Prólogo

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Y si te sientes solo
Solo mira a las estrellas
Ahí estaré con ellas

Noviembre 2017, Los Santos.

A veces dudaba si eso era cierto, si de verdad se encontraba allá arriba acompañándole cada noche, más en estos momentos, donde juraría que nadie querría hacerle compañía, o mejor dicho, ya le habían dejado claro, que nadie estaría a su lado por voluntad, y dolía, dolía mucho, porque sabía que era su culpa, que se merecía ese odio, él la cagó, era completamente normal que cada uno de suscompañeros en comisaria le odien.

Pero, eso siempre lo supo, y en realidad nunca le importó, se limitaba a hacer su trabajo, eso le traía la estabilidad que necesitaba en su vida, una que de cara al público la proclamaba como una económica, pero que, en el fondo de su corazón, jamás admitiría, que era emocional también, que de verdad quería estar ahí, que no era sólo por una infantil ambición al poder, sino que realmente su necesidad de estar ahí era una pura entrega de la, muy bien escondida, bondad que aún tenía en su persona.

Nunca podrías distinguir si había alguna cosa que le generara algo, que le emocionara aunque sea un poco, o si siquiera le interesara. Su actitud borde ante cualquier situación relativa al CNP era clave para su desempeño impecable como agente, pues, en la intimidad de su casa, porque hogar no tenía, analizaba a detalle cada uno de los nuevos casos de comisaria, quemándose las neuronas para idear múltiples escenarios hipotéticos en los que podrían encontrarse a futuro.

Aunque claro, no dejaba que ese lado de él mismo fuese conocido, y, al no ser tan facil de leer y comprender lo qué pasaba dentro de su cabeza, le otorgaron el título de sangre fría, de apático y de insensible, siendo evadido por todos cuando se trataba de trabajar a su lado. Vaya compañerismo el del CNP, tampoco le entusiasmaba la idea de trabajar con alguno de ellos, pues, sin importar su destreza en acción, trabajar a su lado sería mero suicidio, cómo confiar tu vida con alguien que, a la primera que pudiera, te tiraría al mar con tal de salvar su trasero.

E incluso cuando pensaba que no destacaba entre sus compañeros, que era justamente lo que quería, el CNI se fijó en su potencial, en que parecía vivir plena y enteramente para ser agente de policia, por lo que, la misma organización, lo reclutó como un nuevo talento, aún cuando su jefe, el superintendente de la policía, estaba totalmente en desacuerdo ante aquello.

Su jefe, Jack Conway.

¿O deberíamos llamarle, la razón por la que Gustabo se empeña tanto en su papel de policía? Porque sí, el esfuerzo y dedicación que emplea en su profesión tenían un objetivo, impresionar a su jefe, que le tenía perdidamente enamorado desde que empezó a formar parte de la malla hace 4 años, cuando era un joven primerizo de 22 años. No se lo negaba, al menos no ahora, le gustaba Conway, fue un poco difícil de asimilarlo al principio, más cuando, en su vida, había experimentado esa clase de sentimientos.

Cada noche, mirando a las estrellas, imploraba por una respuesta que sabía que no iba a llegar, a sus múltiples preguntas ¿Por qué? ¿Por qué se venía a enamorar de la única persona que en su vida le haría caso? ¿Qué tenía Conway que le atraía tanto, como si de magnetismo se tratase?

Pero en la actualidad, días después del tan pesado y trágico día que tuvo, dejando fluir las lágrimas que retuvo ante su inminente fracaso, mirando a las estrellas a través de la ventanilla del techo de su auto, las preguntas cambiaban, y todas aquellas tenían sólo una respuesta, No perteneces aquí.

Durante meses, o se podrían decir años, supo que esa era la respuesta a muchos o casi todos sus problemas, debía encontrar a donde pertenecía, pero se aferró tanto a Conway, esperando y rogando que fuese el único entre todos, que no lo odiara, aún cuando sabía la respuesta a esto, y decidía ignorarla porque era consciente de la abrumadora tristeza que le consumiría si aceptaba la realidad.

Can't Help Falling in Love - IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora