Capítulo 29

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"Being alive"


¿Acaso así se siente estar muerto?

Aparentemente estaba calmado, al menos su cuerpo decía eso, sentado, a las orillas del Tamesis, viendo como la vida pasa, y por vida se refiere, a las familias de turistas que su vista capta, parecen felices, una madre tomando una foto a su esposo que lleva a su hija en hombros, probablemente ya estén cansados de turistear y la primera que ceda sea la niña, cayendo dormida en los brazos de su padre, quien la cargará hasta el hotel y la arropará para que descanse hasta que otro día amanezca, uno nuevo, pero probablemente no sea mejor, porque la sonrisa de la niña delata que ese momento es y será importante para ella, un recuerdo preciado.

Le gustaba ver el agua, una de sus cosas favoritas en Los Santos era escaparse a la playa y disfrutar de ver la marea, era algo suyo que ni Horacio sabía, sólo se paraba en la orilla y deseaba ser como el mar, libre, poder ir en cualquier dirección pero a la vez sentirse en paz, en equilibrio, muchos creyeron en su vida que Gustabo se la vivía en el libertinaje, aunque la realidad es que para atreverse a muchas cosas necesitaba de alguien más a su lado, porque sólo sintiéndose apoyado es que se soltaba como el mar.

En ese instante intentaba encontrar eso que tanto adoraba sentir con el mar, pero lo único que encontraba era un río calmado que no podría encontrar la libertad del mar, porque siempre estaría limitado por un cauce que no dejará escapar el agua jamás. El débil flujo del río le hacía perderse en sus pensamientos, es por eso que desde que salió del hospital había estado yendo al Tamesis cada atardecer.

Porque se sentía exactamente como un río, enjaulado en unas paredes que le limitan todo, a hacer, decir, pensar, sentir, recordar... y era una mierda, de verdad era una mierda estar constantemente confundido porque habían bloqueado su mente.

Despertar en un hospital sin tener la menor idea del porqué, fue el inicio de su travesía, no fue nada agradable abrir los ojos y casi quedar ciego por la luz blanca directa a su rostro. Pero no tuvo ni tiempo de preocuparse por ello porque ver a sus compañeros de Chicago entrando por la puerta de la habitación se robó toda su atención.

Era muy raro verlos ahí, considerando que recordaba haber sido enviado él solo a Londres para lo de la infiltración, su último recuerdo de verlos fue su despedida. ¿Habían llegado apenas?, o ¿por qué no se acordaba de haberlos recibido?

El viaje de enredos empezó cuando les preguntó por su presencia en la ciudad y los aludidos se sintieron incómodos, era notorio que no querían responder, y después de oir las atropelladas respuestas que le dieron, se arrepentía de haber preguntado.

Te secuestraron Gus, lo bueno es que se pudo llegar a un trato, aunque...

— ¿Aunque?

— Te encontraron completamente maltratado, casi muerto, si hubiesen llegado un poco más tarde no estarías aquí...

Ah pues perfecto, despertaba en un hospital sin idea de nada porque le habían secuestrado por quién sabe cuánto tiempo y para terminarla de joder, apaleado.

"¿Cómo carajos terminó así? ¿Cómo dejó que eso pasara? ¿Desde cuándo se volvió tan descuidado como para dejarse secuestrar y maltratar así?"

Lo primero que cruzó por su mente fue preguntar sobre quién le había secuestrado, tristemente, la respuesta que recibió fue una noticia que nunca le hubiese gustado recibir.

¿No te acuerdas? — preguntó Mike preocupado, a lo que recibió un no del rubio.

Después de unos segundos de miradas apenadas que compartieron los presentes, su amiga decidió hablar — Fue tu compañero, Toni Gambino era el infiltrado.

Can't Help Falling in Love - IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora