Kazutora Hanemiya

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Él estaba sentado al frente de la ventana, con su pijamota de tigre y los audífonos puestos

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Él estaba sentado al frente de la ventana, con su pijamota de tigre y los audífonos puestos. Las gotas de lluvia resbalaban por el vidrio y el frío entraba por la puerta de la cabaña.

- Mi niña, ven aquí.- Me llamó mientras organizaba mis libros, así que no fui.-

- ¡____, reinaaa!- Me gritó con pereza.-

- ¿Que pasó Kazu?-

- Ven, por favor.- Suplicó así que me acerqué a él. Tomó mis manos y me sentó en sus piernas mientras yo escondía mi cabeza en su pecho.-

- Te quiero mucho, te amo.- Le dio un beso a mi frente y acarició mi espalda.-

- Yo también te amo demasiado Tora.- Solté una ligera risa.- ¿Que tienes?- Le pregunté acariciando su mejilla.- Llevas días algo raro.-

- Por eso mismo decidí que viniéramos este fin de semana a la cabaña.- Suspiró y se echó el cabello hacia atrás.- Llevo días sin dormir bien, me siento... ¿Estresado?-

- Oh... ¿es por lo del viaje?- Asintió.- Oye Tora, relájate, todo va a salir bien.-

Para que entren en contexto, Kazutora y yo hace una semana pasamos una carta para solicitar entrar a una universidad de Estados Unidos, pero él está muy preocupado por que nos acepten a ambos y sobre los temas del viaje. Aunque con ayuda de mis padres hay dinero suficiente para todo él ha hecho todo por ahorrar y colaborar.

- Lo sé, lo sé pero es que me cuesta no dejar de darle vueltas a todo.- Le di un pequeño beso junté nuestras frentes.-

- Kazutora, todo saldrá bien, ambos seremos aceptados y ambos iremos juntos a Estados Unidos, luego de graduarnos podremos cumplir esta promesa.- Señalé el anillo de compromiso que ambos llevábamos.-

- No sabes como deseo que llegue ese día, futura ____ Hanemiya.- Una sonrisa se formó en nuestros rostros, le quité un audífono y me acurruqué sobre él, cubriéndome con la cobija de tigre que también usaba.-

- Eres muy friolento, tampoco es como si estuviéramos en el polo norte.-

- Para mí, es el polo norte, pero...- Acarició delicadamente mis piernas.- Hay algo que me abriga muy bien, ¿sabías?-

- ¿A sí? ¿Como qué?- Le provoqué, metiendo mi mano por el cierre de la pijama acariciando su pecho.-

- Como tus lindas piernas en mis hombros, tus muslos apretando mi cuello buscando cerrar las piernas mientras mi lengua hace maravillas contigo.- Susurró pausadamente, con la voz algo pesada apretando mis muslos.-

Ya me mojé, perdí.

- Entonces, hazlo. Métete entre mis piernas y hazme un oral, libera todo ese estrés conmigo.- Besé sus labios, me separé de él y me senté a la orilla del sillón ansiosa. Caminó a la habitación y volvió con un tarro en su mano.-

- Pues, está bien.- Se puso de rodillas frente a mí, alcé un poco mis caderas para que quitara la sudadera acompañada de mis bragas, suspiré al sentir el ambiente frío. Al estas caer subió mis piernas a sus hombros y su boca se deslizó por estas besándolas, mordiéndolas y dejando pequeños chupones hasta llegar a mis muslos.-

Primero su lengua y luego sus dedos repisaron el tatuaje que tenía en mi muslo derecho, uno idéntico al suyo, después de contemplarlo siguió subiendo hasta por fin poner su rostro frente a mi vagina. En su mano colocó un poco del lubricante con sabor y luego lo esparció por toda intimidad, frotando sus manos contra mis labios mayores y pasando sus dedos delicadamente por mi clítoris.

Sentí su lengua deslizarse por mis pliegues e inmediatamente busqué juntar las piernas apretando su cuello sacándole un gemido ronco, colocó una de sus manos en mi pierna clavando sus dedos en mi piel para dejarme quieta.

Su lengua siempre era húmeda y caliente, siempre me mojaba de sobremanera por lo fantástico que se sentía su toque, comenzó a hacer lentos círculos sobre mi clítoris, mis manos se colocaron en su suave cabello negro, enredando mis dedos entre este, el movimiento de su lengua causaba un sucio sonido.

Acercó un dedo a mi entrada y lentamente lo metió sin parar el movimiento de su lengua, para luego darle succiones y tirones a mi botón de placer, recosté la cabeza en el cabecero del sillón gimiendo su nombre con los ojos cerrados.

- Tora, sigue, no pares jamás.-

- Mírame.- Se separó solo por ese momento para hablarme y volver a lo suyo.-

Otro dedo entró en mí y el ritmo aumentó, su mirada estaba fija a la mía, pellizcaba y golpeaba mi muslo, sentí la calor subir a mi rostro y como una corriente eléctrica recorría todo mi cuerpo, arquee la espalda y me corrí.- ¡Mierda!- Jadeé con la voz y las piernas temblorosas, quitó mis piernas de sus hombros y poco a poco se fue alejando.-

Al volver traía otra de esas pijamotas, me colocó las bragas y la pijama, nos recostamos en el sillón y dormimos oyendo el sonido de la lluvia.

Caí en cuenta que tenía varios Shots y ninguno del fierro golpeador de parejas felices, así que aquí tienen uno, se viene uno en la cocina y otro en la playa

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Caí en cuenta que tenía varios Shots y ninguno del fierro golpeador de parejas felices, así que aquí tienen uno, se viene uno en la cocina y otro en la playa.

Algo corto,sí pero bueno, luego tendrán otro más largo con más acción. En fin, me retiro, los quiero mucho <3

Tokyo Revengers +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora