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i've been reading books of old
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achilles and his gold
hercules and his gifts
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Margot durmió profundamente por un día completo.
Los Ackerman intercambiaron miradas en la noche, curiosos y preocupados en distintos niveles. No estaba muerta, su pecho subía y bajaba constantemente, pero no despertar durante más de veinticuatro horas tampoco era una buena señal.
Henry no parecía tan preocupado, en todo caso, se veía aliviado por ello, a pesar de ser ahora el responsable de cuidar enteramente de Belle para desilusión de la Ackerman.
Él no los miraba con miedo, odio o resentimiento, todo lo contrario, era amable y aun así la cautela inundaba sus gestos cada cierto tiempo, así como la tristeza, sobre todo cuando pensaba que no lo estaban viendo.
Mikasa no podía culparlo, no realmente, crecer escuchando las historias de los demonios de la isla, solo para que se confirmen dichos miedos debe ser más que desgarrador.
Al día siguiente, ella y Levi se llevaron una extraña... sorpresa.
Habían acordado no detenerse más allá de lo estrictamente necesario por un tiempo, por lo que decidieron comer el maloliente pescado y las conservas para ahorrar tiempo de preparar algo más laborioso.
Les era difícil encontrar tranquilidad al detenerse para instalar un fuego.
Esa era otra decisión que habían tomado; nada de fogatas, era más práctico emplear las luces de sus velas si era necesario, pero por ahora, deseaban dar el menor indicio posible de su paradero.
Hasta que, por primera vez en meses, Mikasa despertó oliendo lo que era comida recién hecha.
Algo que en lugar de ser reconfortante, la hizo levantarse de golpe, sacando la navaja de debajo de su almohada inmediatamente.
