Se Hun volvía después de una semana y Jun Myeon lo había extrañado un montón, habían acordado verse nada más volviera y comerían en la casa del menor aprovechando que su padre trabajaba de tarde, los nervios le estaban comiendo vivo.
Esperó al mayor en la puerta del portal del edificio y en cuanto vio al mayor salir de su coche fue corriendo a abrazarle sin pensarlo. Estuvieron abrazados lo que a muchos les parecería una eternidad y a ellos dos un suspiro, y se miraron a los ojos.
-Te extrañé mucho.- confesó Jun Myeon todavía entre los brazos del mayor.
Se Hun no pudo evitar evitar sonreír ni menos besarle la frente al menor en un acto de osadía, acto que puso tímido al menor haciendo que intentara esconderse en el hombro del mayor.
-¿Deberíamos subir?- preguntó Jun Myeon una vez que se sintió más "tranquilo".
Se Hun se limitó a asentir y fueron al apartamento.
Se sumieron en un silencio cómodo hasta terminar de comer, debatiendo la película que verían. Parecía como si hubieran regresado a los viejos tiempos.
Mientras que veían la película acabaron acurrucado, prestando más atención al otro que a la pantalla, con la cabeza de Jun Myeon en el pecho de Se Hun y manos entrelazadas que intentaban pasar desapercibidas tras lo que parecía una especie de batallita.
Los dos querían decir algo pero las palabras se quedaban atoradas en sus garganta, ambos querían dar el siguiente paso pero parecía que se habían olvidado de caminar. El tiempo había parado y lo único que importaba era la siguiente acción que realizarían.
Las palabras nunca habían sido la principal vía de comunicación en su relación, así que Se Hun decidió dejarse llevar por la sincronización de su cabeza y corazón. La mano libre que tenía la acercó al rostro de Jun Myeon sin tocarlo hasta que el menor le diera permiso, cosa que sucedió al instante ya que asintió con la cabeza al momento. Con el contacto Kim cerró los ojos, mientras que el mayor acarició la nívea piel del rostro de Jun Myeon.
-¿Si o no?- preguntó Se Hun acercando su cara a la del menor.
-Si, Se Hun, contigo siempre es si.- respondió el contrario.
El mayor no esperó más y juntó sus labios con delicadeza, perdiéndose finalmente en Jun Myeon.
El beso fue delicado, como si ambos tuvieran miedo de romper algo o de despertar en el caso de que fuera todo un sueño. Cuando se separaron por la falta de oxígeno, con la respiración errática se quedaron mirando a los ojos.
-¿Quieres saber una cosa?- comenzó Se Hun. -Desde que te vi por primera vez me interesaste a pesar de que te vacilara tras entrar en nuestro grupo. No hablabas mucho, al igual que yo, y tal vez fue eso lo que me atrajo al principio. Luego comencé a conocerte y me fascinaste, nunca dejaste de hacerlo a pesar de que nuestra relación se acabara. Comprendías mis silencios y nunca presionabas por más, entendías mis límites. Y a pesar de haber sido un cabronazo contigo muchas veces, nunca te negaste a acompañarme. Cuando te fuiste me dolió mucho, pensaba que había hecho algo malo, jamás pensé que te volvería a ver. Y... Mierda, no soy bueno con las palabras, pero a lo que quiero ir con esto es que estoy loco por ti. Si el destino, o lo que sea que haya, nos ha juntado es por algo y no quiero volver a dejarte ir.
Jun Myeon lo miró como si Se Hun mismo hubiera colgado las estrellas en el cielo. Esta vez era el menor el que no tenía palabras y se había olvidado de como formular una frase coherente, haciendo ruidos indescifrables, así que se limitó a besar a Se Hun con pasión intentando transmitirle lo que con palabras no podía mediante un beso.
-Se Hun, dios mío.- consiguió decir finalmente. -No te imaginas cuanto tiempo he estado esperando a que pasara esto, a decirte las muchas cosas que siento por ti y que me haces sentir. Me gustas, ¿vale? No, me encantas aunque la palabra se quede a años luz de describir lo enamorado que estoy de ti. Comencemos un nuevo libro y seamos los protagonistas.
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Alone ~SeHo/HunHo~
FanfictionDesde que entraba hasta que salía se tiraba las horas mirando por la ventana o al reloj del fondo de la clase, esperando a que todo se acabase. Era su forma de evadirse de la constante chapa que le daba cada uno de sus profesores, y de la realidad...