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every morning just the same
since the morning that we came
to this poor provincial town
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El mercado de la ciudad se encontraba lleno de gente. Comerciantes, vendedores ambulantes, agricultores y mercaderes inundaban la calle principal en sus respectivos puestos mientras caminabas lentamente entre ellos, a la sombra de los edificios medianamente altos.
El bullicio de voces no eran más que un sonido de fondo para ti, las ofertas que gritaban los panaderos, carniceros y vendedores de baratijas te acompañaban con cada paso, pero carentes de tu atención. Por alguna razón, te sentías incómoda entre la gran multitud. Desde hace un tiempo, las grandes aglomeraciones se te hacían inusuales... sea lo que sea que signifique eso.
A diferencia de las ajetreadas personas que venían de aquí para allá con prisa, apuradas para terminar su tiempo en el estruendoso sitio y volver al abrumador rigor de la vida cotidiana, tú caminabas con calma y serenidad. Como si tuvieras todo el tiempo del mundo para caminar. Disfrutando de la sencilla acción.
Una mañana normal, tranquila. Eras solo una recién casada buscando los mejores precios para surtir su despensa. Incluso si no te sentías del todo bien.
Había una extraña opresión que te perseguía desde el día de tu boda. Apenas fuiste consciente del "Acepto", sintiéndote particularmente perdida y mareada. Se sintió irreal, nebuloso, desafortunadamente, no en el buen sentido de la palabra.
Todo era extraño y el anormal abatimiento que te aquejaba y distraía no te dejaba en paz, sin importar lo que intentarás para disfrutar de la, relativamente, nueva paz. La única vez que sentiste lo mismo fue tras la muerte de tus padres. El abatimiento, la angustia ensordecida por el día a día... casi todo se sentía igual, y solo te preguntas: ¿Por qué te sentiste de luto el día que debía ser el más feliz de tu vida? Ni siquiera tú misma lo entendías.
"Debe ser la emoción de la boda" Te habían dicho tus amigos, quienes alegremente te acompañaron en todo el proceso. Pero algo simplemente no encajaba. El bello vestido blanco que te envolvió solo te causaba incomodidad, ni siquiera recuerdas por qué compraste ese modelo, siendo que no te gustaba como se veía. Inclusive si sabes que lo habías escogido con tu mejor amigo desde hace meses. La sensación de desconfianza y pesar te siguió en todo momento, pero la desorientación mezclada con confusión y apenas tentativa alegría no permitieron que disfrutaras lo que se supone debías disfrutar. Trataste de ignorarlo, no tenía razón de ser esa... añoranza.
Estabas casada con el hombre al que siempre habías amado, debías ser feliz... Pero algo faltaba y no podías siquiera recordar lo perdido.
Tus ojos viajaron por las frutas y verduras, tratando de distraerte nuevamente, de no perderte en tu mente, como últimamente acostumbrabas. Él te había aconsejado que disfrutases de la vida, en lugar de aislarse para tus adentros, preocupado por ti. Nunca fuiste de los que soñaron despiertos. Tu nuevo trabajo también fue su idea y realmente te había ayudado a distraerte, a compartir el dolor de las personas que perdieron a alguien en la guerra.
Las fresas frescas que estaban allí, casi escondidas entre peras verdes y uvas, captaron toda tu atención tan pronto se cruzaron en tu campo de visión.
Súbitamente, tu pesar te ahogó. Un nudo se instaló en tu garganta y tu pecho se estrujó amargamente, te sentiste congelada allí, mientras tus ojos lagrimeaban. Apenas te removías, incómoda, entre un par de señoras regateando con un vendedor tacaño.
Entonces un pinchazo de breve dolor, pero de abrumadora intensidad, llegó a tu cabeza. Apenas pudiste poner tu mano en tus sienes para tratar de mitigar la punzada, cuando, tan rápido como llegó, desapareció.
No debía de ser nada. Toda tu vida tuviste dolores de cabeza. No era nuevo, simplemente los ignorarás hasta que finalicen, como siempre has hecho.
Incluso si este tipo de dolor se sintió diferente, de alguna manera que no entendías.
No es nada.
No pudiste concentrarte en algo por el resto del día. Te mantuviste con la mirada distante. Tratando de recordar algo que presentías, habías olvidado.
No es nada...
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look there she goes
that girl is so peculiar
i wonder if she's feeling well
with a dreamy, far-off look
and her nose stuck in a book
what a puzzle to the rest of us is Belle
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