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- D-demasiado rudo, Taehyung.

Gemiste, clavando tus uñas en el colchón blanco del catre. Se burló, aplicando más presión a pesar de tus súplicas.

Te echaste el cabello sobre los hombros y miraste los techos lisos de arriba, arqueando la espalda mientras Taehyung continuaba con su tratamiento poco delicado en tu cuerpo magullado.

- Ahh, n-no... -Tartamudeaste, mordiéndote el labio inferior para sofocar el dolor agudo que recorría tu cuerpo.

- Joder, sabes que estás haciendo ruidos sexuales, ¿verdad?

Preguntó el castaño antes de retirar el hisopo de algodón de tus rodillas raspadas, dándote un segundo de alivio cuando el aire frío de la habitación golpeó el desinfectante frío y punzante que cubría tus abrasiones.

- Cállate, no lo son. -Respondiste a la defensiva, fijando una mirada molesta en sus orbes marrones apáticos.

- Sí, lo son. Confía en mí, lo sé. -Dijo, tirando de sus labios rosados ​​en una sonrisa tortuosa antes de darte un guiño sugerente.

Su declaración atrajo un cálido rubor a tu rostro y pataleaste infantilmente, golpeando ligeramente su pecho. Escucharlo hablar sobre eso se sintió aún más extraño que la experiencia real en sí. Tal vez fue porque, en este momento, no estabas loca de deseo. Estabas totalmente, 100% sobria y no querías recordar tus aventuras eróticas. Todo lo que querías era una conversación normal con él. Parecía que cada vez que ustedes dos estaban solos, él no podía esperar para recrear un extraño escenario pornográfico.

- ¿Por qué hiciste eso? Empujarme. ¿Me odias tanto? -Preguntaste con el ceño fruncido angustiado torciéndose en tus rasgos juveniles.

Al mismo tiempo sentías curiosidad por su respuesta, pero también estabas asustada. Taehyung no era de los que se endulzan, así que tenías la sensación de que en unos segundos te estarías arrancando un cuchillo del corazón.

- No lo sé. Solo tenía ganas.

El chico indiferente se encogió de hombros mientras estudiaba tus rodillas antes de colocar una gasa sobre la pequeña herida. Suspiraste, molesta con su comentario vago y francamente sádico.

Desde donde estabas sentada, Taehyung parecía un ángel. El sol que se colaba por las persianas lo cubrió con un resplandor etéreo. Mechones castaños descuidados colocados desordenadamente sobre su suave lecho de cabello, el rico color resaltaba la blancura de su piel que solo contrastaba con sus labios teñidos de rojo. Sus pestañas, espesas y largas, enmarcaban unos cautivadores ojos color avellana que miraban en silencio la telita sobre tu piel.

Ojalá su personalidad fuera tan hermosa como él.

¿Cómo lo juzgaste tan mal? ¿Dónde estaba el hombre que te dio tu pase de estudiante con una cálida sonrisa? ¿La persona que se abrió paso entre la multitud para llegar a ti?

- ¿Recuerdas cómo nos conocimos? - Preguntaste distraídamente.

- Fue en el metro, ¿verdad? -Respondió Taehyung, finalmente dejando tus rodillas para poder sentarse a tu lado en la cama.

Eso fue sorprendente. Pensaste que lo habría olvidado con seguridad. Tal vez solo puedas vislumbrar a una persona más dulce en el fondo.

- Pero si hubiera sabido que ibas a ser así, no te habría ayudado.

Tus deseos se desvanecieron después de que él habló y asentiste con la cabeza como si hubieras esperado su respuesta, aunque tu pecho se sintió de otra manera, ya que se tensó incómodamente por sus frías palabras. Evitaste sus ojos mientras levantabas la cabeza para mirar hacia el techo estéril, contemplando las preguntas que te habías estado haciendo durante los últimos días. ¿Dónde estaba el lado positivo de esta relación desordenada?

Límite ➳ KTH & JJK +¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora