𝐁𝐋𝐎𝐖 | ¿Quién dijo que fue buena idea meter a dieciocho adolescentes, y no tan adolescentes, con las hormonas revolucionadas en una misma casa?
El Reality Show "HYBE HOUSE" se estrena con estos tres grupos, que si de por sí han subido los estánd...
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29 de Julio
—Estoy muerta... —Jae cayó sobre la cama de Nari, la chica justo se acababa de levantar para organizar sus armarios, ya que aún no lo había guardado todo desde su último cambio de habitación. —Pues tienes muy buen aspecto como para estar cansada —escuchó decir a Taehyun desde su cama, enfrente. Sus mejillas se tornaron de carmesí y se dio la vuelta emitiendo una risita. Nari la miró sonriente. —Nari, no merece la pena que guardes tan organizadas las cosas —dijo Soobin desde su lugar— Pronto vamos a tener otro cambio de habitaciones, cuando se haga el recuento de puntos y eso... —Ah... es verdad. —se levantó frustrada, cerrando de golpe el cajón que había abierto en su mesilla de noche— Entonces saldré, no hagas nada raro y no me desordenes las sábanas, Jae. —La controlaremos —aseguró Taehyun.
Nari, ocultando sus ganas de reír por todo ese enredo de coqueteos que llevaba la chica, salió de la habitación, encontrándose con Jiyu y Jungwon hablando animadamente en la puerta del cuarto de estos.
—¿Qué hacéis en la puerta? —interrogó la rubia, buscando con la mirada a Gya, viendo que, efectivamente, no se encontraba en el pasillo de arriba. —Se está mejor aquí, nos da el aire acondicionado de abajo.
A Nari prácticamente se le había olvidado que algunas habitaciones tenían más o menos lujos, incluso si la suya no era la mejor, aunque sí la segunda. Recordó que quienes peor lo estaban pasando en ese momento eran Beomgyu, Ni-ki y Jae con la sexta habitación, ahora comprendía por qué la chica iba de habitación en habitación así como de flor en flor.
Desde que se fue de la cuarta habitación todo había marchado de maravilla, el no tener a Yeonjun como compañero y tener una cama para ella sola donde su sueño no fuera más perturbado que de costumbre era un lujo para ella. Su humor había ido mejorando poco a poco desde entonces conforme la tensión en la casa se desvanecía y muchos lo notaron.
Precisamente ese chico pasó por su lado, ella lo miró de reojo viendo cómo su rostro se endureció cuando tuvo que encontrarse junto a ella.
—Yeonjun... —se tapó la boca por la sorpresa cuando se le escapó decir su nombre sin saber exactamente qué era lo que quería decirle. El mencionado giró bruscamente el cuello para mirarla, esperanzado. —¿Sí?
Recordó lo mucho que logró reconfortarla Sunghoon, la amistad que aquel pelinegro al que decía odiar tenía con Gya, el falso perdón que le concedió hacía unos días...
—Podemos ser amigos —dijo, sin más.
Pensó en aquello por mucho tiempo, más del imaginado, y era cierto que hacer ese esfuerzo sería lo mejor para todos, por su bien, para dejar el rencor atrás y para recuperar por completo el buen ambiente en la casa. Y sobre todo para aprender a tolerarlo, al final del día, si dejaban de lado esa irritabilidad por parte de ambos, su relación en algún punto no fue tan mala.
