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— Ahí hay una tienda de conveniencia, veré si venden cualquier cosa que puedas ponerte en los pies.

— Esto es humillante. — Espetó él castaño ocultando su rostro en el cuello del mayor.

— Te bajaré en una de esas sillas y así no tendrás que acompañarme a la tienda para evitar más vergüenzas.

Él pelimorado camino frente a la tienda y bajó a Jisung para que esté se sentará rápidamente en una de las sillas que estaban ahí frente a las pequeñas mesas de la tienda.

— Tengo hambre. — Dijo él más bajo antes de qué Minho entrara a la tienda.

— Te traeré algo de comer, se bueno y espérame aquí.

— Si señor. — Respondió como si de un soldado se tratase, él pelimorado sólo rodo los ojos mientras reía.

Al entrar al lugar Minho se puso a buscar entre los pasillos algo que Jisung pueda usar, pero lamentablemente y para su mala suerte no encontró ni zapatos ni pantuflas, así que solo optó por comprar un par de bizcochos y dos leches de fresa.

Cuando él pelimorado estaba dirigiéndose a la caja para cancelar lo qué iba a llevar se dió cuenta de qué la chica de la caja tenia puestas un par de pantuflas color gris en forma de conejo y una idea pasó por su mente.

— ¿Cuánto quieres por tus pantuflas?, ponle un precio justo. — Le dijo sin rodeos.

La pelinegra parpadeó un par de veces y lo miró extrañada.

— ¿Perdón?, no te entiendo...— Preguntó sonriendo de manera incrédula.

— Son para mí chico, el torpe salió de casa sin pantuflas pero fue mi culpa porque lo apuré para que saliera, así qué necesito urgentemente tus pantuflas porque no hay tiendas de zapatos abiertas a esta hora y está haciendo mucho frío y no quiero que agarre una gripe por andar descalzo, porfavor.

La chica quedó encantada con las palabras que le dijo él más alto y rápidamente se sacó las pantuflas y se las extendió.

— Tómalas, puedes dárselas a tu novio, no te las venderé, es muy lindo de tu parte que te preocupes mucho por él. — Le dijo mientras se ponía sus zapatillas de vuelta ya que la pelinegra solía usar sus pantuflas para mayor comodidad en su trabajo.

— De verdad te lo agradezco mucho...— él pelimorado le sonrió amable y le extendió las cosas que iba a llevar— Llevaré esto.

Por otro lado, afuera de la tienda Jisung estaba mirando hacía la luna qué curiosamente estaba muy brillante aquella noche, de pronto se puso a pensar cosas triviales.

— ¿Qué estarán haciendo los gemelos?, esos pequeños diablillos, hace mucho no los veo, quisiera verlos.... — Después de qué él castaño haya dicho aquellas palabras rápidamente en un abrir y cerrar de ojos aparecio en una habitación oscura pero qué tenía calcomanías de estrellas que brillaban en la oscuridad por todas partes.

Jisung se quedó un par de segundos quieto en su lugar mientras miraba a todos lados para después taparse la boca con ambas manos.

— Estoy en casa. — Susurró con los ojos abiertos de par en par y tratando de no asustarse más de lo que ya estaba, pudo reconocer que estaba en la habitación de sus dos hermanos pequeños.

Él castaño iba a acercarse a los menores que estaban dormidos pero recordó que ese no era el lugar en el que debería estar ahora.

— Minho. — Murmuró para después pensar en cómo volver, en vista de qué se teletransportó a la habitación de sus hermanos por sus fuertes ganas de estar con ellos, supuso que deberia hacer lo mismo para regresar con el pelimorado, asi qué relajó su mente y en un par de segundos apareció sentado en la silla donde estaba anteriormente.

— Eso es nuevo. — Dijo Minho tranquilo y para nada sorprendido sentado frente a él mirándolo atentamente mientras comía su bizcocho de chocolate.

— P-Pense que estarías buscándome o algo así. — Soltó para después tomar una leche de fresa y empezar a tomarla.

— Te vi desaparecer por el ventanal cuando estaba dentro de la tienda, por un momento me quedé asombrado pero como recién estas descubriendo tus poderes supuse que la teletransportacion se debía a eso y entonces no me preocupe.

Después de decir eso él pelimorado se levantó de su asiento y se acercó al más bajo para agacharse frente a él y ponerle las pantuflas de conejo.

Jisung se sonrojó y empezó a tomar cada vez más rápido la leche de fresa en señal de nerviosismo.

— ¿Y si no aparecía después de mucho tiempo frente a tí?. — Cuestionó abriendo él paquete donde venía el bizcocho de chocolate.

— Te hubiera buscado en los lugares a los que muy probablemente hubieras ido, a tu casa por ejemplo.

— Si estaba en mi casa.

— Lo sé, el primer lugar a donde todos queremos ir es a nuestra casa después de un día cansado, y aún así llendo a tu casa no regresaste con pantuflas. — Sonrió burlón.

— No tuve tiempo, además ya conseguiste unas, son....lindas, me gustan mucho, gracias. — Le dijo sacando un sticker coleccionable que le había venido en el empaque de su bizcocho.

— Tomaré ese sticker como muestra de tu agradecimiento.

— Claro que no, es mío. — Frunció él ceño mientras veía que él más alto tomaba el sticker de ardilla y lo guardaba en su bolsillo.

— Ahora ya no, termina de comer, tenemos cosas de que hablar y muy importantes.

— Empieza, soy muy lento al comer, te escucho.

— Quiero que tengamos citas para conocernos mejor.

Jisung se detuvo y empezó a toser fuertemente tratando de qué él pedazo de bizcocho dejara a su garganta en paz.

— Mejor si, déjame terminar de comer primero, puedo comer rápido cuando me lo propongo. — Sonrió avergonzado.

— Perfecto.

Minho lo miró detenidamente mientras qué él castaño trataba de mirar a otro lado.

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𝙏𝙚𝙡𝙚𝙥𝙖𝙩𝙝𝙮 𝙤𝙛 𝙡𝙤𝙫𝙚. [Minsung] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora