ᴀɴᴏᴄʜᴇᴄᴇʀ. 많이 그리울까요

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너와 마주 앉아

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너와 마주 앉아

입맞춰 부르던

노랫소릴 기억할까요

우리 두발을

나란히 맞춰 걷던

그 계절을 그리워할까요

—Oi, mocosa —Por décima vez, Levi la llama tan amablemente como puede

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—Oi, mocosa —Por décima vez, Levi la llama tan amablemente como puede. Está algo, solo algo, irritado, porque, ¿En qué momento aquella mujer adquirió el sueño pesado? Lo que al menos era una buena señal. Esta era la primera noche en semanas que no se despertaba por pesadillas o se removía entre lágrimas.

Después de presenciar aquel cielo estrellado, ambos se las ingeniaron para sacar el colchón del cuarto subterráneo y construir una pequeña barricada con trozos de madera descente para que el viento no les callese en la cara.

Tardaron un rato, pero ninguno mostró interes en volver a dormir sumidos en la oscuridad absoluta.

Estuvieron sentados sobre el suave colchón por un largo rato, separados por medio metro y almohadas mullidas que estaban en esa habitación subterránea. El silencio predominaba, pero a ninguno le causaba incomodidad. Levi quiere creer que les permitió a ambos sentir una pizca de paz por primera vez en días. Además, ninguno de ellos se destaca por ser hablador.

Ella fue la primera en caer dormida. Casi se estampa de cara contra el suelo. 

Al menos. Pensó Levi. Mis reflejos siguen siendo igual de rápidos.

Logró sostenerla por los hombros a tiempo, sin despertarla, sujetándola con tata delicadeza posible, casi temeroso de que se rompiera ante el mero contacto con su cuerpo mutilado, casi aterrado ante la perspectiva de que su maldición le afectase...

Trató de ser lo más cuidadoso posible al recostarla entre los edredones y almohadas, honestamente, lo último que quería era despertarla para terminar en una pelea por quién debería dormir en el mugriento saco.

RESILIENCIA   Y  EGOÍSMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora