María José.
Después de darnos garra hasta no dejar ni un poco de lasaña en una cena en la que mi padre no ha dejado de recordar anécdotas de los días que pasábamos aquí, Daniela y yo recogemos la cocina y nos sentamos un rato a charlar con él en el sofá. El pobre tiene muchas preguntas y no entiende nada, hace un par de días me presenté aquí bien entrada la noche y rompí a llorar en cuanto me abrazó después de mentirle y decirle que solo era por la emoción. Y ahora, Daniela se presenta aquí dos días después.
Mis padres nunca entendieron mi decisión, pero aun así me apoyaron y fueron los encargados de decirle a Daniela que me había ido para no volver.—¿Entonces volvieron?
Miro a Daniela sin tener muy claro lo que debo contestar, pero ella agarra mi mano y afirma de forma insistente.—Sí, Juan Carlos, volvimos.
—¿Cómo ha pasado? —pregunta sin comprender.
Durante casi una hora respondemos una a una todas las preguntas de mi padre, hasta que hace una pregunta cuya respuesta nos deja a las dos muertas de la risa.—¿Recuerdan el día que tu madre se enteró de lo de ustedes? —pregunta con una sonrisa traviesa.
Como para olvidar aquel día, llevábamos un par de meses juntas y estábamos en esa fase de hormonas completamente revolucionadas. Solo pensábamos en encontrar huecos, momentos en los que la casa de una de las dos estuviese vacía para tener intimidad. Pero aquella vez llevábamos varios días de sequía y no había manera de quedarnos a solas en un lugar cómodo.—Dios, necesito hacerte el amor tumbada —se quejó Daniela, harta de los coches y los baños.
—No vayas a la facultad mañana, ven a mi casa —le dije casi sin pensar.
—¿A tu casa?
—Sí, le diré a mi madre que no me encuentro bien y me quedaré en casa, mi padre ya estará en el trabajo y ella se irá sobre las siete y media.
—De acuerdo —sonrío juguetona.
Y así lo hicimos, al día siguiente me levanté como cada día para ir a la universidad, pero fingí un dolor de estómago ante mi madre, y como nunca faltaba a clase me creyó. Ella se marchó al trabajo un poco después y Daniela llegó a la hora acordada. Subimos directas a mi habitación y nos dejamos caer en la cama locas de deseo. Supongo que fueron nuestros propios jadeos los que no nos permitieron escuchar la puerta abrirse, al parecer mi madre se había olvidado unos papeles y volvió a media mañana para buscarlos.
Al oír ruido en mi habitación se asustó, se salió a la calle y llamó a la policía creyendo que habían entrado a robar. Unos minutos después una pareja de agentes irrumpió en mi habitación y
nos vieron completamente desnudas.—Dios, que susto me di al verlos —se ríe Daniela a carcajada limpia con mi padre.
—Tendrían que haber visto la cara de perplejidad de tu madre cuando me lo contaba —se sigue riendo—su María José, la que para ella era la hija ejemplar que jamás había roto un plato; le había mentido para meter a una mujer en su cama.
—Fue por una buena causa —me defiendo sin dejar de reír.
—Ya lo creo —susurra Daniela a mi lado.
Tras unas cuantas anécdotas más, finalmente nos despedimos de mi padre para ir a la habitación.—¿Te acompaño por la maleta? —le pregunto a Daniela señalando la puerta.
—No tengo maleta, vas a tener que prestarme de todo.
—¿No has traído maleta? —pregunto sin salir de mi asombro.
—No, cuando Amanda me dijo dónde estabas tenía tanta ansiedad por venir que salí tal cual, solo vengo con el bolso y lo puesto —explica mirándose de arriba abajo.
—Vaya —me río—pues sí que lo tenías claro.
—No debí dejar que te fueras de Madrid, María José.
—Olvídalo, ya está.
Cuando entramos en mi habitación se crea una cierta tensión, pero es una tensión agradable, esa previa al momento que nos llevará a la cama.—Sigues teniendo la misma cama.
—Noventa centímetros para tenerte más cerca —le susurro poniéndola nerviosa—aunque siempre puedes dormir en el sofá.
—Muy graciosa, déjame algo de ropa para darme una ducha, por favor.
Abro el armario y le entrego un albornoz.—No necesitas nada más por ahora.
Daniela sonríe y vuelve quince minutos después. Yo ya la estoy esperando metida entre las sábanas y en cuanto me ve, cierra la puerta y se desabrocha el albornoz; dejándolo caer al suelo y
dejando a la vista su cuerpo desnudo que quiero tocar más que nunca. Le tiendo una mano que ella acepta hasta tumbarse sobre mi cuerpo y hacerme sentir de nuevo que todo desaparece a nuestro alrededor.
Cuando siento sus labios y su lengua sobre mi sexo comienzo a temblar de excitación de una forma exagerada que nunca había sentido, no necesita más de dos minutos de sus atenciones para que el huracán Daniela pase por mi cuerpo dejando un efecto devastador. Esta vez es a mí a quien se le escapan las lágrimas, pero son lágrimas de alegría por tenerla de nuevo a mi lado.
Daniela me colma de besos, atenciones y palabras cariñosas hasta que logro calmarme, es entonces cuando se sienta sobre mi muslo a horcajadas y me pide que coloque mi mano entre su sexo y mi pierna. Obedezco e introduzco dos dedos en su interior y me vuelvo completamente loca observándola moverse sobre ellos, con su mirada oscurecida clavada en la mía y sus dos manos sobre mis muslos buscando el apoyo necesario hasta que el orgasmo aparece casi de repente,
arrancándole un par de gritos que me hacen alegrarme por primera vez de que mi padre esté un poco sordo.
Cuando se deja caer a mi lado completamente relajada, nos abrazamos y nos acomodamos en esos noventa centímetros que se me antojan más que suficientes mientras la tenga a mi lado.—¿Crees que fue el destino? —pregunta tras unos minutos de silencio.
—¿El destino?
—Sí, ¿no te parece muy casual, que después de tantos años no solo haya ido a parar a la misma ciudad que tú elegiste para establecerte, sino que además acabe contratada en la misma empresa que tú?
—No lo había pensado, ¿tú crees que es cosa del destino?
—Sí, yo nunca he encontrado la felicidad total con nadie más, María José. Tú has sido la única capaz de hacerme sonreír con solo mirarme. Creo que en algún sitio está escrito que María José Garzón y Daniela Calle tienen que estar juntas y el destino se ha asegurado de que así sea.
—Pues procuremos no fallarle más a ese destino.
~
Les tengo que decir que el siguiente capítulo es el final :(
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crossing out days (Adaptación caché) [Corrigiendo]
RomanceMaría José volverá a ver a su ex en el momento menos esperado haciendo que el recuerdo de su error que cometió en el pasado la atormente nuevamente. ¿El rencor de daniela hacia ella será más fuerte? ¿Podrá perdonarla y darle otra oportunidad? ~ Cré...