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Y él fin de semana había llegado, Jisung estaba alistando su mochila para ir de visita a la casa de sus padres y aclarar todas las dudas qué tenía respecto a sus poderes.

— ¿Jisunggie iras donde tus padres?. — Preguntó Haruto mientras leía un libro.

— Si, ¿Porque?. — Preguntó poniendose la mochila en la espalda.

— No por nada, sólo te preguntaba para hacerte recordar qué no regreses tan tarde porque los dormitorios se cierran a las diez y después ya no hay quién te habrá las rejas.

— Si, no te preocupes, regresaré no tan tarde.

Él castaño salió de la habitación y tomó él ascensor para bajar al primer piso del edificio.

Una vez estando en él primer piso, salió del edificio y se subió al primer taxi qué vio y se fue rumbo a su hogar.

Él camino no estaba siendo tan aburrido, pues Jisung estaba jugando en su celular, y digo, estaba, porque una llamada entrante se interpuso entre él y su juego.

— Hola Jun. — Saludo sonriente aunque él otro no lo pudiese ver.

¡Eres malo!, no tomaste él desayuno conmigo.

Te dije qué iría a casa de mis padres a primera hora.

Me abandonaste, me dejaron solo, Sana y Mina también se fueron a ver a sus padres.

Pero, ¿Porque no vas tú también a visitar a los tuyos?. — Preguntó él castaño soltando una risita porque se escuchó un par de maldiciones salir de la boca del pelinegro.

Visitarlos a ellos es como ir a visitar piedras, ¡Ni si quiera me hablan!. — Chilló molesto.

— Ay Junnie, mira, prometo qué regresare temprano a los dormitorios y iremos a la tienda de videojuegos a la qué tanto te gusta ir, ¿Qué te parece?.

Mmmm, sigue hablando.

Y te comprare una hamburguesa a modo de compensación por no haber desayunado contigo.

Trato, ya dijiste, más te vale cumplir o me molestaré.

Lo haré, lo haré, debo colgar, ya casi llego.

Okey, chau ardillita. — Dijo para después colgar.

Él castaño guardó su teléfono y empezó a ver su casa desde lejos mientras poco a poco iba acercándose.

— ¿Joven donde quiere que lo deje?.

— Al frente de la casa color celeste porfavor.

Él auto se estacionó y Jisung bajó del auto no sin antes pagarle al taxista.

Él menor estaba nervioso, ¿Por dónde debería empezar?, tenía tantas preguntas sin responder.

Se armó de valor y tocó la puerta siendo inmediatamente abierta por una rubia.

— ¡Cariño!, ¡Has venido de visita!. — La mayor lo abrazó con fuerza.

— ¿Quién es cielo?. —preguntó su padre desde atrás acercándose a la puerta— ¡Jisunggie!.

Él menor sonrió y entró a su hogar saludando a sus padres.

— ¿Porque no avisaste qué vendrías?, los gemelos estan en clases particulares de natación, si nos hubieras dicho antes que vendrías no los hubiera llevado hoy. — Dijo la rubia sentándose en él sofá.

— Es que sólo vengo por un rato, debo volver antes de que anochezca...— Respondió él castaño sentándose también en él sofá.

— ¿Tanto nos extrañabas?. — Dijo esta vez su padre sonriente.

— Si.., pero también vine por otra cosa..

— ¿Y qué es?, ¿Te ocurre algo?.

— No mamá, verás, es qué, es respecto a mis poderes...

— ¿Tus poderes?, ¿Qué pasa con ellos?.

— Es que, no hay un ellos papá, aún no tengo poderes....—suspiró— No me gusta estar en una universidad donde todos tengan poderes excepto yo....es incómodo y es vergonzoso.

— ¿Alguien te molestó por ello?. — Preguntó preocupado.

— No, al contrario, tengo amigos y me gusta estar ahí, pero no deja de ser un poco incómodo para mí estar en un lugar al qué siento que no pertenezco, ver a todos esos chicos mostrando y amando sus poderes solo hace qué no me sienta bien conmigo mismo.

— Oh, querido, no debes pensar de ese modo sobre tí, escucha, tus poderes llegarán, de eso no hay dudas, solamente espera por ellos....

— Es qué llevó esperando mucho tiempo mamá...—se quejó— Mis hermanos tuvieron sus poderes desde qué apenas tenían cinco años, mírame, tengo casi diecinueve y aún sigo sin poderes, ¿Y si nunca llegan mis poderes?, ¿Y si soy una falla?, soy común y corriente, no tengo nada en especial, tampoco soy especial...

— Jisunggie, hijo, no digas esas cosas tan horribles, eres especial, claro que lo eres, solamente que aún probablemente no estés listo para qué tus poderes hagan acto de presencia, y si en un futuro ellos jamás llegan a tí, seguirás siendo especial y no solo para nosotros, si no también para tus amigos hijo, eres importante, jamás dudes de eso.

Él castaño empezó a sollozar bajo la atenta mirada de sus padres.

— Cariño...— La rubia se acercó a él y lo abrazó, el menor le correspondió y puso su rostro en él hombro de la mayor.

— Mamá, ¿R-Recuerdas las vitaminas que me dabas cuando era pequeño?.

— Si, las recuerdo, ¿Porque?.

— ¿Me podrías decir él nombre de las vitaminas?.

— Por supuesto, aunque tengo una caja de ellas aquí, tú hermano empezó a tomarlas él mes pasado porque según él doctor él necesita engordar más.

— ¿Me darías la caja?, s-solo quiero ver algo..

— Si, entonces le diré a tu padre que te las traiga.

Su padre escuchó aquello y se fue a la cocina para agarrar la caja de vitaminas y dársela a Jisung.

— Toma hijo, son estas.

Él castaño miró la caja y era justo igual a la qué recordaba, miró las pastillas coloridas y sin duda eran vitaminas.

Entonces suspiró pesadamente, sus padres nunca le dieron pastillas para calmar sus poderes porque, nunca aparecieron aún.

Y después de un par de horas, Jisung se despidió de sus padres con una sonrisa fingida, pues aún seguía triste.

Él castaño vio la hora en su teléfono, y eran recién las dos de la tarde, por lo que empezó a caminar hacía la estación de autobuses más cercana con lentitud y con la mirada en él piso.

Llevaba caminando un par de minutos hasta qué escucho un fuerte silbido.

Él menor alzó la vista y vio a Minho montado en una moto mientras se dirigía a él y poco a poco iba frenando.

Él pelimorado se estacionó al frente del castaño y ambos se miraron.

— ¿A donde te llevo mocoso?.

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No actualizaba está historia desde hace meses, lo siento por haberla dejado de lado. <3

R.D

𝙏𝙚𝙡𝙚𝙥𝙖𝙩𝙝𝙮 𝙤𝙛 𝙡𝙤𝙫𝙚. [Minsung] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora