he's got you mesmerized while i die
Realmente estabas siendo patético.
La ceremonia había transcurrido hace meses, pero aún hoy, no puedes encontrar en ti la voluntad de seguir adelante.
Como si alguna vez hubieras tenido una oportunidad...
El olor del alcohol dejó de ser una molestia, definitivamente la peste de tu puro es mucho más pesada, asfixiante, pero aun así haces una mueca cuando acercas el vaso de cristal a tu boca en medio de este bar al que asistes casi a diario.
Tu madre se preocupa, pero ¿Qué importa?, tu estatus de héroe de guerra trae el pan a la mesa casi por sí solo, la pensión llega mensualmente y esta especie de año sabático que decidiste tomar apenas raspa tus ingresos; ella está bien, no le falta nada.
Las charlas ociosas son todo lo que escuchas del rededor, pláticas mundanas, el cantinero ya ni siquiera te pregunta si quieres otra ronda, simplemente vuelve a servir el líquido ámbar una vez que desaparece de tu vaso.
Te sientes estúpido, al mismo tiempo que tu corazón duele.
Sabes que es tonto sentirse así, ella siempre lo prefirió, siempre estuvo detrás de él, era obvio que eventualmente se casarían, aun si a veces ese zopenco obtuso la daba por sentado.
Aun así, pusiste tu mejor cara el gran día, honestamente feliz por los dos porque más allá de tus sentimientos no tan secretos, aún seguían siendo tus amigos.
E iba bien. Reíste y bromeamos, genuinamente feliz por ellos a pesar del agujero en tu corazón. Pudiste ocultar el dolor... hasta que la novia camino con el pasillo.
Recuerdas lo ilusionada y feliz que se veía en los días previos, el brillo en sus ojos no tenía igual y entonces se abrieron las puertas, caminaron las damas de honor y ella quedó a la vista.
Estás seguro de no ser el único que lo notó. La mirada casi muerta en su rostro al avanzar como si estuviera a punto de caer desmayada fue evidente... había una clara confusión en su rostro a pesar de la sonrisa llena de emoción que estaba tratando de dar, pero algo simplemente...
—Se sintió mal —Mascullas en voz alta, sin pensar.
—¿Qué?, ¿La bebida? Sí, no se ve muy buena.
Casi te caes del banco al escuchar una respuesta, apenas y puedes sostenerte del borde, evitando que caiga el vaso de la barra.
Lo peor de todo, es que la joven pelinegra atractiva ni siquiera trata de ocultar su suave risa que, aunque educada, sigue denotando diversión burlesca.
—Ah, ¿Por qué siempre que nos vemos hago el ridículo? —Respondes, tratando de bromear para aligerar el ambiente con tu vieja camarada.
—No lo sé, yo soy la que a veces camina en cuatro patas, chico lindo —Contesta ella, con ese aire relajado que siempre mostró a pesar del peligro, sentándose a tu lado sin mucha demora.
—Y aun así me las arreglo para hacer algo más escandaloso...
—Mmm, podrías hacer peores cosas —Ella te mira con esos ojos caídos, pero vivaces, casi como si pudiera leer tu alma sin mucho esfuerzo—. ¿Aún sigues ahogando tus penas de amor?
Te ríes, más por lo patético de tu situación que por genuina alegría—. Debes pensar que soy un tonto, nunca tuve una oportunidad.
Eres tan idiota, sabías cuál era el resultado obvio, pero entonces, ¿Por qué tu corazón no puede entenderlo?
—No creo que seas tonto, tal vez solo sientes con demasiada intensidad y, de verdad, chico lindo, eso no es malo... —La pelinegra pone su mano sobre tu hombro, dándote una mirada honesta de comprensión—. Todos procesamos las cosas de maneras diferentes y no creo que seas el único al que le costaría superar un enamoramiento de casi diez años...
—Sí, bueno, ¿A cuántos conoces que se enamoren por tanto tiempo de una persona que ni siquiera tenía ojos para nadie más? —Contrargumentas, dando otro sorbo del amargo licor, sin el coraje de verla a la cara.
Definitivamente, no eres un imán de mujeres.
—Muy pocos, pero son los que mejor saben amar —Dice ella con una convicción tan firme, pero afectuosa que casi te hace sonrojar cuando la vuelves a ver, encontrando cariño en sus ojos—. Cuando finalmente estés listo, llámame, tal vez aún haya una oportunidad.
Te deja sin palabras, literalmente, solo te brinda un apretón al hombro como despedida antes de alejarse hacia la salida.
Puedes seguir sentado en esta barra, martirizándote por todo lo que pudo haber sido si tan solo hubieras tenido una oportunidad... o puedes seguir a la joven del vestido rojo y hacer algo diferente.
—Eh, ¡Oye!, ¡Espera!, ¡No es seguro que vayas sola de noche!
Arrojas unos cuantos billetes a la barra, corriendo hacia ella sin mirar atrás. Por primera vez en lo que se sintió como la eternidad de un sueño, sientes que el tiempo vuelve a avanzar.
why would you ever kiss me?
i'm not blind but why can't i see?
Lista de reproducción.
Próxima actualización:
10/01/2024
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RESILIENCIA Y EGOÍSMO
Fanfiction𝐌𝐢𝐤𝐚𝐬𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐫 𝐞𝐧 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐟𝐫𝐚𝐜𝐚𝐬𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐨𝐥𝐚𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐢𝐧𝐜𝐨𝐧𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐬𝐮 𝐞𝐬𝐩𝐚𝐥𝐝𝐚. "𝘕𝘰 𝘴𝘰𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘮á𝘴 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘭�...