está peleando de nuevo con Yeonjun y lo ha echado?" Pensó. Conocía demasiado bien a Nari.
Pero, para su sorpresa, cuando subió y se topó con la puerta bien cerrada, el que estaba frente a esta no era Yeonjun. Era Heeseung, tan impactado como lo estaba la pelinegra ahora.
—Heeseung, ¿qué haces aquí, y qué ha sido eso? —interrogó mirándolo algo asustada.
—Yeonjun y Nari se están peleando otra vez a gritos y Nari me ha sacado para que "no tuviera que presenciarlo". Me iba a ir de todas formas, pero ha sido ella la que ha dado ese portazo. Está enfadada y quiere salir de este cuarto, pero...
—Pero su orgullo es más grande —terminó Gya por el mayor de Enhypen.
Ambos conocían demasiado bien a la chica de cabellos rosas, que ahora se encontraba dentro gritándole a Yeonjun. Gya pudo escuchar varios gritos sorprendentemente agudos, chillones y escalofriantes que no concordaban con su voz dulce y atractiva. Tampoco tenía muchas experiencias de peleas con Nari como para estar acostumbrada a esa faceta de ella.
—¿Quieres...? —en ese momento fue cuando empezó a invadirle la timidez de estar hablando con Heeseung—. ¿Quieres venir a mi cuarto mientras ellos terminan con lo suyo?
