Mirta Garibaldi había vuelto a recordar todos los sucesos y antecedentes que de pronto la agobiaban, después del incendio junto todo lo que tenía y lo vendió y fue a parar a "El centro Gris", un castillo del siglo diecinueve que había sido adaptado para ahora ser una preparatoria un poco más estricta y habitual de lo normal, bajo la cual solo entraban niñas comprendidas entre los 15 y 16 años para luego salir solamente de adultas.
El "centro gris", "la cárcel de los sueños", "el cementerio de la esperanza" eran tan solo unos de los tantos nombres que las alumnas, que mas que alumnas eran internas le daban a ese refugio estricto el cual podía llamar casa.
La joven Mirta accedió a tal institución por que al ser ya huerfana producto del terrible accidente, cayo en cuenta que no poseía muchos recursos monetarios por sí misma. La unica y ultima opción fue el ya mencionado centro.
Entre esta rígida institución y una cárcel femenina solo existía la diferencia de que las internas de las cárceles muchas veces tenían más privilegios que las internas de la escuela.
El centro de por si había sido diseñado como una cárcel juvenil, al entrar si se veía la apariencia de un castillo, con dos torres y unos portones de hierro fundido negros, al entrar se desplegaba el primer portón para dar paso al área de detección donde todas las nuevas habitantes del centro eran puestas en una fila de izquierda a derecha por altura, una corregidora, vestida con un collar negro con un colgante que tenia las letras CG como iniciales del centro, un abrigo gris que las tapaba enteras y unas botas largas de cuero se colocaba al medio de la fila para dar ordenes.
Cuando Mirta entro al centro era tan solo una adolescente obesa y regordeta de 170 kilos, entró a las filas con un bolso, de repente la corregidora solo la vio y dio una orden
- Uniforme uno, en tres pasos, mar....- la corregidora dio tres pasos de parada, rectos como paso de ganso en el cemento del suelo, rápidamente las chicas se quitaron los abrigos y todas quedaron vestidas con unas poleras blancas, todas menos Mirta quien no entendía en ese momento que ocurria y solo trataba de adaptarse a las nuevas situaciones que le sucedían en su rutina cotidiana.
Pronto todas las señoritas marchaban en silencio dentro de "el castillo gris", un alto parlante sono:
- Bienvenidas a su nuevo hogar, entendemos que este no es un lugar de película pero intentaremos acogernos bien como nuevas internas, por favor mantengan en todo momento el orden y la limpieza, sigan las instrucciones y no habrá inconveniente algunas, bienvenidas al "centro Lehman Klein Katya" o coloquialmente conocido como "el centro gris", fin del comunicado, resonaba la voz femenina, fue el comienzo de la destrucción de Mirta y el ascenso de la señorita Garibaldi
ESTÁS LEYENDO
Elévame, cámbiame, disfrútame
Teen FictionIris una estudiante brillante y prometedora dio todo por el deporte y brillo en ello Jade se dedico a un arte seductor que jugará con las emociones de la otra. Poco a poco una le pedirá a otra: Elévame, cámbiame, disfrútame. Esta historia se la debí...