La clase de cocina

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Iris y Gertrude subieron despacio hasta el piso 15, paso a paso disfrutaron de las escaleras del edificio, pero en la cabeza de Iris aún había esa duda ¿ascensor bloqueado?, ¿prohibición?. Fue algo raro para el estilo de la escuela nueva.

Iris entro con Gertrude, se sentaron en unos bancos circulares y vieron una cocina muy bien equipada.

Por la sala nueva en la que entraron se sintieron muy impresionadas, era una sala distinta a las demás, para empezar no tenía la clásica puerta de aulas que todo el instituto tenía. 

No al contrario, eran dos puertas con dos perillas a cada lado, se leía una pequeña nota "mantener abierto en todo momento" al lado había una firma de ¿chocolate?, eso era, o al menos parecía serlo

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No al contrario, eran dos puertas con dos perillas a cada lado, se leía una pequeña nota "mantener abierto en todo momento" al lado había una firma de ¿chocolate?, eso era, o al menos parecía serlo.

En ese momento llegaron Pe Sayoung, Sandra del Carmen y Valeria Caúl, parecía estar la clase ya llena, hasta que unos pasos duros y firmes se escucharon y entro la maestra.

Mirta Garibaldi era un ser intrigante en su persona, con tan solo unos 27 años era demasiado alta y de piel blanca, pero no un tono blanco sano o bonito, tampoco la clase de blanco que poseía Gertrude, era un blanco enfermo, un blanco fantasma, un blanco pálido. Sus ojos eran grandes y negros con un brillo azul, probablemente eran azules en la pupila pero las ojeras no ayudaban mucho.

Sus manos eran largas y huesudas, sin ningún signo de que serían saludables, no tenía maquillaje, solo las uñas cortas, a pesar de su gran altura, Mirta era anoréxica, así es con más o menos dos metros pero pesaba a duras penas unos 40 kilos.

- Buenos días- inicio una voz vieja, apagada para su edad, parecía que fumaba o bebía alcohol ya que estaba muy rota- Soy Mirtha Garibaldi Xanzt, gastrónoma y seré su maestra en lo que quedan en sus miseras vidas en el instituto.

-Buenos di días- intentaron responder en coro las niñas 

Se oyó como habían dos pies que corrían por el pasillo, agitados 

Jade entro de un portazo y a la primera que vio fue a Iris.... 

Elévame, cámbiame, disfrútameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora