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just because everything's changing
doesn't mean it's never been this way before
all you can do is try to know who your friends are
as you head off to the war
pick a star on the dark horizon
and follow the light
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Estabas de camino a casa, tras haber comprado un poco de material para bordar. Agradecías vivir en una zona residencial, donde no había tanto ruido innecesario. El tráfico es escaso y lo único que podía perturbar la silenciosa paz eran los niños que jugaban en las calles libremente cuando no estaban en la escuela.
Pero había algo en este silencio pacífico que te asusta.
Cuadras los hombros, tratando de mantenerte erguida ante los pensamientos confusos que te aquejan. Esa sensación de alerta constante no ha parado de carcomerte por dentro, e incluso si querías olvidar esos sentimientos anormales por tratar de disfrutar tu nueva vida como mujer casada, no podías deshacerte de ellos. Si no encuentras una solución pronto, terminarás volviéndote paranoica en medio de tu sueño cumplido.
Lo anhelaste por años. Cuando finalmente aceptaste que lo querías como algo más, éxtasis y nerviosismo te inundaron, cuando finalmente él correspondió a tus sentimientos, una vivaz llama te inundó, cuando finalmente se casaron... No sentiste nada. Ni siquiera esas mariposas en el estómago que recordabas, revolotearon en tu interior por él, durante tanto tiempo hicieron acto de presencia al momento del "Sí, acepto".
No sentías nada más que desilusión y añoranza confusa por algo.
—Hola, holaaa —Una voz particularmente estridente te saca tu crisis mental.
Una mujer castaña de lentes, con el cabello desordenado atado en una cola de caballo alta, te saluda enérgicamente desde tu derecha, corriendo en tu dirección desde un andador estrecho, la peculiar figura está completamente cubierta por la sombra del edificio. Su vestimenta te parecía particular, puesto que es un uniforme descontinuado.
—Disculpa mi interrupción —Comenzó a decir la estridente mujer, avanzando hacia ti con movimientos exagerados hasta detenerse a un metro de tu lugar, aún oculta en la sombra, sus rasgos faciales apenas distinguibles—. Solo quería agradecerte por lo que hiciste por un amigo cercano...
—Creo que me está confundiendo con alguien —Respondiste sin más, directa y estoica, sin dar paso a la confusión en tu rostro, fue entonces que te sentiste estúpida. ¿Por qué le estabas respondiendo a una mujer loca que no conoces? ¿Por qué no simplemente sigues con tu camino?
¿Por qué la sensación de alerta se desvaneció con su presencia?
—Nah, eres alguien inconfundible... Tu genética es bastante única, a decir verdad —Comenta la extraña mientras realiza ademanes de negación con sus manos inquietas. La alegría y optimismo que desprendía se desvanecieron rápidamente, volviendo su rostro difuso al otro extremo del andador con rigidez.
Te inclinas para poder ver qué apagó tan abruptamente el ánimo de la rara mujer, pero no viste absolutamente nada.
—Eso fue rápido... —Murmuró la castaña en voz baja, aunque fuiste capaz de escuchar las extrañas palabras.
Deberías irte. Esta mujer sonaba todo menos cuerda... Entonces, ¿Por qué seguías esperando a que esa extraña continuase con su soliloquio?
—Pfft... en fin, querida —En esta ocasión, la castaña se dirigió a ti de nuevo, volteando su mirada de regreso a ti. Momentáneamente, alcanzaste a percibir el reflejo de luz en unos lentes—. Gracias por lo que hiciste por él... El único consejo que te puedo dar es que confíes en tus instintos.
La mujer de lentes le dio la espalda, moviendo su brazo derecho de un lado a otro por sobre su cabeza, despidiéndose mientras caminaba al otro lado del andador.
—¡Espere! ¿De qué está hablando...? —Exclamaste con indignación, ¿Qué sabía está loca de lentes? Empezaste a seguir a la mujer a paso veloz, pero la castaña empezó a correr, entonces tú también aumentas tu velocidad, aún estabas en forma tras tu jubilación de la armada. Sujetando fuertemente la bolsa de tus víveres, cruzas entre las casas a toda marcha, con cada paso, te acercas más a la loca mujer castaña.
Fue una persecución corta, porque en cuanto la singular señora de lentes giró a su derecha al otro lado del andador, tenías tu mano a centímetros de su brazo. Tan pronto como trataste de frenarla, dando vuelta en la esquina, lo único que tus dedos sujetaron fue aire.
No había nadie más en la calle, salvo unos niños que te observaron confundidos y asustados.
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now we're back to the beginning
it's just a feeling and no one knows yet
but, just because they can't feel it too
doesn't mean that you have to forget
let your memories grow stronger and stronger
'til they're before your eyes
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