Elévame, cámbiame, disfrútame

Tocarse el alma

Jade entro a clase, llevaba ya su mandil de cocina y estaba deslumbrante, con el cabello recogido, el uniforme ceñido al cuerpo que revelaba una tierna pancita suave  y unos tacones para la ocasión entro sin dudar. Tenía el uniforme escolar, sus mejillas eran blancas y maquilladas de rubor rosa, unos labio  El cuerpo de Jade no estaba en forma como Iris, se podría decir que hasta era más femenino, un cuello relajado, brazos un poco anchos, pero no mucho, busto suave, como para posar la cabeza y estar cómoda en el, abajo, en el abdomen se podía ver un estomago mas común, suave y relajado con una pequeña lonjita que caía ya un poco, a los costados se podían ver dos lonjitas que caían como un pequeño corsé, Jade no era ni muy flaca, tampoco estaba en forma, estaba en el punto perfecto

La maestra Garibaldi no se inmuto de la entrada de su alumna, solo alcanzo a preguntar: ¿Tu nombre?. Ella mirando a Iris contesto: Jade Sao señorita Garibaldi. Por primera vez se podía ver que la maestra cambio mágicamente de expresión al oír el apellido Sao, pero ni Jade ni Iris le prestaron atención. Al ver la una a la otra se quedaron quietas por un momento y cada una podía sentir que estaba entrando en los ojos de la otra, Jade sabía a quien miraba y su corazón se incendio de amor en ese momento, la luz de los ojos de Iris entro en Jade, quien la acepto e ilumino todo su interior, Jade, Jade Sao se había enamorado, estaba incendiándose por dentro, el corazón le latía muy rápido y sentía que se enamoraba profundamente de Iris, exhalo un suspiro y sintió pulsos en su feminidad. Sus pupilas se dilataron asombrada por ese hecho, insólito , sintió luego de amor que la hipnotizaba y alejaba de cierta manera del resto, sintió paz y tal vez alivio, Jade sabía que era ella, que Iris era la indicada, solo que no se lo diría aún.

-Sao, ¿señorita Sao? ¿Se encuentra bien?

- S Si miss Garibaldi

-Pase y tome asiento por favor 

Jade fui y se sentó tratando de calmar su corazón  al lado de Valeria, la saludo y se hizo una coleta, se inclino un poco y dijo segura y calmada

-Hola Iris

Esa dulce y suave voz corto el aire, se podía sentir cierta tensión agradable  entre las dos.

- Hola, si me llamo Iris, ¿Tu eres Jade Sao ver...?

Antes de que pudieran entablar una conversación la maestra Garibaldi miraba a sus dos alumnas

-Niñas, niñas ¿Podemos volver a la clase por favor?

-Si señorita Garibaldi- respondieron todas en coro y las dos almas gemelas bajaron del aire del amor de sus nubes para concentrarse en su clase